MC5: "SEXO. PEYOTE. FOLLAR EN LAS CALLES" (Motor City is burning)

«Se atacaron algunos centros religiosos, se propuso liberar a los animales del zoológico y a los presos de una cárcel cercana, a los locos de un reputado centro psiquiátrico. Se pintaba en las paredes Burguesía al gulag. Se repetía Sexo. Peyote. Follar en las calles.» MC5 han sido históricamente considerados por buena parte de la crítica especializada como los inventores -si existe alguno, si ello puede ser sujeto de algún tipo de diagnóstico- de las dos ramas fundamentales en las que el rock and roll se bifurcará a lo largo de la segunda mitad del siglo XX: el punk y el heavy metal (de otras sucedáneas porquerías ni siquiera hablaremos aquí)   En fecha tan temprana como 1968, ni cortos ni perezosos, decidieron grabar en directo lo que será su primer disco. Este sudado live se abre con un emotivo y medio mesiánico discurso del cantante Rob Tyner, que parece trascender así a la fiesta del rock y que hace que más de uno, más de cuarenta años después de que esas palabras fueran pronunciadas, aún se estremezca y añore lo que pudo haber sido y evidentemente no fue.   Es posible que este directo sea más conocido por el grito «Kick out the jams, motherfuckers!!!«, que expele Tyner justo antes de que los 5 de Detroit se metan en faena. Lo que no tardamos en comprobar es que el disco es una atronadora muralla sónica, una caldera o una locomotora a punto de estallar. Cinco micrófonos que no se callan ni debajo del agua van a achicharrarte el cerebro. Rock que vive en la raja de la Historia, justamente entre el antes y el después. Ultra lobotomía rockera. Bienvenidos al Musiquiátrico. En todos sus directos, los MC5 no tardaron en hacerse los mejores representantes en el mundo rockero de la deconstrucción a lo Jacques Derrida: temas reinventados, alargados anticomercialmente más allá del minuto ocho, infiernos sónicos que conviven aún con cierta inocencia hippie -recordemos que estamos en 1968, recordemos que el Mayo Francés aún no ha sido derrotado-, adrenalina a tope, ilusión desbordante y hasta fe. Sí. Hasta fe. Debía subir hasta el techo de aquel garito un sahumerio de humos y sudores varios que luego caería hecho ya gotas frías. El siguiente disco, «Back in the USA» (1970), fue grabado -ésta vez sí- en riguroso estudio, y la verdad es que el acabado resulta quizá demasiado limpio. El LP se abre con una cover que le hacen al pequeño Ricardito, el archiconocido tema «Tutti frutti». También cuenta con el corte «The american ruse», que disfrutó de cierta polémica por sus connotaciones soviéticas, levísimas por otro lado. Crítica y...

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Documental 'Black Music: de las Cadenas de Hierro a las Cadenas de Oro'

Los mas rigurosos musicópatas están de suerte esta semana, pues desde el Musiquiátrico les hemos recetado una buena dosis de historia musical en estado puro. Para aquellos que nunca se contentan con un poco, y quieren saberlo todo sobre los orígenes de la música actual, no pueden perderse este documental, que nos hace un recorrido por la historia de la música negra desde los espirituales negros durante la época de la esclavitud a finales del s. XIX. Estos intensos y simples ritmos a golpe de martillo, se van transformando hasta el blues o el jazz, el Rhythm & Blues o el rock, al mismo tiempo que la sociedad americana evoluciona y se adapta a convivir en igualdad. La segunda parte del documental relata cómo esa música, nacida de los esclavos africanos que llegaron a tierras americanas, ha seguido evolucionando hasta el Funk, el Rap, el R&B y el Pop de nuestros días. Los espirituales negros, el germen del posterior gospel, son las primeras grabaciones que se conservan de la música negra americana. Y son a su vez el campo de siembra de toda la música que irá germinando poco a poco, pero sin descanso, desde las áridas tierras de Nueva Orleans hasta el mismísimo asfalto de la Gran Manzana. Desde ese momento, la música sirvió como instrumento de lucha y de unión del pueblo negro, mientras que conmovía al público blanco sin que éstos llegaran a comprender realmente el mensaje oculto de estas canciones. Estos eran momentos de segregación racial en Estados Unidos, los linchamientos y las hogueras estaban a la orden del día, y voces como la de Billie Holiday en Strange Fruits (1939), suponían los mayores lemas que había escuchado la humanidad contra el racismo. Black Music – De las cadenas de Hierro a las cadenas de Oro. Parte 1: 1889 – 1970. Pero los tiempos cambian, y la música con él, y el jazz ligero, que apasionaba a los blancos, y el blues arrabalero que entusiasmaba a los negros, dieron paso a otros ritmos más pegadizos y bailables de la mano de personalidades como Little Richards, y más tarde, Elvis, que pusieron de moda el rock. Así fue pasando el tiempo, entre levantamientos y linchamientos, y se fue gestando poco a poco un movimiento que nació pacífico y que se fue volviendo cada vez más violento, incontrolable y reivindicativo, al igual que la música. James Brown lo expresó así en la iglesia del Funk y del Soul: SoulTrain, «Say it loud, I’m Black and I’m Proud» (Dilo alto, Soy Negro y estoy Orgulloso)   En la próxima edición de ‘Cine Dominguero’ continuaremos con la 2ª Parte...

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