Hechizado por un grito: I put a Spell on you | Screamin' Jay Hawkins en El Musiquiátrico
Nunca un chamán conjuró un hechizo tan poderoso que fuese capaz de seducir a tantas generaciones como aquél que invocó el brujo de Ohio, Screamin’ Jay Hawkins. Y por mucho tiempo que pase, el embrujo perdurará mientras exista la música. «I Put a Spell on You» es el éxito más reconocido del excéntrico musicópata de Cleveland. Grabado por primera vez en 1956, se convirtió rápidamente en un bombazo en los retrógrados Estados Unidos de los años posteriores a la II Guerra Mundial. Las salvajes y escandalosas actuaciones de Hawkins le valieron el mérito de ser censurado en la mayoría de los medios de la época, algo que no impidió que «I Put a Spell on You» se convirtiera en un fenómeno social que asombró y aturdió al nuevo modelo de familia americana que se estaba forjando por aquella década. «I Put a Spell on You» es un embrujo chamánico, una invocación de magia negra en la que los espíritus salen y entran del cuerpo de Hawkins bailando a ritmo de blues mientras entonan una ópera. Innumerables artistas han caído presos de las artes oscuras de Screamin’ Jay Hawkins y han sucumbido a la tentación de reencarnar en sus propias carnes su espíritu, que sigue velando para que la maldición siga viva. La primera víctima del «I Put a Spell on You» fue la siempre espriritual Nina Simone, que ya en Londres en 1968 fue poseída por el hechizo de Hawkins: Poco más tarde, el sábado 16 de agosto de 1969, Creedence Clearwater Revival invocaron de nuevo el hechizo de Hawkins delante de casi medio millón de personas en el mayor aquelarre del siglo XX: Woodstock. Pero el hechizo nunca descansa, se dispersa como un virus en una guardería. Y ha llegado a nuestros tiempos renovado, aseado, empaquetado y listo para ser servido a las nuevas generaciones. En 2004, Joe Cocker se siente atraído por el embrujo de Hawkins y publica su encantamiento en el ‘Heart & Soul’ , un disco únicamente de versiones, en la que sobresale esta brutal interpretación del «I put a Spell on You». La mágica noche de San Sebastián fue el escenario propicio para que el espíritu de Hawkins se manifestara bajo la piel de Joe Cocker y volviera a renacer el encantamiento inmortal. Otro de los artistas que siempre han jugado con las sombras es el místico David Gilmour. Alma de los Pink Floyd, Gilmour se dejó seducir por el hechizo junto a Jools Hollands y Mica Paris en el album «The Best of Friends«, y trasladaron el «I put a Spell of You» hasta el Royal Albert Hall de Londres. Y aunque la...