Ardores de California. Tom Waits
Oct12

Ardores de California. Tom Waits

El inquieto y ecléctico Tom Waits, con su música experimental de aroma primitivo, tenía una cita pendiente con esta lúgubre consulta musicópata. En el siguiente informe se hará un intento por establecer el motivo de dicha visita, bien por sus canciones de lijoso sonido y lírica, bien por su sordidez romántica, bien por su narrativa surrealista protagonizada por perdedores urbanos, bien por su odio a la sociedad mainstream. A nivel compositivo podemos diferenciar dos etapas principales. Entre Closing Time (1973) y la banda sonora de One From The Heart (1983) grabó nueve discos en los cuales escarcea con el jazz y el blues; no pretendía ser un autor comercial pero fue convirtiéndose en un autor de culto para outsiders dados al alcohol y la bohemia. Con el disco Swordfishtrombones (1983) introdujo un nuevo despliegue musical que hacía menos énfasis en el piano a la vez que aceraba su voz para convertirla en el principal instrumento. A partir de su matrimonio con Kathleen Brennan, empieza una segunda etapa más experimental y compleja, con atmósferas enrarecidas, reflexivas y nocturnales. La antaño colaboradora de Coppola le retira del alcohol arreglando también sus barullos económicos y contractuales, trasladándose al norte de California para decir adiós a la bohemia y hola a la vida parental. A diferencia de lo acaecido cuando Dylan se retiró del mudanal ruido, no simplifica su música sino que radicaliza sonido, estructuras y expresión, abandonando su versión destilada de lo beatnik en pos de aullar y castigar instrumentos. Su patológica filia al entorno de cloaca surgió cuando vagaba por antros de Los Ángeles, probablemente fuese determinante respecto a su decisa elusión de lo comercial, coadyuvando un profundo amor por los detritos de la beat generation. Pese a mostrar cierta inclinación por la balada romántica, el agudo Waits acostumbra a crear personajes tridimensionales que viven a la deriva, retratos grotescos que alternan misticismo y crueldad. Siendo sus temas monólogos recitados con aroma de barra de bar instruída, amén de los caprichos de experimentación sonora y creativa, podría determinarse que ha hecho méritos suficientes para quedar excluido de las listas de éxitos. No todo en Waits es sonido, participando en cameos que establecen una filmografía extensa con incursiones de importancia creciente. Para referencias concretas lo podemos encontrar en La cocina del infierno, Bajo el peso de la ley, Vidas cruzadas, Coffee and Cigarettes, La ley de la calle, The Cotton Club, Drácula de Bram Stoker, El tigre y la nieve, The Imaginarium of Doctor Parnassus, Seven Psychopaths… En su faceta más hater encontramos un dictamen explícito en el rechazo de su obra publicitariamente, burlándose de los artistas que lo hacen. Incluso presentó...

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¿Claras influencias?
Jun25

¿Claras influencias?

  Al principió los escuché y sonaban «muy Pink Floyd«… seguí y ahí estaba un sonido similar a la fusión que hizo Gualberto pero… esas voces y esas guitarras tienen el toque de Jethro Tull... ¿y esas escalas propias de Tabletom? Pero esa fuerza y esa «caña» ¡¡son propias!!    Pues eso, son Hypnos 69 y, aunque pudieran parecer por su característico sonido de la década de los ’60 o los ’70 y de llevar conformándose desde los ’80; es hace doce años cuando esta banda empieza a mostrarnos sus trabajos grabados en disco. Y aunque siempre intente asemejar el sonido de un grupo a otro que ya conozca… creo que tras detenidas escuchas he asumido el sonido personal que tienen estos belgas, con mucha garra; muestra de ello su álbum «Legacy» (2010) , entrando con...

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Al Berkowitz Band, salvaje experimentación castiza a base de Art Rock
Jun19

Al Berkowitz Band, salvaje experimentación castiza a base de Art Rock

Esta banda madrileña sufre la musicopatía como mecanismo de búsqueda de alucinaciones y emociones. Tratan de imaginar escenas e ideas nunca vistas antes en su realidad virtual. Con carices hipnóticos y psicodélicos, folk sin tierra y algo de folclore bizarrillo, manipulan temáticas paranoicas que contrastan a veces con interludios lúcidos y más o menos luminosos que infunden a la banda una esperanza mordaz y burlona. «Fantasías músico-animadas de ayer y hoy» presentan en el pabellón Art Rock Experimental del Musiquiátrico a la Banda de Al Berkowitz. Tres antiguos miembros de los madrileños The Inhabitants junto al maravilloso bluesman (retirado)Aldous B. Berkowitz , como ideólogo y espectro indefectible alrededor del proyecto, forman este grupo, llamado a convertirse en institución musicopática en sí mismo, dedicada en cuerpo y alma a la experimentación desde el más desafiante, ruidoso y poco convencional Art rock , para ser la correa de transmisión de todas y cada una de las fantasías personales de Aldous. El trío lo componen: Lorenzo a la batería, Santiago con el bajo y los coros, cantando Ignacio,  con la guitarra bien colgada, además de tocar los teclados, algunas percusiones y hacer las veces de productor. Al Berkowitz band resurgen de las pavesas musicovíricas de la banda homónima de los 70, llevando en plena forma desde noviembre de 2006 y pateándose toda España con su música Avantgarde (experimental en los elementos líricos , rítmicos y estéticos) con grandes ambiciones intelectuales y poéticas. Poesía psicodélica influida por todos los estilos y géneros sin desperdiciar ninguno, plasmando su creatividad tanto en el estudio como en sus directos de forma única y original. Después de un EP en 2006 titulado “Man in the air” llegó su álbum de debut, tres años más tarde, llamado “Barely Nice”que como suele pasar con todas las maravillas musicodélicas, es considerada hoy una de las joyas ocultas del rock español. Ese mismo año 2009 publicaron un directo con Producciones Psicotrónicas bautizado como “Apprenticeship and attitude”. Su segundo larga duración (de estudio), “A long hereafter”, cocinado en el Puerto de Santa María por Paco Loco saldrá a la calle después del verano. Hablar de las referencias musicopáticas de Al Berkowitz band es repasar toda la historia de la música del siglo XX. No obstante, su contagio demoníaco más evidente, procede del ruido abrasivo del postpunk, post rock, del noise y del rock alternativo (personificado en Sonic youth, por  ejemplo). Inhalan de manera natural el Pop sinfónico de Procol Harum o The Moody blues. También forman parte de su venerada dieta mediterránea el surrealismo, la fantasía y los mitos, esbozados sanamente en su lírica. Por supuesto que cogen apuntes del Rock progresivo...

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