Documental 'Black Music: de las Cadenas de Hierro a las Cadenas de Oro'

Los mas rigurosos musicópatas están de suerte esta semana, pues desde el Musiquiátrico les hemos recetado una buena dosis de historia musical en estado puro. Para aquellos que nunca se contentan con un poco, y quieren saberlo todo sobre los orígenes de la música actual, no pueden perderse este documental, que nos hace un recorrido por la historia de la música negra desde los espirituales negros durante la época de la esclavitud a finales del s. XIX. Estos intensos y simples ritmos a golpe de martillo, se van transformando hasta el blues o el jazz, el Rhythm & Blues o el rock, al mismo tiempo que la sociedad americana evoluciona y se adapta a convivir en igualdad. La segunda parte del documental relata cómo esa música, nacida de los esclavos africanos que llegaron a tierras americanas, ha seguido evolucionando hasta el Funk, el Rap, el R&B y el Pop de nuestros días. Los espirituales negros, el germen del posterior gospel, son las primeras grabaciones que se conservan de la música negra americana. Y son a su vez el campo de siembra de toda la música que irá germinando poco a poco, pero sin descanso, desde las áridas tierras de Nueva Orleans hasta el mismísimo asfalto de la Gran Manzana. Desde ese momento, la música sirvió como instrumento de lucha y de unión del pueblo negro, mientras que conmovía al público blanco sin que éstos llegaran a comprender realmente el mensaje oculto de estas canciones. Estos eran momentos de segregación racial en Estados Unidos, los linchamientos y las hogueras estaban a la orden del día, y voces como la de Billie Holiday en Strange Fruits (1939), suponían los mayores lemas que había escuchado la humanidad contra el racismo. Black Music – De las cadenas de Hierro a las cadenas de Oro. Parte 1: 1889 – 1970. Pero los tiempos cambian, y la música con él, y el jazz ligero, que apasionaba a los blancos, y el blues arrabalero que entusiasmaba a los negros, dieron paso a otros ritmos más pegadizos y bailables de la mano de personalidades como Little Richards, y más tarde, Elvis, que pusieron de moda el rock. Así fue pasando el tiempo, entre levantamientos y linchamientos, y se fue gestando poco a poco un movimiento que nació pacífico y que se fue volviendo cada vez más violento, incontrolable y reivindicativo, al igual que la música. James Brown lo expresó así en la iglesia del Funk y del Soul: SoulTrain, «Say it loud, I’m Black and I’m Proud» (Dilo alto, Soy Negro y estoy Orgulloso)   En la próxima edición de ‘Cine Dominguero’ continuaremos con la 2ª Parte...

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Aquella extraña fruta que cuelga de los árboles: Billie Holiday y Strange Fruits

Árboles sureños cargan extraños frutos, Sangre en las hojas, y sangre en la raíz, Cuerpos negros se balancean a la brisa sureña Extraños frutos penden de los tuliperos. … Así comienza el mayor alegato de la historia en contra de los linchamientos de afroamericanos en los 40 del pasado siglo. La letra, el poema «Bitter fruits» escrito por el profesor judío Abel  Meeropol, (publicado bajo el seudónimo de Lewis Allen en 1937) se convirtió en un éxito al ser grabada por Billie Holiday en 1939, y pronto se  mitificó como el lema contra el racismo y a favor de la igualdad de los derechos civiles en Estados Unidos. Holiday, que ya era considerada como una de las mejores voces del jazz, se convirtió así también en la imagen y la voz de la lucha por la igualdad y en contra de la segregación racial. Y «Strange Fruits«, junto con la imagen triste y amarga de Holiday, se convirtieron en emblemas del movimiento negro que se estaba fraguando, y que surgiría  con bravura a mediados de la década de los 50. Más tarde, en el año 1965, en plena lucha por los derechos civiles y con el movimiento negro con más fuerza que nunca, otra gran dama del jazz, Nina Simone, recolecta de nuevo esa extraña fruta madura que cuelga de los árboles. Por esos años, Malcom X acababa de morir y Martin Luther King iba a ser condecorado con el Premio Nobel de la Paz, tres años antes de ser asesinado en Memphis. Strange Fruits Árboles sureños cargan extraños frutos, Sangre en las hojas, y sangre en la raíz, Cuerpos negros se balancean a la brisa sureña Extraños frutos penden de los tuliperos. Escena pastoral del galante sur, Los ojos saltones y la boca retorcida, Perfume de magnolias, dulce y fresco, Y el repentino olor de carne quemada. Aquí está el fruto (que alardea coraje) para que arranquen los cuervos, Para que la lluvia tome, para que el viento chupe, Para que el sol descomponga, para que los árboles suelten, Esta es una extraña y amarga cosecha....

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