SPK: el enfermero y el paciente. La enfermedad y la muerte
El origen de la banda, siendo como es el más rabiosamente original de cuántos se conozcan, no podría resultarnos más jugoso: hacia 1978, en un hospital psiquiátrico de Sidney, el enfermero Graeme Revell (aka Operator, Olivion o EMS AKS) y el paciente Neil Hill (aka Ne/H/il) empezaron a componer las primeras canciones como parte de un experimento homeopático a través de la música. Ingredientes punitivos de la locura, enfermero y paciente toman el punk rock menos clásico que solapan, casi siempre, con densas capas de sintetizadores y otras grabaciones variopintas. Desde un principio, las espantosas y precarias imágenes de operaciones y deterioro corporal se convirtieron en la inmejorable guinda a la batidora sonora en la que los SPK mezclaron sabiamente, imbuidos de un profundo ramalazo experimental, multitud de inframusicales texturas: fundamentalmente, el avant-garde, el hard EBM, el batcave y el synthpop. Esto es, el más puro noise. Aunque siempre jugaron al despiste con su nombre e hicieron pensar frecuentemente que éste podía significar o bien Surgical Penis Klinik o bien Selective Pornography Kontrol o bien Special Programming Korps, parece ser que los SPK adoptaron estas tres letras por influencia directa del Colectivo Socialista de Pacientes (acrónimo SPK en la lengua de Von Bismarck), una organización izquierdista de médicos, enfermeros, alumnos y pacientes psiquiátricos de la Policlínica de la Universidad de Heidelberg. Tal colectivo, fundado por Wolfgang Huber y activo entre 1970 y 1971, mezcló marxismo y antipsiquiatría y combatió a la medicina endiosada y a los médicos conformistas (arribistas de la enfermedad, los llamarán) como enemigos de clase, poniendo el dedo en la llaga sobre la Realidad, la Verdad y la Legalidad Psíquica impuestas por la burguesía. Identificando en el capitalismo la causa primera y última de las enfermedades físicas y mentales, declararán: El sistema nos ha enfermado. Vamos a dar el golpe de muerte al sistema enfermo. Así las cosas, el acrónimo SPK resultaba perfecto como nombre para los planes musicales del enfermero Revell y del paciente Hill. La idea estaba clara: usar la enfermedad capitalista por excelencia como arma contra la sociedad capitalista misma. Devolvérsela. En directo, el grupo devenía en catarsis, en colectivo electro shock, en gerusía residual, infumable por momentos pero generalmente imbatible; una mixtura de sintetizadores y taladros y botellas y cadenas y motosierras y rotaflexs que sueltan chispas y tubos de hierro que golpean, al caer, contra más tubos de hierros. Sobre esa base atronadora, Hill suele cantar, musicalizándolos o no, extractos de textos de otros míticos de la ilegalidad psíquica: Genet y Foucault, fundamentalmente. También habla profusamente de la III Guerra Mundial. Su primer larga duración (Information overload Unit, 1981), grabado -literalmente-...