Negocio, punk rock metal para «obreros cabreados»
Jul24

Negocio, punk rock metal para «obreros cabreados»

Recién llegados de Almería, con un demoledor repertorio de leña y mensajes directos al cuello, y acompañada de un tremendo pogo de «obreros cabreados», la banda de punk-metal-rock Negocio entra a saco en las instalaciones del Musiquiátrico Conoce más sorbe Negocio en su celda...

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Larsen, cuando tus oídos sangran

Diagnosticados de gabachofobia macerada en la pota de un punk, de claustrofobia hospitalaria con brotes de crudeza y locura a partes iguales “Larsen no era un grupo de música de cuatro chavales, sino que era un grupo de quince colegas que se lo pasaba de puta madre”, contaba Mosca. Nadie habría apostado mucho por esos adolescentes precoces, que preferían mendigar por la capital con el propósito de montar una banda, antes que quedarse en su barrio jugando a pistoleros como los jóvenes de su edad. Volcaron en Larsen energía demente a raudales, algo que los caracterizaría en sus directos. Ningún miembro tenía experiencia musical alguna, quizás por ello escogieron como nombre identificativo la denominación técnica que los especialistas del sonido dan a los acoples que aparecen cuando se coloca un instrumento cerca de los amplificadores, vaticinando un punk ruidoso opuesto a cualquier atisbo de elegancia, original en grado sumo dentro del Rrollo. Su libertad compositiva sin condicionamientos, unida a la ausencia de formación sonora, produjeron un particular ruido integrado por elementos pseudomusicales como el que relata Rana, bajista del grupo:  “Yo me afinaba de manera que no había que poner acordes. Tocaba como si fuera un bajo, pero usando todas las cuerdas. Así desarrollé un estilo muy particular de tocar la guitarra con mucho ataque, basado principalmente en mazazos de mano derecha” Los cinco años que duró la formación, con sus variaciones de componentes incluidas, dieron pie a varias grabaciones sumamente accidentadas por la precaria gestión de Spanduld, la única discográfica que tubo cojones de hacerles algo de caso. En su día no fueron un grupo especialmente conocido, hoy probablemente tampoco lo sean en demasía. Sin comerlo ni beberlo aparecieron fortuitamente en el número 17 de la cuarentena musical más conocida de la península, con la misma casualidad con la que aportaban su tema ‘Frontera Francesa’ como sintonía para una noticia del telediario sobre los conflictos que describía su letra; ambas eran formas de difusión contradictorias con el neonato credo del punk pero que compatibilizaban bien con su espíritu fresco y descarado. Amén de crear el himno francófobo por antonomasia, brindaron otros grandes temas como ‘Noche de Destrucción en Rock-Ola’; cuando surgió la posibilidad de tocar en el mencionado templo de la movida, consiguieron congregar una horda insalubre de punxs y pseudopunxs que confabularon en un infernal pogo de destrucción del local. En ocasiones afirman haberse alimentado de las inspiradoras fuentes del punk inglés y norteamericano pero un simple ejercicio de observación los delata como el grupo con menos papeles, plagios e influencias de la historia. Su precario atrevimiento musical los convierte en una delicatessen para estómagos placados en...

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Comportamientos Musicópatas Indecentes II | Un público modélico
May08

Comportamientos Musicópatas Indecentes II | Un público modélico

· Aunque pueda parecer una tarea sencilla, a veces no es fácil formar parte del público de un concierto Las últimas investigaciones realizadas por el honorable e Infame Doctor Lamberto Ruíz, han alimentado un debate ya abierto en el Musiquiátrico, sobre cuál es la actitud correcta de un musicópata cuando forma parte del público de un concierto. Las indagaciones del Doctor Ruíz han mostrado unos escalofriantes documentos audiovisuales jamás contemplados por muchos de nuestros musicópatas, que ya han empezado a discernir sus propias tesis sobre la sociología musicópata durante los conciertos. Estas novedades nos han obligado a abrir nuestro segundo capítulo de Comportamientos Musicópatas Indecentes. El Pogo es un viejo conocido por los musicópatas más aficionados al Punk o al Hardcore. Los que no saben lo que es, es por que nunca han estado en la primera fila de un concierto de verdad. El pogo es ese baile rudo, en el que los saltos, los empujones y los golpes en el costado son comunes. Lo que podría parecer una locura o un acto de extrema violencia para algunos, se torna en un juego de niños grandes cuando te ves dentro de uno. O al menos así debería ser. Esta escena, desde un punto de vista musiquiátrico es preciosa. No se observa ni un atisbo de violencia, sólo hay gente pasándolo en grande, que desatan sus pasiones hasta tal punto que ni sienten el dolor. Estas danzas no orquestadas ya eran conocidas en el Musiquiátrico, sin embargo, los documentos aportados por el Doctor Lamberto Ruíz nos han hecho informarnos más acerca de la evolución de estos actos. Este baile que podríamos clasificar casi de tribal, es conocido como Circle Pit por los musicópatas más expertos, como se puede ver existe tal coordinación entre el público que se podría considerar casi una exquisita coreografía, eso sí, al estilo musicópata. Cualquiera que se haya subido a un escenario sabrá que ese gesto tan voluntarioso del público, puede hacer que a un músico se le salte el botón del pantalón de pura excitación. Por ejemplo, los rumores cuentan que el cantante de este grupo, Avenged Sevenfold, mantuvo una erección durante todo el mes siguiente al concierto. Aunque este Circle Pit no es el único ejemplo de este tipo que podemos encontrar en los distintos festivales donde se dan cita los musicópatas de todo el mundo. Otro claro ejemplo de actitudes sociales entre el público mostrado por el Doctor Galsía, lo encontramos en el festival de México Hell & Heaven Metal Fest 2011, en el que el grupo Thell Barrio, pudo sentir desde la tribuna, cuál es la máxima expresión del significado de Wall...

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Bad Manners | Celda Acolchada de Alta Seguridad para Musicópatas Peligrosos

Unas botas Doctor Martens de puntas de acero y unos tirantes blancos y negros presentan a esta banda de Ska Londinense: Bad Manners. Cofundadores de la segunda oleada del ska británico (junto a The Specials y Rico Rodriguez) y renovadores de la música skinhead, estos chicos malos se han ganado una celda acolchada de alta seguridad en los pabellones de reclusión del Musiquiátrico. Aunque las cabezas rapadas, las botas de puntas de acero y las cazadoras bombers impongan al principio a los que no están acostumbrados, cuando conoces a Bad Manners notas que las apariencias engañan, y terminas sintiendo que en el fondo los Skinheads también tienen su corazoncito. Así pues presentamos en el Musiquiátrico a una banda adorada por Skinheads de todo tipo y condición. Mogs, Rude-boys, Redskins, e incluso Homoskins han bailado bajo el  enloquecido ritmo de los Bad Manners. Y nosotros no vamos a ser menos. Aunque antes de adentrarnos en la historia de este grupo, vamos a destapar algunos tabúes sobre los Skinheads, y nadie mejor que Buster Bloodvessel, el carismático vocalista y showman de Bad Manners, para contarnos en cuatro pasos cómo debe ser un auténtico Skinhead. Tras ver este sencillo manual de cómo convertirse en un buen Skinhead, a muchos musicópatas les habrán vuelto las ganas de ponerse las botas de puntas de acero y ponerse a bailar pogo como endemoniados pateando a algún racista. Así que nos remontamos a finales de 1970, justo antes de la entrada del guante de hierro en la política inglesa. Cuando Margaret Thatcher cogió las riendas del país británico, ellos ya estaban imponiendo sus malos modales por todo el país y aún hoy, muchos años después de que la dama de Acero se conviertiera en un recuerdo, Bad Manners sigue llevando su música a todos los rincones del planeta. La banda se forma en torno a Buster Bloodvessel (el único integrante original de la banda que sigue en el grupo) sobre 1976, pero no es hasta 1980 cuando verá la luz su primer single y su primer disco de larga duración «Ska’n’b«. Por esta época comenzaron a surgir grupos que experimentaban con el clásico Ska jamaicano, como «The Specials» o «Rico Rodriguez», que aceleraron los ritmos y que comenzaron a destacarse por sus ropas con cuadros blancos y negros. Este movimiento se conocería como 2Tone. Nombre dado por 2Tone Records, el primer sello que apostó fuerte por estos grupos nuevos de Ska, Reggae y Rocksteady. En el que además de a Bad Manners podemos englobar a Madness o The Selecter.  Siendo así que treinta años más tarde, todos estos grupos continúan dando leña y siguen emocionando a su...

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