Wanted Ramoncín: el músico que "robó" su propio disco
Ago14

Wanted Ramoncín: el músico que "robó" su propio disco

Esta historia empieza con el anuncio que, en 1976, un joven rockero vallecano escribió en Disco Express: Se busca cantante para grupo en Vallecas. No importa que sea muy bueno pero que se lo monte bien en el escenario. Ese joven era Jerónimo Ramiro, Jero, llamado algún tiempo después a hacer historia en el rock español de los últimos treinta o cuarenta años. Otro joven respondió al anuncio, hizo la prueba (en la que interpretó el «Jumpin´ Jack Flash» de los Rolling como si a Jagger le hubieran dado por el culo una contundente descarga eléctrica) y se quedó como cantante. Era José Ramón. Ramoncín para los amigos. El grupo se hará llamar W.C.? (sí, con esa críptica interrogación al final) y los chavales -Jero tiene dieciséis, Ramón alguno más- empiezan a darle duro en aquel improbable local de ensayo vallecano y setentero. El nuevo parece integrarse bien y tiene lo que Jero busca: pocas tablas pero mucho desparpajo nervioso encima de ellas. Los temas van saliendo uno a uno. «Cómete una paraguaya», «Rock and roll duduá», «Noche de cinco horas», «El loco de la calle larga»… Temazos todos. Sin embargo, la cosa toma un rumbo diferente -y funesto- en algún momento de la historia: la influencia que Ramoncín empieza a ejercer sobre la banda hace que algunos miembros salgan escopeteados de allí. En algún otro momento funesto, Ramoncín introduce en el grupo al guitarrista argentino Carlos Michellini, del que se dice por ahí que había tocado en la banda Vox Dei. Los WC? empiezan a hacerse relativamente conocidos y, al poco tiempo, el tal Michelini y Ramoncín se largarán a Barcelona para firmar con Emi Odeón lo que sería la edición de su primer LP. Mientras, inocentes ellos, el resto de la formación queda en Madrid, ensayando los temas a grabar. Sin embargo la puñalada trapera estaba ya en marcha y daba igual que el resto de W.C.? ensayase hasta el final de los tiempos si querían: Carlos Michelini y Ramoncín jamás volverían a ver a sus antiguos correligionarios, pues el disco fue rápidamente grabado in-situ, en la propia Barcelona y con músicos de sesión. Cuando el Lp fue llevado a las tiendas, Jero pudo comprobar que su nombre, como co-autor de todos y cada uno de los temas, no aparecía por ningún lado. En su lugar aparecía el resplandendeciente nombre de Michelini. Estaba claro: era mejor llamarse Carlos Michelini que Jerónimo Ramiro… Ramoncín, él, el hombre que vino a enseñarnos la asignatura Arte, Moralidad y Negocio, el hombre que nos daría la tabarra años después con la SGAE castradora, había robado su primer disco. Cojonudo. Apoteósico. Repugnante....

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