AlRumbo Festival 2014 – Crónica Voluntaria
Jul21

AlRumbo Festival 2014 – Crónica Voluntaria

Como buen musicópata que soy, de vez en cuando también me gusta ir a los festivales por puro divertimento, que no todo va a ser trabajar.Y así sucedió en el AlRumbo 2014, al que fui por voluntad propia, simplemente a pasarlo bien, como uno mas. No obstante, no me privaré de relataros mi experiencia en Rota, para que los que no fueron vean lo que se perdieron y los que si fueron recuerden una vez más algunos momentos del festival. Como os digo, al ir por diversión, no me paré a ver todos los grupos que actuaban en el festival, ya que tenía otras necesidades, como dormir, beber o comer, por lo que os relataré brevemente algunos detalles que me sorprendieron para bien o para mal del AlRumbo 2014. Para empezar, hablemos de la masificación que se ha ido gestando en los últimos años del festival, y que probablemente sea el punto más nefasto de cuántos trataré en esta crónica improvisada. Rápidamente: había demasiada gente. Los datos oficiales hablan de 90.000 personas, una absoluta barbaridad para un festival al que hace tres años no iba ni una décima parte del público que ha asistido en esta ocasión. AlRumbo ha pasado de ser un festivalito muy coqueto, baratito y con buen ambiente, donde ir a pasártelo bien, a ser un macrofestival completamente saturado. Esta cifra que los organizadores toman como un éxito, es según los asistentes el principio del fin de un festival que comenzó hace tan sólo 4 años, y que ha crecido sin mesura desde entonces. Las largas colas para absolutamente todo, desde comprar un bocadillo hasta darte una ducha, y por supuesto para entrar a los conciertos, donde se formó tal marabunta de gente que se mascaba la tragedia, se convirtieron en uno de los peores escenarios que te podías encontrar en el AlRumbo 2014. Felizmente todo acabó sin ningún problema, pero no gracias a la organización. Una sola puerta de entrada y salida para 90.000 personas, por muy grandes que parezcan, siempre será poco. La zona de acampada, un llano enorme en plena solana, en pleno julio en Rota, con algunos toldos repartidos para dar algo de sombra (casi un chiste), se llenó hasta la bandera en las primeras horas del jueves, por lo que la mayor parte del público acampó en un pinar cercano, colindante a la playa, en pleno parque natural. Un sitio idílico para acampar, que tras el festival quedó convertido en un gran estercolero, lleno de plásticos, cristales y todo tipo de mierdas en general. Lo que hizo que incluso el Seprona tomara buena nota de cómo quedó la zona tras el festival. Por otro...

Leer más
-
-
Ir a la barra de herramientas