Entrevista a Smiling Bulldogs | Miguel Jiman en la sala de interrogatorios

Como un bocado en la cara de la industria musical. Aunque previsible si nos referimos a los Smiling Bulldogs, el símil viene que ni pintado para esta banda cuya irrupción ha tirado por tierra muchas de las pretendidas verdades del mundillo. Cuesta, más allá del rock, adscribirlos a alguna tendencia, suenan auténticos (y por tanto libres) y, como el perro que les da nombre, lo mismo están alegres que tornan en amenazantes o entrañables, de manera que, sin plagios ni poses, pueden recordar a cualquiera de los grandes artistas de los últimos cuarenta años. O quizá más atrás. Mejor lo explica Miguel Jiman, cantante de los Smiling Bulldogs.

-¿Cómo nacen los Smiling Bulldogs?

-Miguel Jiman: Nacen como todas las camadas: entre cartones, olor a leche agría,
calorcito y lametones…

-¿De qué forma definiríais vuestro primer disco?

– M.J.: Entiendo más de olores y formas que se mueven. Me cuesta definir o
calificar.

-Viendo el buen recibimiento de la crítica, ¿Cómo valoráis la acogida del público?

-M.J.: Buena.

-¿Cómo afrontáis el futuro?¿Tenéis pensado probar en el extranjero, algún proyecto?

-M.J.: El futuro es no llegar muy cansado a la cama después de un concierto.
Disfrutar el catering y reir más tiempo. Lo mejor es Andalucía y subir más
allá de despeñaperros en plan «fiesta de fin de curso».

-Para terminar,¿qué andáis escuchando últimamente?

-M.J.: Lo que amanse las fieras está bien, cualquier cosa de esas…

Como vemos el cantante de Smiling Buldogs no es demasiado prolífico en lo que a las entrevistas se refiere, dónde él realmente se siente cómodo al dejar las celdas acolchadas de El Musiquiátrico es encima de un escenario, entonando las notas de rock and roll que le están llevando a presentar Whisky & Soda, un compendio de canciones repletas de potentes sonidos con un placentero sabor a antaño.