Inaugurada en Málaga la 'ExpoRockberto 61'

El fundador de Tabletom, de nuevo homenajeado por sus paisanos Tras la exitosa celebración de las jornadas en torno a la figura de Rockberto González, la veneración al mito, que sigue más presente que nunca entre sus musicópatas y sobre todo en su Málaga natal, continúa. En esta ocasión, La Casa Invisible de la capital malagueña acoge lo que se ha dado en llamar ‘ExpoRockberto 61‘, sin duda un instrumento más para propagar la influencia de este personaje tan querido como crucial para nuestra música. Con el aliciente que supone el que su obra siga viva en esta nueva etapa de Tabletom, que recientemente recibieron en su casa a un equipo médico de El Musiquiátrico para una entrevista que verá la luz en breve, la ‘ExpoRockberto 61‘ es una nueva oportunidad para conocer mejor al rostro visible de la banda malagueña y también a los que le rodearon mientras estuvo dando ejemplo de rock entre nosotros. Inaugurada ayer tras pasar por el municipio de Torremolinos en el marco de las jornadas sobre el genio del pescaíto frito, la muestra, con materiales cedidos entre otros por la propia familia González Vázquez, Eduardo G. Magaña o Paco Roji, llega a La Casa Invisible. Así, los adictos y adeptos a la receta musical de Rockberto podrán tener una nueva ración acercándose a la exposición, que permanecerá abierta hasta el próximo martes 12 de junio en horario de 18:00 a 21:30 horas.  ...

Leer más
The Smokers, hard rock para todos
Abr23

The Smokers, hard rock para todos

Procedentes de Estepona, The Smokers son hoy los protagonistas de un nuevo ingreso obligatorio en El Musiquiátrico, al que llegan avalados por una coherente trayectoria y sobre todo por un buen número de musicópatas que, si bien situados mayormente en el litoral malagueño y Andalucía, es de esperar que aumenten si la banda sigue haciendo gala de los síntomas mostrados hasta la fecha. Compuesta por Gaspar Gil como frontman, Javier Molina a la guitarra, José Antonio Seoane ‘Pollo’ al bajo y Agustín Milton a la batería, la formación presenta, desde sus inicios, una marcada tendencia a seguir, sin complejos, la senda iniciada por los grandes del hard rock de todos los tiempos. Por ello, no debe extrañar que en sus temas afloren, como las psicopatías en tiempos de crisis, referencias a sus venerados Guns ‘n’ Roses o a cualquier banda de las que llevó el género a lo más alto desde los setenta hasta la actualidad, lo que puede comprobarse asimismo viendo las versiones que se atreven a realizar en directo. Así, aunque sin perder su acento sureño, The Smokers comenzaron cantando en inglés y sorprendiendo gratamente con la publicación de su primer trabajo, ‘Giving Up’ (2004), con temas afilados, contundentes y al mentón, plagados de esa frescura que suele rodear a los debuts. Riffs trepidantes, solos que merecen al menos un recuerdo y energía a borbotones que se desparrama desde el primer corte hasta el último, aunque algunos exigen especial mención, caso de ‘Kick That Habit’, que abre el disco, o ‘Rolling‘. Tres años después llegaría en esa misma línea ‘Still Giving’, segundo larga duración de la banda costasoleña, que incide sus planteamientos para seguir explorando las diferentes vertientes del rock y sus mitos. ‘Out of control‘,’Rock Star’ o ‘Blast the radio’ son algunos de los temas que dan fé de ello. Finalmente, el pasado 2011 The Smokers sorprendieron a buena parte de sus seguidores optando por cantar en castellano pero sin dejar de lado ni por un segundo su fundamento en su último disco, ‘Dirección Sur‘. De esta forma, aunque pueda chocar de primeras que una banda de hard rock cante en nuestro idioma, el resultado no es ni mucho menos decepcionante, lo que puede constatarse en temas de actualidad como ‘La Crisis’ o en cortes del nivel de ‘A contrapié’ o ‘La Reina’. En cualquier caso, es prematuro sacar conclusiones a estas alturas viendo el espléndido futuro que presentan en términos musicopáticos....

Leer más
José El Cabrero: del campo al cante y viceversa
Abr11

José El Cabrero: del campo al cante y viceversa

Oriundo de Aznalcóllar, José El Cabrero es con merecimiento uno de los personajes más singulares del espectro flamenco. Capaz de arrastrar a un número de fieles que muchos cantaores quisieran para sí, lo más destacable de José Domínguez Muñoz es que es ante todo cabrero y flamenco. Aunque no sé si por ese orden, y ambos términos parezcan una obviedad, hay que entenderlos en su sentido más estricto. El Cabrero piensa y se comporta, vive en definitiva, como tal, con todo lo que de brega, sacrificio e historia penosa conlleva este oficio. Mientras, también lleva el flamenco como filosofía de vida, de manera que cuando no anda de gira o grabando está en el campo con sus animales. Así de simple. Sin embargo, lo que no son en absoluto simples son su cante o su obra. En cuanto a lo primero, es duro, pedregoso, transmisor de las dificultades propias de los dos polos en que se divide su personalidad. También tiene una voz potente, aunque los años no pasan en balde para nadie, y transmisora. Amante del toque antiguo, sin demasiadas concesiones, y de esa forma de hacer los cantes, se ha rodeado entre otros de tocaores como el gran Paco del Gastor, Antonio Sousa, Manuel de Palma o Rafael Rodríguez. Mientras, sus letras son pura reivindicación aunque también cante al campo o muestre su amor por la naturaleza bajo sus diferentes formas. Como cabría esperar, esto le ha granjeado no pocas enemistades y detractores, aunque El Cabrero también gusta de provocar y hacerles frente, algo que quedó de manifiesto cuando fue encarcelado en 1982 por blasfemar en un festival y posteriormente liberado merced a un importante movimiento social que traspasó las fronteras del estado español. Por ello, podría decirse que sus cantes, y en especial los fandangos (si bien interpreta con soltura los cantes más duros) son pildorazos de actualidad y toma de conciencia, fármacos contra la apatía que estremecen cuando se catan en directo. De ahí que, al poco de comenzar su carrera artística, y habiendo recorrido ya con el mítico grupo de teatro La Cuadra buena parte de la geografía española y europea, fuera galardonado en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba con sendos premios por soleá y malagueña. Sin embargo, pese a su amor por la pureza en el flamenco, sus inquietudes musicales no quedan ahí. Para empezar, porque ese espíritu libertario lo ha unido a algunas figuras del rock en proyectos conjuntos y colaboraciones, de las que han disfrutado Reincidentes o Kutxi Romero de Marea, que junto al Kolibrí figura en los créditos de su último disco, ‘Pastor de Nubes‘. Por otra...

Leer más

Silvio, rock hasta el fin

· Diseccionamos la vida y obra del rockero sevillano Llegado este tiempo en el que epidémicamente se extiende el uso del incienso y la exaltación de ciertas figuras y valores (aunque sólo estén presentes por una semana), El Musiquiátrico no puede hacer menos que detenerse en la figura del pionero del rock en el estado español. Hablamos del sevillano Silvio Fernández Melgarejo, cuyo recuerdo vuelve año tras año por Semana Santa, aunque para muchos siempre esté presente, por su devoción hacia esta festividad al tiempo que vivía como nadie, dentro y fuera del escenario, los postulados del rock. Según sus palabras ‘alcoholista‘, que no alcohólico, flamenco en lo espiritual, tradicional, coplero y entrañable, este monstruo al que todavía desconoce el gran público fue, asimismo, el primero en adaptar a sus surrealistas esquemas composiciones de Elvis Presley, Eddie Cochran o James Brown. Por desgracia, la Movida y su negativa a bajarse del burro en términos musicales o estéticos, así como su amor por el desfase autorecetado y la vivencia de otra cosa que no fuera el presente más inmediato lo llevaron a quedar fuera del circuito. Rodeado de músicos excepcionales como El Pájaro de Alcosa, Juanjo Pizarro o Pive Amador, y bajo nombres como Silvio y Sacramento, Silvio y los Diplomáticos o Silvio y Luzbel, fue dando forma a temas propios (‘Aunque no seas virgen’, ‘Sureños’, ‘Betis’…) y reinventando a los grandes con versiones que contenían letras totalmente ajenas a las iniciales pero también magistrales. Cabe citar la que posiblemente sea la más conocida, ‘Stand by me’, adaptada como ‘Rezaré’ y en la que Silvio fue mentando a todas las vírgenes presentes en la ciudad que sería testigo de lo mejor y lo peor de su vida. Para saber más sobre ella, está el magnífico documental de Francisco Bech, A la diestra del cielo, plagada de testimonios interesantes. Porque, como ocurre con Tabletom y Málaga (la última vez que fue visto en esta ciudad iba de juerga con el gran Rockberto), es difícil entender la obra de Silvio sin Sevilla. Aunque, de cualquier modo, el sentimiento, el humor o la fuerza que impregnan sus temas, grandes fármacos contra la depresión, se imponen a esa restricción más o menos espacial. Allí fallecería al poco de haber alcanzado la cincuentena, más o menos olvidado, si bien los grandes nunca mueren: basta que alguien, en algún punto del planeta, silbe una de sus...

Leer más

Tabletom y Tony Moreno: un proyecto de futuro – Crónica

· El Musiquiátrico, presente en el debut de Tony Moreno como cantante de Tabletom No sin ansia, El Musiquiátrico estuvo analizando en primera persona en el estreno de Tony Moreno, de Eskorzo, al frente de Tabletom. Todo un papelón, como él mismó dejó claro desde el arranque, del que salió airoso y gustando, volviendo a sobrealimentar su ya avanzada musicopatía. Quizá, sobre todo, porque es consciente de que alguien como Rockberto, por lo que fue, hizo y representaba, es insustituible y a la vez estará siempre presente. Lo mismo que los musicópatas adictos a la banda malagueña, a los que sin duda se les hizo extraña la aparición de los Tabletom. Primero, por la consabida ausencia de Rockberto (nunca alguien tan pequeño ha llenado tanto un escenario), y segundo por la ausencia de humos propia del Teatro Cervantes. Algo que Tony se encargó de recordarnos de cuando en cuando y que consideraremos uno de los atrasos propios de esta modernidad mal llevada que nos ha tocado vivir. Sea como sea, la diagnosis y la observación merecieron la pena. La sesión musiquiátrica comenzó con El Sueño (De una cabra de Álora) y fue entrando en materia con El Escalón, Paco, La Radio, Salvador o El Tigre, adaptación de un poema de Rubén Darío. Tras La KGB, llegarían dos de los temas más señeros de la noche: Alemanita y Guadalmedina. La primera, con el siempre sugerente diálogo entre la flauta de Pepillo (griposo, o engrifao, decían sobre las tablas) y la guitarra de Perico y la segunda, toda una joya para momentos especiales cantada por el propio Pepillo y por Tony en la que, esta vez, se unían Málaga y Granada. Terminada ésta, aparecieron Zenet y el trompetista Jaime García para interpretar dos coplas del poeta malagueño Juan Miguel González, Blues Ozono junto a Tony y Algo así como un tango con los hermanos Ramírez, canción esta última que a algunos nos hizo pensar que hay cosas que es mejor no tocarlas o no tocarlas demasiado. Para terminar, en el último arreón, con un Tony que parecía llevar años con los Tabletom, fueron cayendo los clásicos más epidémicos de la banda: Me estoy quitando, El Vampiro, Reggae las macetas, 7.000 kilos, La parte chunga, No tengo ná, Pescaíto Frito y, como siempre para rematar, Málaga, si bien el nuevo cantante deberá aprenderse la letra como Dios manda. Así, parece ser que lo de Tabletom y el vocalista de Eskorzo va para largo. Además de hacer participar a un público en un claro estado de embriaguez musicotrópica, que le brindó su respaldo no sólo con aplausos y dejó caer alguna lagrimilla (algo...

Leer más
-
-
Ir a la barra de herramientas