Éxitos de Sex Pistols por los PUNK ROCKERS: Curiosidades musiquiátricas añejas

La incunable y proscrita aberración de los Punk Rockers bajo análisis musiquiátrico Siempre se nos ha dicho que la realidad supera la ficción, pero pocas veces ocurre algo así. Cuando ocurre, los seguidores de la disciplina musiquiátrica (la ciencia que estudia y rastrea en los límites de lo inaudito, en los de la percepción casi, las manifestaciones más bizarras de la música universal) nos ponemos en marcha. Hoy traemos una curiosidad putrefacta y excelsa. Y añeja, muy añeja. En 1978, en los peores puestos del Rastro madrileño, una mañana de domingo de sol o de lluvia, apareció un extraño vinilo a todas luces pirata: en la portada se ve a una chica con gorra motera y chupa motera. Los pantalones aportan el toque más lumpetario. Su expresión es presuntamente mala, pero infantil en el fondo. Arriba, está escrito: Los éxitos de SEX PISTOLS. Y más abajo, en un  amarillo que chilla, literalmente: por los Punk Rockers. El punk se superaba a sí mismo, se copiaba y se pirateaba y era distribuido los domingos de sol o de lluvia en el Rastro. Mutaba, se desubicaba en los callejones. Se convertía en un primigenio fantasma de Teddy Bautista. Si las canciones de Rotten, Vicious y compañía suenan ya de por sí bastante chistosas, estas versiones llevan a la carcajada espasmódica. Escuchar el disco es risión cumplida, que dirían Mamá Ladilla. El inglés macarrónico y casi dadaísta del cantante -expelido absolutamente a pelo delante del micro-, y sus gritos de rata atropellada por el camión de la lavandería, armonizan -es un decir- con el ritmo cutremente acompasado de los temas, un tanto más lentos que los originales. Las preguntas son múltiples y variopintas: de dónde venía aquel engendro, quién lo había editado, dónde y cuando (en un momento anterior a 1978, sólo sabemos eso), cuántas copias se hicieron, quién había puesto el hipotético dinero, y sobre todo, quiénes eran los músicos que se escondían (y tal vez no solamente de forma metafórica) detrás de aquello. A este respecto, en los mentideros de la historia se ha dicho que los personajes reales que estaban tras éstos anónimos Punk Rockers no eran otros que los componentes del mítico grupo Asfalto, aquella seminal e inolvidable banda del rock progresivo ibérico, que tal vez un domingo de resaca llegaron a grabar esta incunable y proscrita aberración. ¡Sonido precario 100% vinilo!, ¡ripeados por dios sabrá quien!, ¡al asalto de la red de...

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Parálisis Permanente en impoluto negro | Prehistorias del punk español

· Aludiendo a lo tétrico y a lo macabro pretendieron practicar la autosuficiencia como claro síntoma del trastorno antisocial de la personalidad. Los primeros pespuntes de paralización permanente se manifestaron a principios de los ’80, recomponiendo los pedazos de Alaska y los Pegamoides. Estos pioneros del sonido oscuro sembraron una oleada siniestra en una península que se despertaba tras varias décadas de letargo cultural. Bastaron varias grabaciones simples y el disco ‘El acto’ para que su breve recorrido se convirtiera en memorable, digno de recibir ofrendas en los altares del underground. No descuidaron una lírica de carácter enfermizo y decadente ni la composición musical, alejándose de la tendencia pop jovial y facilona que se podía atribuir a otros proyectos encasillados en la renombrada Movida madrileña, al ritmo que se acercaban a las propuestas de grupos como Décima Víctima o Gabinete Caligari (con los que compartirían la edición de un EP en 1981). Algunas de sus rastreables influencias extranjeras serían Killing Joke, Theatre of Hate y UK Decay. Escribieron un evangelio del dolor, donde las pesadillas y la angustia existencial cobraban vida bajo una estudiada estética gótica; tampoco dejaron de lado la redacción de su propio manual de la perversidad, aludiendo al sexo malvado con temas como: ‘Adictos a la lujuria’, ‘Te gustará’, ‘Tengo un precio’, ‘Esa extraña sonrisa’ o la instrumental ‘Bacanal’. Ascendieron un escalón superior, más refinado, respecto a la tendencia generalizada en el punk español. No se pudo comprobar si la percepción de posesión alienígena patente en el tema ‘Tengo un pasajero’, se debía a la proliferación de alucinaciones hipnogógicas de apariencia real provocadas por la parálisis del sueño, o si se trató de un hecho contrastable. Con toda seguridad podemos afirmar que el visionado de la película Alien (1979, Ridley Scott) contribuyó a aportar un componente de realidad a la vivencia relatada. Tras la automovilística muerte de un veinteañero, Eduardo Benavente, el grupo decide disolverse desembocando en los Seres Vacíos; que en un principio continuaron el camino que iniciaron con Parálisis Permanente con la voz femenina de Ana Curra, aunque más adelante mostraron tendencias ligeramente diferenciadas. Programa: La Edad de Oro – Homenaje a Eduardo Benavente: Bajo el título ‘Ana Curra presenta El acto’, el pasado 9 de Marzo de 2012 se ofreció un concierto integrado por el repertorio del extinto grupo en el ‘Teatro Kapital de Madrid’. Viene siendo habitual presenciar revivals de grupos históricos, que en este caso – según las palabras de Ana Curra – se debe a una causa personal pendiente que no había podido asumir hasta ahora. De ellos nos quedan cepas musicopáticas como el mítico himno adolescente post-punk llamado ‘Autosuficiencia’,...

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Los Delinqüentes: 10 años entre bichos
Feb21

Los Delinqüentes: 10 años entre bichos

Diez años después de encandilar a generaciones diversas con su fresca propuesta, Los Delinqüentes dicen hasta luego para borrarse por un tiempo de la escena y emprender carreras en solitario. Muy adecuados para momentos de depresión, festejo o exaltación del surrealismo cotidiano, Los Delinqüentes se hicieron rápidamente un hueco entre las listas más epidémicas del panorama musical. La receta: Melodías pegadizas (que no por ello facilonas), letras tan alegres como canallas, a ratos urbanas y a ratos de lo más rupestres, y referencias y reverencias a algunos de los locos imprescindibles de nuestro tiempo. Una mezcla curiosa que va desde Rosendo hasta Bob Marley pasando por El Torta, Jimi Hendrix, Pata Negra o el gran Silvio. Así, lo último que hicieron no fue otra cosa que festejar el décimo aniversario de la aparición de ‘El sentimiento garrapatero que nos traen las flores‘, un debut que -rasgo que comparten los grandes discos- se escucha de un tirón y hasta dos y tres veces. Una declaración de intenciones con temas de todos conocidos como ‘El aire de la calle’, ‘Nube de pegatina’ o ‘Tabanquero’, en el que el Hammond corre por cuenta del Maestro Reverendo. Sin embargo, probablemente sean más valiosas canciones que no pegaron tanto en su día, más exquisitas y en las que Los Delinqüentes demuestran su valía en estilos musicales diversos. Es el caso de ‘La caja de mi mollera’, ‘El día de los bomberos’ o ‘Mis condiciones Pajareras’, en la que, como se hiciera por primera vez en las alegrías Bahía de Cádiz de La Leyenda del Tiempo, se introduce un silencio que rompe la voz de Migue para cantar ‘No soy nada sin mi nariz’. Luego llegaría ‘Arquitectura del aire en la calle’, obviamente no tan fresco como el primero pero sí reincidente en la propuesta. Entre otros, contiene ‘El rey del regaliz’, ‘Caminito del Almendro’ y por encima de todas ‘Poeta encadenado‘, con estructura de bulerías y cuya letra relata, desde su particular perspectiva, todo un paseo por los efectos de un tripi. También hay que destacar, por lo que conlleva, la versión de ‘La ragazza del Elevatore‘ de Silvio. Tras la triste desaparición del Migue, todo un genio como músico y poeta que merece una y mil precripciones y análisis aparte, no eran pocos los que daban por desaparecidos a Los Delinqüentes tras la pérdida de su voz. Y no sólo eso. Letrista, frontman y con un aura de esas que rodean a las auténticas figuras y transmiten su energía a los demás, banda público o lo que se tercie. No obstante, las dudas se disiparon con la llegada de ‘El verde rebelde vuelve’, en...

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