Me subí a la reja, un auténtico temazo, políticamente incorrecto, de lenguaje soez y descuidado. Un auténtico gustazo en tiempos de eufemismos y sobreentendidos.
Como es casi imposible oir palabras malsonantes o improperios en ningún medio de comunicación, El Musiquiátrico quiere romper una lanza por el lenguaje burdo, desmedido y nunca mejor dicho, sin pelos en la lengua.
Una oda a las pelotas, los testículos, las bolas del dragón o como quieran llamarlas, con frases tan míticas como que «Parecen angelotes de esos que inflan los carrillos en los cuadros de Murillo«.
Sin desperdicio.
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