Cerebro y música: El efecto de la improvisación, la interpretación y los límites de la percepción
Jul04

Cerebro y música: El efecto de la improvisación, la interpretación y los límites de la percepción

Todos los músicos nos hemos preguntado alguna vez cómo llega y qué provoca nuestra música en el público. También todos los musicópatas que escuchamos música en directo sentimos que algo pasa en nuestro interior, algo muy grande e incomprensible. Si analizamos el electroencefalograma de un músico durante la interpretación de su obra, y del oyente que está en ese mismo momento en la sala, podemos ver claramente qué tipo de conexiones y estímulos se crean, y la sorprendente diferencia que hay entre los procesos mentales al interpretar música y al escucharla, y más interesante todavía, entre la música improvisada y la escrita.   Estas infografías sobre los procesos mentales del músico y el oyente fueron publicadas en “The causal inference of cortical neural networks during music improvisations”, de Bjorn Cruts, Henrik Jeldtoft Jensen y Xiaogeng Wan. En función de si la música era improvisada y espontánea, o por el contrario era un tema compuesto previamente, los resultados de los electroencefalogramas nos revelan una diferencia abismal entre ambas prácticas. Los electrodos, representados por letras y números, recogen lo sucedido dentro de cada cerebro. Aquí vemos el contraste entre los procesos mentales del músico y del oyente en sesiones de música improvisada y composiciones interpretadas, obtenido mediante la técnica de EMG MIME Y también se encuentran evidentes diferencias cuando se trata de interpretar una composición de forma estricta, y cuando se le da un toque personal, algo más creativo.   El entramado de estímulos que la música genera en nuestro cerebro no es sólo algo complejo, eternamente explorable, o sencillamente placentero; son la explicación del por qué nos puede llamar la atención un tema concreto la primera vez que lo escuchamos, por qué no sentimos lo mismo cuando ya lo conocemos, por qué la música en directo o la reproducida, la interpretada y la improvisada, nos provocan sensaciones diferentes; y quizás también, ¡por qué “nos vuelve locos”! Ahora bien… ¿se producen los mismos estímulos en todas las personas? ¿y los estados de ánimo? ¿influyen? ¿y el estar bajo los efectos de alguna droga (legal o ilegal)? Tendremos que esperar a que estos científicos puedan avanzar en sus estudios y experimentar con “las puertas de la percepción”, quizás el resultado sea aún más sorprendente, no tengo la menor duda. Combinando información, y sin incitar a nadie a que “caiga en pecado” en su propia casa, en este artículo del que he extraído parte de la información plantean la posibilidad de experimentar uno mismo en su casa, ya que un gorro de electrodos puede costar unos 250€. Desde luego, sería muy interesante tener uno de esos en el local de...

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