Bad Manners | Celda Acolchada de Alta Seguridad para Musicópatas Peligrosos

Unas botas Doctor Martens de puntas de acero y unos tirantes blancos y negros presentan a esta banda de Ska Londinense: Bad Manners. Cofundadores de la segunda oleada del ska británico (junto a The Specials y Rico Rodriguez) y renovadores de la música skinhead, estos chicos malos se han ganado una celda acolchada de alta seguridad en los pabellones de reclusión del Musiquiátrico.

Aunque las cabezas rapadas, las botas de puntas de acero y las cazadoras bombers impongan al principio a los que no están acostumbrados, cuando conoces a Bad Manners notas que las apariencias engañan, y terminas sintiendo que en el fondo los Skinheads también tienen su corazoncito.

Así pues presentamos en el Musiquiátrico a una banda adorada por Skinheads de todo tipo y condición. Mogs, Rude-boys, Redskins, e incluso Homoskins han bailado bajo el  enloquecido ritmo de los Bad Manners. Y nosotros no vamos a ser menos.

Aunque antes de adentrarnos en la historia de este grupo, vamos a destapar algunos tabúes sobre los Skinheads, y nadie mejor que Buster Bloodvessel, el carismático vocalista y showman de Bad Manners, para contarnos en cuatro pasos cómo debe ser un auténtico Skinhead.

Tras ver este sencillo manual de cómo convertirse en un buen Skinhead, a muchos musicópatas les habrán vuelto las ganas de ponerse las botas de puntas de acero y ponerse a bailar pogo como endemoniados pateando a algún racista.

Así que nos remontamos a finales de 1970, justo antes de la entrada del guante de hierro en la política inglesa. Cuando Margaret Thatcher cogió las riendas del país británico, ellos ya estaban imponiendo sus malos modales por todo el país y aún hoy, muchos años después de que la dama de Acero se conviertiera en un recuerdo, Bad Manners sigue llevando su música a todos los rincones del planeta.

La banda se forma en torno a Buster Bloodvessel (el único integrante original de la banda que sigue en el grupo) sobre 1976, pero no es hasta 1980 cuando verá la luz su primer single y su primer disco de larga duración «Ska’n’b«.

Por esta época comenzaron a surgir grupos que experimentaban con el clásico Ska jamaicano, como «The Specials» o «Rico Rodriguez», que aceleraron los ritmos y que comenzaron a destacarse por sus ropas con cuadros blancos y negros. Este movimiento se conocería como 2Tone. Nombre dado por 2Tone Records, el primer sello que apostó fuerte por estos grupos nuevos de Ska, Reggae y Rocksteady. En el que además de a Bad Manners podemos englobar a Madness o The Selecter.  Siendo así que treinta años más tarde, todos estos grupos continúan dando leña y siguen emocionando a su manera a los Skinheads, que a fín de cuentas no son sino niños con pinta de malotes.

Y aunque parezca mentira, Bad Manners llegaron hasta España a principios de los 80, cuando actuaron en el programa de TVE1 «Aplausos«: «Lip Up Fatty«.

Aunque conocidos como Skinheads, la música de Bad Manners no es agresiva, ni políticamente incorrecta si la comparamos con la de los grupos que se forman en la escena Skinhead a partir de los años 70 en Inglaterra. Ya que fue por esta época cuando se provoca la escisión entre Skinheads de izquierdas y de derechas, lo que supuso una radicalización de los polos, que anunciaba el principio del fin del movimiento obrero Skinhead. Y que desvió el sentido original de igualdad y antirracismo del movimiento Skinhead en simple violencia entre ideologías.

Pero hay algo que sigue uniendo a Skinheads de toda condición, y eso es el Ska, y gran parte de la culpa la tienen estos señores que con su buen humor se han hecho un hueco en los corazones de todos los Skins. Por que aunque muchas veces no lo parezca detrás de esos tirantes y esas botas con puntas de aceros, los Skinheads también tienen su corazoncito.

Y nadie mejor que Bad Manners para enseñarnos cómo se siente un Skinhead enamorado: Skinhead Love Affair.

Y por estas razones, y muchas más, el diagnóstico del Musiquiátrico para Bad Manners es favorable, y para festejar su ingreso hemos acondicionado una celda acolchada de máxima seguridad en las que los musicópatas puedan bailar duro sin miedo a perder los dientes.


Author: Dr. Evo Fdez.

Musicópata de nacimiento, sus padres notaron algo raro en él cuando de pequeño lloraba afinado, por eso lo mandaron internado al Musiquiátrico aún siendo un niño. Hoy, muchos años después, se ha reconvertido en un monstruo musicopático, ávido de devorar todos los injertos musicales que se pongan a su alcance.

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1 comentario

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