Veneno de Pata Negra | Recetas del Musiquiátrico

Mucho se ha hablado en el Musiquiátrico sobre la historia de la música actual, pero habíamos olvidado, por un momento, nuestras raíces. Por eso, nos merecemos como castigo una buena dosis de Veneno del bueno. Veneno de Pata Negra.

Y si hablamos de Veneno, hablamos de Kiko, y de los dos hermanos que se tomaron ese veneno con él, allá por mediados de los años 70, Rafael y Raimundo Amador, que de la mano del productor Ricardo Pachón, grabaron uno de los mejores discos de la historia de la música española: Veneno. 

Sin embargo, no corrían buenos tiempos para la fusión, y Veneno fue desprestigiado durante años, desde el mismo momento en que se pensó su portada, que no era otra cosa que una placa de hachís con la palabra Veneno grabada a fuego. No obstante, años después los tiempos se abrieron, y dejaron paso a la nueva música, esa que los hermanos Amador ya habían hecho años antes, con Camarón y algunos musicópatas escogidos por la mano de algún Dios de la música.

Pasó el tiempo, y su música se fue haciendo aún más grande, y poco a poco, el Veneno fue desapareciendo y fue macerando una auténtica pieza de Pata Negra. Así, Veneno murió de sobredosis, los hermanos Amador formaron Pata Negra, y Kiko Veneno comenzó su carrera musical en solitario.

Veneno, junto con la Leyenda del Tiempo de Camarón (en el que también participaron Rafael y Raimundo), fueron dos discos adelantados a su época. Y demostraron, con el redoble de las palmas y los punteos de las guitarras eléctricas, la grandeza del flamenco, al llevarlo fuera de sus pautas tradicionales y dar a conocer al mundo entero que Jimmy Hendrix no había muerto, sino que se había ido a vivir a las 3000 viviendas de Sevilla y le encantaba el flamenco.

Uno de los conciertos que más se recuerdan de Pata Negra en Sevilla fue el de Salta La Tapia, que junto con Silvio y Barra Libre, Kiko Veneno, y Rompehielos, saltaron la valla del hospital psiquiátrico de Miraflores en Sevilla y organizaron uno de los mayores eventos que recordarán tanto los internos como los que sin estarlo, salieron de allí más locos que los que se quedaron a dormir. Pura Musicopatía.

Hoy día, ningún purista del flamenco tomaría a estos genios como unos locos, pero en su día fue así, y en cierto modo, se conviertieron en unos parias, demasiados flamencos para ser rockeros, demasiado rockeros para ser flamencos, y así fue durante mucho tiempo.

Y nos gustaría decir que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, pero no es así. A pesar de que Raimundo y Kiko han forjado una exitosa carrera musical, y que tanto el disco Veneno, como los posteriores de Pata Negra sean considerados como fundamentales para comprender la historia de la música española, la fortuna no le ha sonreído de igual manera a Rafael, que continuó en solitario con Pata Negra (junto a grandes amigos como Tino di Geraldo, Remedios Amaya o Diego Amador). Pero por circunstancias de la vida, sus dos discos “Inspiración y Locura”, y “Como una vara verde”, no encajaron como debían, y poco a poco Rafael se fue apagando. Sin embargo, este Jimmy Hendrix de las 3000 lleva la música inyectada en sus venas, y sigue disfrutando de ella en ese rinconcito de Sevilla, o allí donde el viento lo lleve con su guitarra, por lo que no podemos decir que Rafael haya olvidado la música, aunque la música, esa maldita bastarda, se haya olvidado de él.

El documental «Volando Voy Veneno», recoge las vivencias de Pata Negra y Veneno, y de todos los compinches que tuvieron por aquella, y por esta época. Un documento histórico digno de recordar cuando hablemos de la historia de la música.