Javier Krahe y los cristos al horno (o el esperpento ibérico)

Los musicópatas confinados en El Musiquiátrico claman venganza: «¡Se ha ofendido a uno de los nuestros!» En los confines del Musiquiátrico, un aroma invade las estancias de nuestros pacientes, una bocanada satírica burlesca proveniente de la celda de uno de nuestros ingresos más emblemáticos, Javier Krahe, musicópata  de nacimiento y distinguido chef. Algo se está cociendo… Javier Krahe compuso sus primeros temas ayudado por su hermano Jorge, que empezó a musicarle los versos. Este primer Krahe se mostrará muy influenciado por el cantautor francés George Brassens, aquel gran bardo de la juventud rojuela de la época, y también por Cohen y Dylan (aunque sospechamos que más por el primero). En algún momento se larga a Canadá con la señorita Annick, que era oriunda de allí y que resultó ser el amor de su vida. De vuelta a España, Javier Krahe debuta en 1980 con «Valle de Lágrimas», grabación surcada ya del estilo inconfundible de Krahe: un fatídico humor negro que opera como un preciso estilete poético, rimas ingeniosas y composiciones sencillas en Fa, la difícil, como él mismo decía. Ya desde este inicio, Krahe hará frecuentes alusiones a las grandes obras del cine y de la literatura universal, gastando siempre mucho cuidado por algo que muchos cansautores olvidan hoy en pos de un lalalá facilón: la rima y la métrica, señores. El basamento de todo. Reintroducido en la noche madrileña por el cantautor antifranquista Chicho Sánchez Ferlosio, comenzó a tocar en garitos del under madrileño setentero como La Aurora o La Mandrágora. En éste último, y junto a Joaquín Sabina y Alberto Pérez, grabará el disco homónimo en 1981. El LP, atravesado todo él por una fina -y a veces no tan fina- ironía, cuenta con temas que han entrado de lleno en la memoria colectiva española como «Pongamos que hablo de Madrid» (versionado luego por el propio Sabina, por los Porretas y hasta por El Engendro) o «La Hoguera», satírica y fría cuchillada contra la pena de muerte. El célebre «Adivina, Adivinanza», por su parte, narra con excelsa ironía y una excepcional mala leche la muerte del dictador Franco. En 1986, Televisión Española no tuvo más cojones que censurar el tema «Cuervo Ingenuo», que iba a emitirse como parte de un concierto de Sabina. En el tema, narrado en plan indio sioux, Joaquín y Javier se despachaban a gusto con el PSOE, que recientemente había malmetido a España en la OTAN, meándose sobre los resultados de un referéndum previo convocado por ellos mismos. La traición era flagrante y la canción, aunque lo hacía en una retórica pregunta, no se callaba. Lástima que algunos cambien. Esperemos que Javier no...

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Al Berkowitz Band, salvaje experimentación castiza a base de Art Rock
Jun19

Al Berkowitz Band, salvaje experimentación castiza a base de Art Rock

Esta banda madrileña sufre la musicopatía como mecanismo de búsqueda de alucinaciones y emociones. Tratan de imaginar escenas e ideas nunca vistas antes en su realidad virtual. Con carices hipnóticos y psicodélicos, folk sin tierra y algo de folclore bizarrillo, manipulan temáticas paranoicas que contrastan a veces con interludios lúcidos y más o menos luminosos que infunden a la banda una esperanza mordaz y burlona. «Fantasías músico-animadas de ayer y hoy» presentan en el pabellón Art Rock Experimental del Musiquiátrico a la Banda de Al Berkowitz. Tres antiguos miembros de los madrileños The Inhabitants junto al maravilloso bluesman (retirado)Aldous B. Berkowitz , como ideólogo y espectro indefectible alrededor del proyecto, forman este grupo, llamado a convertirse en institución musicopática en sí mismo, dedicada en cuerpo y alma a la experimentación desde el más desafiante, ruidoso y poco convencional Art rock , para ser la correa de transmisión de todas y cada una de las fantasías personales de Aldous. El trío lo componen: Lorenzo a la batería, Santiago con el bajo y los coros, cantando Ignacio,  con la guitarra bien colgada, además de tocar los teclados, algunas percusiones y hacer las veces de productor. Al Berkowitz band resurgen de las pavesas musicovíricas de la banda homónima de los 70, llevando en plena forma desde noviembre de 2006 y pateándose toda España con su música Avantgarde (experimental en los elementos líricos , rítmicos y estéticos) con grandes ambiciones intelectuales y poéticas. Poesía psicodélica influida por todos los estilos y géneros sin desperdiciar ninguno, plasmando su creatividad tanto en el estudio como en sus directos de forma única y original. Después de un EP en 2006 titulado “Man in the air” llegó su álbum de debut, tres años más tarde, llamado “Barely Nice”que como suele pasar con todas las maravillas musicodélicas, es considerada hoy una de las joyas ocultas del rock español. Ese mismo año 2009 publicaron un directo con Producciones Psicotrónicas bautizado como “Apprenticeship and attitude”. Su segundo larga duración (de estudio), “A long hereafter”, cocinado en el Puerto de Santa María por Paco Loco saldrá a la calle después del verano. Hablar de las referencias musicopáticas de Al Berkowitz band es repasar toda la historia de la música del siglo XX. No obstante, su contagio demoníaco más evidente, procede del ruido abrasivo del postpunk, post rock, del noise y del rock alternativo (personificado en Sonic youth, por  ejemplo). Inhalan de manera natural el Pop sinfónico de Procol Harum o The Moody blues. También forman parte de su venerada dieta mediterránea el surrealismo, la fantasía y los mitos, esbozados sanamente en su lírica. Por supuesto que cogen apuntes del Rock progresivo...

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