Cacofonía operística y delirios místicos de Nina Hagen
Oct16

Cacofonía operística y delirios místicos de Nina Hagen

«Vi un ovni en la playa de Malibú. Creo que fue cosa del diablo» La paciente Nina (Catharina) Hagen es una cantante alemana, comúnmente conocida como la madre -o abuela- del punk, que se formó inicialmente en un registro de soprano, algo que caracterizaría su interpretación como irrepetible. Antes de que Madonna y otras pseudodivas de imitación intentaran ser eclécticas, Nina ya había tanteado con el hinduismo, el disfraz esperpéntico, el activismo variopinto, el exhibicionismo militante y las referencias cristianizantes. No admite comparaciones, algo que se puede constatar si nos dedicamos a traducir sus textos: letras que oscilan entre lo provocador, lo sarcástico y lo chulescamente cautivador, siempre con un toque teatral. Desde su natal Berlín Este se desvirgó musicalmente con la banda Automobil, banda que tuvo una buena aceptación en el entorno. No obstante, el ambiente opresivo del comunismo pronto la obligó a salir al exterior, explorando qué se cocía en la cavernas del protopunk. Al otro lado del muro descubrió un apasionante mundo de colores, acentuados por la ingesta de los más variados manjares psicodélicos, algo que la precipitaría sin remedio en los pantanosos terrenos del más allá. Según los datos de su informe, a los 17 años pasó una noche entera con Jesucristo, casualmente durante un viaje de LSD, y desde entonces se propuso propagar un mensaje de amor entre los mortales. Unos años más tarde experimentó una nueva aparición, perpetrada -en este caso- por seres extraterrestres, coincidente en el espacio-tiempo con el embarazo de su hija Cosma Shiva. Su percepción, alterada o no, se difundió en su propio show televisivo: treinta minutos mensuales dedicados a Dios y a los ovnis. Cabe referenciar nuestro diagnóstico de Poly Styrene, cantante del grupo X-Ray Spex, que experimentó revelaciones de tipo místico similares a las anteriormente mencionadas. Su escucha es altamente recomendable a la par que imprevisible, desde Nina Hagen Band (1978) hasta Personal Jesus (2010). Nina Hagen probó el punk, el rock, el reggae, el pop, el rap, la ópera, el hip-hop, el jazz y la mezcla de todos los anteriores. Acate las instrucciones pertinentes para escuchar sus temas: volumen elevado con el imprescindible acompañamiento de una ambientación integrada por cruces invertidas o ladeadas, misticismos hinduistas varios y diccionarios en alemán e inglés para entender sus canciones. Se recomienda la lectura de su caótica autobiografía Yo soy de Berlín: mi vida física y trascendental...

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