Mamady Keïta
Ene26

Mamady Keïta

Desde las raíces de la música, desde la tierra que una vez despertó los sentidos del humano y desde donde procede gran parte de la música actual y del siglo XX, la madre África, hoy traemos un nuevo paciente al Musiquiátrico, un musicópata que hace vibrar la fibra del instinto más primario de todo musicópata. Al compás de los latidos del corazón, al borde de la taquicardia, hoy os presentamos a Mamady Keïta. Hijo de un curandero Fida Tigi y cazador principal de Balandugu, un pueblecito de Guinea, Mamady Keïta nació y creció bajo la profecía de un adivino que predijo a su madre lo que más tarde todos hemos podido confirmar. Apenas hubo andado unos pasos, ya revolvía las sartenes y ollas en busca de ritmo que saciara su emergente musicopatía, y su madre no tardó en decidir que su hijo sería un ‘Djembefola’ y en conseguirle un Djembe de su tamaño. Tal fue su iniciación en la percusión, que se le empezó a conocer como Mamady Nankama (el que nació para ello), o Balandugudjina (el diablo de Balandugu). Junto a su anciano maestro djembefola Karinkadjan Kondé, nuestro estimado musicópata llego a aprender por completo los ritmos de la Mandeng, la Wassolon, e incluso los de las etnias vecinas. En los tiempos en que Touré, presidente de Guinea, pusiera en marcha planes para la promoción de la música y la danza de su país mediante concursos locales, regionales y nacionales, Mamady Keïta apenas había cumplido los 14 años. Entre más de 500 participantes de toda Guinea, sólo 3 djembefolas fueron los elegidos, y Mamady, uno de ellos. Así nuestro paciente entró a formar parte del Ballet Nacional Djoliba, aunque con 15 años ya ocupara el puesto de djembe solista, y estuvo más de 20 años viajando por el mundo y contagiándonos con su música, visceral, primitiva, sensacional. En el  Ballet Djoliba llegó a ser el primer percusionista con cargo de Director Artístico. En 1986 abandona Djoliba para comenzar su carrera de músico independiente, y junto al ballet de Abidján, Souleymane Koli Koteba (Costa de Marfil), vuelve a recorrer el mundo a lo largo de 2 giras completas, y en el 88 los belgas de la organización Zig Zag consiguieron que Mamady Keïta impartiera clases en la escuela de música ‘Repercussions’ en Bruselas, al mismo tiempo que se consolidaba el grupo Sewa Kan: «Ni kan tiyen, sewa tiyen. Ni sewa tiyen, kantiyen «,» Sin música no hay alegría, sin alegría no hay música «, proverbio malinke. ‘Wassolon’, el primer disco de Mamady Keïta, no tardó en llegar. A partir de 1989 comienza un nuevo periodo para nuestro musicópata, y...

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