Locos por el ROCK AND ROLL – Listas Sociales del Musiquiátrico
Nov04

Locos por el ROCK AND ROLL – Listas Sociales del Musiquiátrico

Nueva Lista Social del Musiquiátrico: «Locos por el ROCK ‘N’ ROLL». ¡Participa y propón los vídeos que no deberían faltar!

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El tamaño importa…
Sep19

El tamaño importa…

Derek Klingenberg, quiso comprobar de primera mano, si el dicho de que la música es el lenguaje universal. Por ello, tomó su trombón y una silla, se fue en medio del campo, empezó a interpretar la canción Royals de Lorde, y el resultado demostró que en este caso, el tamaño, (del instrumento), si importa…   The YouTube ID of qs_-emj1qR4#t=200 is invalid....

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Vuelta al trabajo… no olvides tu música
Ago18

Vuelta al trabajo… no olvides tu música

Para mí, al igual que para muchos, hoy mismo ha sido ese día que nunca queremos que llegue cuando estamos de vacaciones, la vuelta al trabajo. Después de festivales por doquier, mojitos, cervezas en el chiringuito, espetos, playas y demás maravillas estivales, todo ello, se cambia por las bandas sonoras de los despertadores, oficinas, claxon, atascos y demás estrés que nos rodean a diario. Por esa razón, mi primer artículo después de tan ansiadas y merecidas vacaciones irá enfocado en cómo poder “arreglar” el día, o si no tiene arreglo, llevarlo con muchísimas ganas. A mí me ha funcionado. «ROCK AND ROLL RADIO» (THE RAMONES) ¿Cómo no iba a funcionar escuchar esos grandes temas, capaces de inyectarte en tan solo dos, tres o, a lo sumo, cuatro escasos minutos un gran chute de adrenalina? De estos grandes que la semana pasada cumplieron 40 años de Punk, debutaron allá por el año 1974 como una banda de punk en el distrito de Queens, Nueva York, permaneciendo unidos hasta 1996, año de su disolución. Cualquier canción es válida para ayudarte en tan difícil empresa, aunque el Dr. Ubeda, personalmente, te recetará «Rock and Roll Radio»…   “I WANT TO BREAK FREE” (THE QUEEN) Canción compuesta por el bajista del grupo, bien conocida por todos, pero que no podía faltar a esta lista, ha sido utilizada como himno por multitud de asociaciones y/o grupos colectivos desde que la escribiera John Deacon. “EYE OF THE TIGER” (SURVIVOR) Clásico donde los haya, ¿a quién no le sube el ánimo este tema? De esta canción, comentaros que fue compuesta por petición de Sylvester Stallone para la película.  «YOU GIVE LOVE A BAD NAME» (BON JOVI) El comienzo de esta canción habla por sí solo, energía pura de la época. Ya nos enseñó el camino Barney Stinson en un episodio de “Como conocí a vuestra madre”… «I WANT OUT» (HELLOWEEN) Para ir acabando, ya seguiremos en Septiembre, (ellos también tienen derecho a su lista cuando vuelvan de las vacaciones), se me ocurren pocos temas tan cargados como este. Afortunadamente, a lo largo de la historia de la música, se han encargado, en diferentes estilos, (a mi se me ve el plumero), de que no nos falten canciones llenas de energia y potencia. Si has vuelto de vacaciones o todavía no, pero sabes que ponerte para llevarlo mejor, no dudes en compartirlo con todos en los comentarios… Feliz vuelta al trabajo, musicópatas!!!                  ...

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Cerebro y música: El efecto de la improvisación, la interpretación y los límites de la percepción
Jul04

Cerebro y música: El efecto de la improvisación, la interpretación y los límites de la percepción

Todos los músicos nos hemos preguntado alguna vez cómo llega y qué provoca nuestra música en el público. También todos los musicópatas que escuchamos música en directo sentimos que algo pasa en nuestro interior, algo muy grande e incomprensible. Si analizamos el electroencefalograma de un músico durante la interpretación de su obra, y del oyente que está en ese mismo momento en la sala, podemos ver claramente qué tipo de conexiones y estímulos se crean, y la sorprendente diferencia que hay entre los procesos mentales al interpretar música y al escucharla, y más interesante todavía, entre la música improvisada y la escrita.   Estas infografías sobre los procesos mentales del músico y el oyente fueron publicadas en “The causal inference of cortical neural networks during music improvisations”, de Bjorn Cruts, Henrik Jeldtoft Jensen y Xiaogeng Wan. En función de si la música era improvisada y espontánea, o por el contrario era un tema compuesto previamente, los resultados de los electroencefalogramas nos revelan una diferencia abismal entre ambas prácticas. Los electrodos, representados por letras y números, recogen lo sucedido dentro de cada cerebro. Aquí vemos el contraste entre los procesos mentales del músico y del oyente en sesiones de música improvisada y composiciones interpretadas, obtenido mediante la técnica de EMG MIME Y también se encuentran evidentes diferencias cuando se trata de interpretar una composición de forma estricta, y cuando se le da un toque personal, algo más creativo.   El entramado de estímulos que la música genera en nuestro cerebro no es sólo algo complejo, eternamente explorable, o sencillamente placentero; son la explicación del por qué nos puede llamar la atención un tema concreto la primera vez que lo escuchamos, por qué no sentimos lo mismo cuando ya lo conocemos, por qué la música en directo o la reproducida, la interpretada y la improvisada, nos provocan sensaciones diferentes; y quizás también, ¡por qué “nos vuelve locos”! Ahora bien… ¿se producen los mismos estímulos en todas las personas? ¿y los estados de ánimo? ¿influyen? ¿y el estar bajo los efectos de alguna droga (legal o ilegal)? Tendremos que esperar a que estos científicos puedan avanzar en sus estudios y experimentar con “las puertas de la percepción”, quizás el resultado sea aún más sorprendente, no tengo la menor duda. Combinando información, y sin incitar a nadie a que “caiga en pecado” en su propia casa, en este artículo del que he extraído parte de la información plantean la posibilidad de experimentar uno mismo en su casa, ya que un gorro de electrodos puede costar unos 250€. Desde luego, sería muy interesante tener uno de esos en el local de...

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¡Qué difícil es ser músico en España!
May15

¡Qué difícil es ser músico en España!

Es ya habitual que cada vez que te paras a leer o escuchar una entrevista (de cualquier estilo musical, esto es de lo poco que los une)  a alguno de los músicos a los que admiras desde hace años, sólo se dedican a decir dos cosas: que el último disco o gira que están presentando es su obra más íntima, madura y personal; y que la crisis les está haciendo casi que perder dinero por deleitarnos con sus maduras canciones. Lo primero, sabemos perfectamente hace tiempo que es una completa mentira. Claro, no vas a decir: pues teníamos que grabar un disco para cumplir el contrato con la discográfica y ha salido esto (pocos casos se han visto); o me apetecía hacer un disco infantil, algo divertido. Así que tratándose de esta obviedad, vamos a centrarnos en el segundo caso. Cualquier persona que esté un poco interesado en la música sabe que los grupos o artistas de verdad, no salen de la nada. Por supuesto dejamos fuera los productos comerciales creados con la única intención de atraer a adolescentes locas. Hablo de la música con mayúsculas. Esa que queda eterna para la historia. La que marca la vida de millones de personas. Hasta que tú consigues saber de ellos, esa banda o artista ha tenido que patear decenas o cientos de escenarios en garitos lúgubres, sin gente, maltratados, poniendo su equipo, su dinero, dando la cara por otros que no la dan ni por ellos mismos, haciendo kilómetros por carreteras dejadas de la mano de Satán, poniendo buenas caras a dueños de bares y miles de malos tragos más. De esto es de lo que parece haberse olvidado esa élite establecida, acomodada. Los mismos que durante años se jactaron de llenar estadios o hacer giras por el extranjero, ahora acuden al modelo de financiación de crowfunding para apostar al caballo ganador. Los mismos que nos daban charlas de cómo hay que trabajar duro para llegar donde están son los que ahora lloran porque para poder sacar su disco más personal, tienen que arriesgarse a sacarlo al mercado y que nadie se lo compre. Esos son los que no se acuerdan de lo que era viajar seis personas en una furgoneta, con todo el equipo, dejándose la salud y el dinero. Porque tras hacer más de 800 kilómetros, lo que te dan son 80 euros (que no llegan ni para el combustible) y unos litros de cerveza. Los que no se arriesgan a dar un concierto y que aparezcan 12 personas, porque ya existe la venta anticipada y si no va bien, ¡oh que suerte!, tienen la capacidad de suspenderlo....

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