Debo ser muy buena presa… Edu Izquierdo y El Cabrero
May28

Debo ser muy buena presa… Edu Izquierdo y El Cabrero

Eduardo Izquierdo, redactor habitual de las revistas Ruta 66, Mondosonoro y EFE EME y escritor de libros relacionados con la música como «Simpatía por el relato: Antología de cuentos escritos por rockeros» o «Quique González, Una historia que se escribe en los portales«, presentó la semana pasada en la Feria del Libro de Sevilla su nuevo trabajo «Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome» basado en la figura de El Cabrero,  y hasta allí nos acercamos una pequeña avanzadilla del Musiquiátrico para descubrirlo de mano de su autor. Lo primero que nos llama la atención del libro es, lógicamente, su protagonista: José Domínguez Muñoz, El Cabrero, una de las mayores figuras del cante flamenco, reconocido mundialmente, pero censurado en España e incluso encarcelado (en plena democracia) por cagarse en Dios a micrófono abierto. El Cabrero, republicano, ateo, amigo de los pobres y hombre de campo, ha sido y sigue siendo el enemigo del burgués, los señoritos y la religión, y su lucha no es violenta, sino poética, que hace más daño, por eso siempre han intentado desprestigiarlo y silenciarlo tanto periodistas, como medios afines a los que están en su punto de mira. Pero demos gracias a que haya periodistas como Edu Izquierdo al que su abuelo le ponía de pequeño las cintas de El Cabrero y le contaba sus vivencias, que dejaban pasmado a un chico que veía en la figura de ese cantaor a poco menos que un peculiar superhéroe con su gorro de Cowboy y sus botas, y con unos valores dignos de otra época, en la que los hombres demostraban quiénes eran a través de sus acciones y no de sus palabras.  «Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome» es una novela, o más bién, una biografía ficcionada, en la que la realidad y el mito se confunden, y que toma como protagonista a la persona de El Cabrero, que lo asimila con Bob Dylan, Johnny Cash o Woody Guthrie, a pesar de que a  José bien poco le suenen algunos de esos nombres. Comentaba el autor durante la presentación del libro, que tras haber mantenido varias conversaciones y de haber convivido algún tiempo con El Cabrero, aún no tenía muy claro qué pensaba éste sobre el libro, de momento seguía manteniéndole la palabra, que ya es bastante. Si quieres pillar el libro a buen precio, acércate a la editorial en el siguiente enlace:  Ediciones Lupercalia Fotografías: Dra. Ana...

Leer más
A Great Day in Harlem | La mejor fotografía del Jazz
Sep16

A Great Day in Harlem | La mejor fotografía del Jazz

Corría el año 1958 cuando el fotógrafo Art Kane reunió a los 57 músicos de Jazz más influyentes de la época para retratarlos en una foto que resume el Jazz de la primera mitad del siglo XX. La foto se titula A Great Day in Harlem (o Harlem 58), y fue el primer trabajo de este artista neoyorkino, que ya luce colgado en el salón de la fama del Musiquiátrico. Miles de libros se han escrito sobre el Jazz, cientos de documentales y no menos películas que recogen desde uno u otro punto de vista la evolución de este estilo y la historia de sus artistas más reconocidos. No obstante, una imagen vale más que mil palabras, y esta fotografía lo demuestra. La instantánea fue tomada en el barrio de Harlem en Nueva York, en el número 17 de la calle 126 entre la Quinta y Madison Avenue, a medio camino entre el Cotton Club y el Teatro Apollo, el auténtico centro neurálgico del Jazz y del Soul. Publicada en 1959 por la prestigiosa revista Esquire,  se convirtió en la plasmación de uno de los momentos claves de la historia de la música actual. Art Kane era un joven intelectual apasionado por el Jazz y la fotografía y logró reunir a este gran elenco de músicos a las 10 de la mañana de un caluroso 12 de agosto. Decía años más tarde, que tardó más de una hora en poder tomar la fotografía, ya que los músicos no dejaban de hablar entre ellos y contarse sus batallitas. Esta foto popularizó el trabajo de Art Kane, que se convirtió en cierto modo en el fotógrafo de los músicos, retratando a Dylan, Aretha Franklin, Frank Zappa, Jim Morrison, Janis Joplin o The Who, entre muchos otros. 57 fueron los músicos inmortalizados por Art Kane en esta fotografía, de los que quedan solamente 4 con vida a finales de 2012: Benny Golson (1929), Marian McPartland (1918), Sonny Rollins (1930) y Horace Silver (1928), los que completaban los 57 eran estos: Red Allen Buster Bailey Count Basie Emmett Berry Art Blakey Lawrence Brown Scoville Browne Buck Clayton Bill Crump Vic Dickenson Roy Eldridge Art Farmer Bud Freeman Dizzy Gillespie Tyree Glenn Sonny Greer Johnny Griffin Gigi Gryce Coleman Hawkins J.C. Heard Jay C. Higginbotham Milt Hinton Chubby Jackson Hilton Jefferson Osie Johnson Hank Jones Jo Jones Jimmy Jones Taft Jordan Max Kaminsky Gene Krupa Eddie Locke Charles Mingus Miff Mole Thelonious Monk Gerry Mulligan Oscar Pettiford Rudy Powell Luckey Roberts Jimmy Rushing Pee Wee Russell Sahib Shihab Zutty Singleton Stuff Smith Rex Stewart Maxine Sullivan Joe Thomas Wilbur Ware Dickie Wells George Wettling...

Leer más
Anarco Punk inglés | Zounds: Los locos son ellos
Oct08

Anarco Punk inglés | Zounds: Los locos son ellos

Zounds, junto a The Mob y CRASS, fueron los más dignos representantes de eso que en Inglaterra y sus colonias se llamó anarco punk², aunque también, y en función del juramento hipocrático, hemos de apuntar en este informe que hubo otras bandas situadas a la izquierda de los Zounds, como The Apostles o Living Legends. Sea como fuere, el caso es que los estragos de la realpolitik capitalista desarrollada por la iron maiden Margarita Tatcher arreciaban sobre los hijos de la Gran Bretaña mientras sus muchachotes mantenían intacta la Commonwealth, y de paso morían como ratas, en unos peñascos llamados Malvinas. En este contexto (contexto de mierda) surgen los Zounds. Los Zounds fueron asociados desde su inicio, allá por los primeros 80, a diferentes grupos de acción más o menos situacionista-anarquista-punks como la Angry Brigade. Los Zounds eran buenos, muy buenos incluso, pero estaban en guerra contra la realidad dada y eso les condenó al inevitable pero santo ostracismo: repudiaban tanto de los dinosaurios rock star de los sesenta y los setenta como del punk comercial (y no por comercial mejor ni peor) representado fundamentalmente por los  Sex “Pastels” y los Clash. A este respecto, los Zounds parecieron asumir las palabras de la organización ultraizquierdista Class War en 1985: “Dylan se hizo rico con las miserias y las frustraciones de los jóvenes de clase media de los sesenta; MacLaren y el punk se hicieron ricos con las miserias y frustraciones de la juventud obrera”. Está claro que los Zounds sabían cuáles eran las reglas de este ahistórico deporte: acoso y derribo (por todos los medios posibles, que decía Mao) de la burguesía capitalista. Los diferentes temas del grupo fueron tempranamente editados de forma miscelánea en The Curse of Zounds, y en él se tratan, seria y líricamente, cuestiones como el antimilitarimo (War) o el escape no evasivo a la dictadura del Poder (Desmityfication). También encontramos las clásicas críticas a la new age (Don´t cheat karma). Asombran medios tiempos de sonido sampler ochentero como Dancing. Al igual que tantas y tantas bandas punks de la época, los Zounds no grabaron nada más y acabaron disolviéndose. Sin embargo, en 2005 editaron un single con tres temas que solamente escucharon cuatro frikis enfermos y que ya anunciaba lo que tardaría seis interminables años en llegarnos: en 2011, cuando ya nadie daba un duro por ellos, grabaron The redemption of Zounds, un auténtico discazo lleno de temas redondos (Supermarche, Another roadside atracttion, What made a man a man today…) que no podemos hacer otra cosa que recomendar encarecidamente. A la larga debería hacer (anti)escuela dentro del punk universal. Si corrieran otros tiempos, claro....

Leer más
Robert Johnson | El Bluesman que firmó un pacto con el diablo
Ago08

Robert Johnson | El Bluesman que firmó un pacto con el diablo

Cuenta una leyenda, que a principios del siglo pasado en el lejano Mississippi, un guitarrista de Blues le vendió su alma al diablo a cambio de una extraordinaria técnica y ocho años para disfrutarla. Su nombre era Robert Johnson y ya hace tiempo que forma parte del Salón de la Fama del Musiquiátrico. Robert Leroy Johnson fue el nombre con el que según cuenta la leyenda, bautizaron a este Bluesman en 1911. Nieto de esclavos, la vida de Robert se frunció en la cuna del Blues, creciendo ambos casi al mismo tiempo. Mal estudiante, prefería pasar el tiempo en los clubes de la zona, aprendiendo desde muy pequeño de los guitarristas que tenía más cerca, como Willie Brown o Charlie Patton. Se casó en primeras nupcias con Virginia Travis, que falleció junto al hijo de ambos al dar a luz en 1930.  La leyenda cuenta que tras la muerte de su esposa, Robert se encontró al diablo en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale, vendiéndole su alma a cambio de poder tocar Blues mejor que cualquier otro. A partir de este momento comienza la meteórica carrera musical de Robert Johnson. Bordeando el Mississippi desde Minesotta hasta el norte de México, llegó en algunas ocasiones hasta Nueva York o Canadá. Sólo ocho años, desde 1930 a 1938, en la época de la gran depresión en Estados Unidos, le bastaron para crear una leyenda que hoy, casi un siglo después, sigue viva. En 1936, dos años antes de su muerte, Robert Johnson realizó las dos únicas sesiones de estudio de su vida, grabando 29 canciones en 42 tomas, el único legado de este Bluesman que ha llegado a nuestra época. Su fama se fue extendiendo como el polvo del desierto. Su pacto con el diablo era conocido por jóvenes y ancianos, y su técnica con la guitarra se creía insuperable en aquella época. El manejo del Slide (ese tubo metálico con el que se rasgan las cuerdas de la guitara) y su voz espectral se unieron a su talante reservado y sombrío para acrecentar la leyenda de su pacto con el diablo. La historia de Robert Johnson fue oscura hasta el mismo día de su muerte. Fallecido en Greenwood (Mississippi) en 1938, aún no están claras las razones de su defunción. La leyenda cuenta que fue envenenado con un vaso de Whisky por un marido disgustado, otros cuentan que murió de sífilis y otros de neumonía. Su muerte seguirá siendo un misterio ya que no se le practicó autopsia. La vida y la obra de Robert Johnson han inspirado a cientos de músicos de todas las...

Leer más

Entrevista con Gritando en Silencio: Marcos Molina pasa por nuestras consultas

Pasamos consulta a los herederos del trono de Platero y Tú Desde la ciudad de Sevilla y siendo amigos desde que compartían clase en el instituto, llegan hasta nuestra consulta el grupo de rock Gritando en Silencio. Y para poder evaluar el alcance de los síntomas musicópatas que tienen, le hacemos nuestro examen a Marcos. Cantante, guitarrsita y letrista del grupo que está devolviendo al sitio que se merece el rock en castellano. Conciertos, grabaciones perdidas, maldiciones que les persiguen y amistades con gente como Iratxo. – Dr. B. Barbituriko: Tras haber hecho todo el trabajo que supone grabar un disco, y perderlo ¿se vuelve uno un poco loco? ¿os llegasteis a creer Malditos? ¿se puede aprovechar para aprender algo? Pues la verdad es que “de todo un poco”. Empezamos volviéndonos locos literalmente; no sabíamos donde meternos mientras intentábamos asimilar que todo el esfuerzo y el trabajo acababan de irse por un sumidero. Pasado un tiempo del shock es inevitable aprender que como en tantas otras cosas en la vida “estás solo”, que no siempre hay “segundas oportunidades”, que hay trenes que pasan solo una vez y que como dicen los flamencos “voz que sale nunca vuelve”… Y respondiendo a tu otra pregunta; sí, nos hemos sentido malditos. No solo por ese primer disco. En el segundo perdimos las pistas de bajo y hubo que regrabarlas, hace poco casi sale ardiendo la furgoneta… digamos que estamos bastante familiarizados con las leyes de Murphy. Sin embargo he de reconocer que después que todo se complique lo máximo que se podía complicar… siempre se acaba resolviendo todo con final feliz: como en los cuentos. – Dr. B. Barbituriko: ¿Qué os hace tener que gritar en silencio? Pues probablemente el simple hecho de pensar diferente a la norma socialmente impuesta. Cuando nos conocimos siendo adolescentes ya éramos conscientes de que el mundo en el que habíamos nacido no respondía a un modelo lógico en ciertos aspectos que considerábamos vitales, que el patrón social de una vida standar no nos convencía y que siguiendolo nunca seríamos felices. Y no solo eso, crecimos viendo como la gente acepta la norma sin preguntar y sin replantearse nada… creo que existen las personas consecuentes con sus actos y las que son una mera consecuencia de sus actos; nosotros simplemente elegimos bando. – Dr. B. Barbituriko: Auto producción, comercio justo, banca ética, descarga gratuita…parece que si que hay otra forma nueva de hacer las cosas ¿no? La autoproducción es un camino duro, pero es el único camino posible cuando no tienes “padrino” ni conoces a nadie en el mundo de la música. Nos gusta hacer ciertas cosas...

Leer más
-
-
Ir a la barra de herramientas