Richie Kotzen | Desde un rincón del Musiquiátrico
En el Musiquiátrico se ha quedado libre una celda acolchada que debemos ocupar lo antes posible. Después de mucho cavilar sobre quién podría ser el afortunado que ocupase esta celda, nos acordamos de un dinosaurio de nuestro tiempo, un musicópata de los de toda la vida, del que aunque no conozcamos su nombre, seguro que su voz nos es bastante familiar. Seguro que el nombre de Poison le sonará a los musicópatas más experimentados. Para los que no lo conozcáis, fue un grupo de Glam-metalque triunfó a finales de los ochenta y principios de los noventa. Y que se caracterizó por conseguir mejores espectáculos entre bambalinas que encima del escenario. Richie Kotzen entró en Poison para sustituir a C.C. Deville tras ser despedido del grupo por sus excesos con la cocaína y por un altercado en la gala de premios de la MTV. Kotzen grabó las guitarras en el quinto disco de Poison, Native Tonge, sin embargo, no fue bien aceptado por el público, aunque no se puede decir lo mismo de la ex-novia de Rikki Rockett, el batería de la banda, con la que mantenía una relación oculta, lo que llevó a la sustitución de Richie por Blues Saraceno, que tampoco tardaría mucho en ser sustituído de nuevo por C.C. Deville, el guitarrista original de Poison. Tras su paso por Poison, Kotzen tenía las puertas abiertas en la casa discográfica Shrapnel Records y no paraba de editar discos en solitario, hasta que se encontró de nuevo en la tesitura de tener que sustituir a uno de los mejores guitarristas del mundo, Paul Gilbert, que abandonó Mr. Big para iniciar su carrera en solitario. Así fue como nuestro personaje musicopático de hoy entró de nuevo en una banda ya consagrada, aunque en esta ocasión no se acostó con ninguna ex de nadie del grupo (al menos que se sepa), por lo que le dio tiempo a cosechar algunos éxitos con la banda como Shine o Superfantastic bastante alejados de la tónica metalera que mantuvo el grupo con Gilbert a la guitarra. No obstante, el público japonés lo flipaba con esta nueva versión «light» de Mr. Big y consiguieron varios números uno en el lejano oriente. Por esa mísma época, 1999, Kotzen graba uno de sus trabajos más musicópatas con Stanley Clarke, uno de los más grandes bajistas de Jazz de nuestra época. Junto a ellos se encontraban Rachel Z con su violín, Lenny White a la batería y Karen Briggs pulsando las teclas. Un supergrupo de fusión jazzística sin parangón entre las 400 paredes del Musiquiátrico: Vertú. Y entre tanto, Kotzen continúa grabando discos (más de 20 en solitario)....