Chano Dominguez y Niño Josele – Flamenco Jazz
Ago14

Chano Dominguez y Niño Josele – Flamenco Jazz

Una guitarra y un piano es lo único que necesitan estos dos grandísimos artistas para transportarnos a un mundo onírico donde el flamenco y el jazz se fusionan para crear memorables melodías. Producido por Fernando Trueba, podríamos decir que «Chano y Josele» es un disco de...

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Jorge Pardo | Ejemplo de una vida musicópata
Ene27

Jorge Pardo | Ejemplo de una vida musicópata

Pocas personas podremos encontrar en España que tengan un recorrido tan extenso como el de Jorge Pardo, reconocido alquimista musicópata, creador de algunas de las recetas más mestizas que ha dado este país. Jorge Pardo crea música para músicos, y sólo los que no tengan miedo a explorar un inabarcable universo musical podrán llegar a conocer a fondo la obra de este maestro de los vientos. Desde que comenzó allá por el año 1976 junto a Pedro Ruy Blas en el grupo Dolores, (tras haber pasado bastante tiempo en algunos de los clubs de jazz de Madrid), Jorge Pardo se ha ido confirmando como un maestro del saxo y la flauta. Junto a Carles Benavent, Paco de Lucía, Rubem Dantas y el ya citado Pedro Ruy Blas asentaron las bases de un nuevo lenguaje musical, que fusionaba el flamenco y el jazz con todas las estilos que se pusieran a su alcance. Aunque Dolores aún no estaba tan influído por el flamenco como por el jazz americano de grupos como la Weather Report. Dolores se convierte en uno de los grupos de referencia de la música española de finales de los setenta. A partir de la colaboración con Paco de Lucía, algunos de los componentes de Dolores (Jorge Pardo y Ruben Dantas) comienzan a acercarse al flamenco, llegando a colaborar en La Leyenda del tiempo de Camarón. Poco más tarde, a principios de los años ’80, Paco de Lucía decide seguir experimentado con el flamenco y forma un sexteto junto a Jorge Pardo, Rubem Dantas, Carles Benavent, y sus dos hermanos Pepe y Ramón. Esta formación continúa desarrollando un estilo que ya había plasmado Miles Davis en el Sketches of  Spain o Pedro Itrurralbe en el disco Flamenco-Jazz, y que según el propio Paco de Lucía «es, propiamente hablando, la primera fusión real en el flamenco«, una chufla, según su padre. El disco «Sólo quiero caminar» es el primer disco de flamenco que incluye la flauta de Jorge, el cajón (introducido en el flamenco por Rubem Dantas) y el bajo eléctrico de Carles Benavent. Tanto dio que hablar el sexteto dentro y fuera de España, que cruzó el charco y recaló en muchos músicos de jazz americanos. Sin embargo,no fue otro sino Chick Corea quién decidió que debía tener cerca a esos músicos de jazz fusión. El primero de los que se acercaron a Chick Corea fue Paco de Lucía, con quien grabó el Spain (del que tanto hemos hablado en el Musiquiátrico), y con el que luego colaboró en el disco Zyriab. Más tarde, llamaría a Jorge Pardo, Carles Benavent y Rubem Dantas para colaborar en una de...

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De lo brillante, moderno y nuestro: Huellas flamencas de Jorge Pardo
May13

De lo brillante, moderno y nuestro: Huellas flamencas de Jorge Pardo

· Recetario musiquiátrico de Jorge Pardo en su disco ‘Huellas’ Hace ya varias semanas que el nuevo disco de Jorge Pardo, Huellas, lleva puesto en circulación por lo que, en situaciones normales, ya nos habría dado tiempo de pasar revista a este lanzamiento discográfico en algunas de las consultas del Musiquiátrico. Pero no estamos ante un disco normal, del que en un par de escuchas te puedas llevar ya la idea de por dónde van los tiros. Nos encontramos ante una obra importante, en un paso más en el camino que el maestro Pardo, con sus flautas y saxos al hombro, recorre hacia el futuro de dos tradiciones musicales -las del flamenco y el jazz-. Dos estilos, sin duda, diferentes, pero amalgamados y unidos ya irremediablemente por una generación de valientes de la que Jorge Pardo se ha convertido, por méritos propios, en el máximo representante.   El disco se ha creado a partir de un fuerte anclaje flamenco, dónde el compás se impone para después volar libre hacia el terreno jazzístico, con los vientos (flautas, saxos, fiscorno, trompeta, etc) entretejiendo melodías de extraordinaria vitalidad, algo a lo que ya nos tiene habituados Jorge Pardo desde hace muchos años. Desde los viajes de ida y vuelta con Carles Benavent y Tino Di Geraldo hasta las escapadas con Chick Corea, pasando por grabaciones y proyectos que ya son leyenda, como ‘Mira’, ‘Jazzpaña’, ‘Vida en Catedrales’ o los más recientes ‘Vientos Flamencos’. Pero como los genios casi siempre nos sorprenden, ‘Huellas’ introduce variantes a la fórmula magistral conseguida a lo largo de todos estos años de música. En sus 18 cortes (se trata de un disco doble, algo poco habitual tratándose de material musical nuevo y no de un “Grandes Éxitos” o similar) encontramos nuevos timbres sorprendentes, como la marimba o el vibráfono, que dotan a muchos temas de una sonoridad verdaderamente vanguardista, sin perder por ello -y esto es lo increíble- el deje flamenco. Y es que el nuevo disco de Pardo suena a la vez avanzado y tradicional, vanguardista y autóctono. La etiqueta de “fusión” se desdibuja a medida que se avanza en la escucha: ‘Cora Cora’, ‘Faro’, ‘Surcos’, ‘Sanlucar-Mojácar’ cobran personalidad propia, dejando fuera si son flamenco-jazz, jazz-flamenco o todo lo contrario.   La forma en la que el disco se ha “cocinado”, en ausencia de un estudio fijo y “autoeditado” por el propio Jorge Pardo, también ayuda a entender el desarrollo final de los temas. Más de un año de trabajo de composición y arreglos y sobre todo, la inestimable colaboración de gente como el percusionista Marc Miralta, tocaores de la talla de Tomatito, Josemi Carmona y...

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Andrés Calamaro, el camino del Salmón (II)

· Sometemos a un completo análisis al rockero argentino De cualquier manera, para muchos lo verdaderamente importante llegaría después con la publicación del que probablemente sea el disco más relevante de su trayectoria. Hablamos de ‘Honestidad Brutal’, en el que nos encontramos a un Calamaro un tanto pasado de rosca (como él mismo dejaba claro con sus actos o declaraciones) pero tremendamente lúcido en sus composiciones, mayormente sobre desamor. Con el tiempo, y frente a las diversas interpretaciones de la crítica, muchas veces más pendientes de temas sentimentales que musicales, el argentino aclararía que el disco en absoluto estaba dedicado a su ex mujer, sino a un buen número de féminas. Por otra parte, es palpable la crudeza tanto en letras como en registros, lo que serviría de anticipo de lo que estaba por venir, así como el elevado número de temas (más de treinta) presentes en el doble LP. Con una banda en la que figuraban entre otros Niño Bruno y el tristemente desaparecido Guille Martín, Calamaro firmó temas inolvidables, sentidos y directos al mentón. Es el caso de ‘Paloma’, ‘No son horas’, ‘Son las nueve‘, ‘Clonazepán y circo’ o ‘Ansia en Plaza Francia’, auténticas perlas que se unieron a las más radiables ‘Te quiero igual’, ‘Cuando te conocí‘ o ‘La parte de adelante‘. Todas ellas portadoras de frases y sentencias que alguno debería tatuarse o autoprescribirse. Y lo que vendría después fue ni más ni menos que ‘El Salmón’, toda una aventura suicida y epidémica condensada en cinco discos que recogen el resultado de meses y meses de grabación y vivencia al límite, dedicada exclusivamente a eso, al parto de canciones como estilo de vida. La crudeza, o rudeza, antes mencionada sube de nivel con las tomas registradas con el cuatro pistas que usaba entonces Calamaro. Harto de fumar, para hacer algo así como partir de un registro vocal sin matiz alguno, y en ocasiones haciéndose cargo de todos los instrumentos. Rodeado de colaboradores de lujo y con una producción al uso en otros temas, desvariando o dando lugar a himnos como el que da nombre al disco, ‘Lorena’, ‘Tuyo siempre‘ o ‘Días distintos‘. Y también, por supuesto, dando lugar a idas de olla infumables. Porque 103 canciones dan para eso y mucho más recién entrado el ‘efecto 2000’. Luego llegaría un periodo de retiro en todos los aspectos y un retorno cuatro años más tarde (no sin haber firmado antes junto a Niño Josele la memorable Ranchada de los paraguayos) de la mano de Javier Limón con El Cantante, otro disco imprescindible en el legado calamariano en el que, con estructuras y músicos provenientes del flamenco,...

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