Miles Davis y el Hard bop
El primer tour de Miles lo llevaría a París en 1949, allí quedó fascinado por el ambiente cultural de la ciudad y por el respeto que el público (a diferencia de su país) procesaba hacia los músicos afroamericanos. Y cómo no, allí, en la ciudad del amor, se enamoró de la actriz y cantante Juillete Greco. Tras dos semanas de pasión y lujuria, Davis decide volver a su país separándose de su amada, entrando en una fase depresiva que lo llevó a hundirse en la heroína y a vivir un periodo dificultoso. Sin embargo Miles siguió trabajando junto a Sonny Rollins, progresó hacia un sonido cálido e íntimo utilizado la sordina y produjo discos como «Dig» o «Blue Haze». También tuvo la oportunidad de conocer a Ahmad Jamal quien, más tarde, influiría en su música profundamente por la utilización del espacio. Tras varios intentos, consigue limpiarse de su adicción y, cual ave fénix, retoma su senda creativa junto al pianista Horace Silver intuyendo una nueva dirección en la música, así graba «Walkin», uno de los primeros discos de Hard Bop. De esta manera Miles recupera el fuego de las improvisaciones del Bebop, pero en esta ocasión la música toma un tono de blues más sensual, siendo el género musical hacia el que Horace los llevaría. Es también en el mismo año cuando dejó para la posteridad otra obra maestra «Bag´s Groove». En el tema central del álbum, Thelonious Monk sustituyó a Silver y perpetró uno de los silencios más misteriosos de la historia del jazz no tocando el piano, a petición de Miles, mientras éste improvisaba. «No toques lo que esta ahí, toca lo que no está ahí» – Miles...
Miles Davis y el Bebop
Entramos en el olimpo de la musica para hablar de uno de nuestros superhéroes, Miles Dewey Davis III (1926-1991). Comenzó a estudiar trompeta a los 13 años y no tardó en convertirse en todo un yonki de este oficio que asiduamente merodeaba las «jams» de su ciudad natal St Louis, donde, por cosas del destino, la banda de Billy Eckstine con Dizzy Gillespie y Charlie Parker «Bird» le dio la oportunidad de sustituir a unos de los trompetistas de la banda. Esta experiencia parece ser que transtornó al joven Miles que decidió marchar a New York en busca de sus héroes. Allí se zambulló de lleno en el ambiente donde se estaba gestando el lenguaje del jazz moderno, el club Minton´s de Harlem y los clubes de la calle 52. Entabló relaciones, además de con sus idolatrados Bird y Dizzy, con Thelonius Monk, Bud Powell o Charlie Christian. Y así, se hizo un hombre hecho y derecho viviendo, respirando y hasta soñando en uno de los ambientes más creativos del siglo xx junto a Max Roach, J.J. Johnson, Fats Navarro, Tadd Dameron, Milt Jackson, Dexter Gordon, Sonny Rollins o John Coltrane. Y con sólo 18 añitos, ahí estaba el tío, trabajando con músicos de la talla de Coleman Hawkins y sobre todo para el gran arquitecto del Bebop Charlie Parker, para el cual compuso temas como “Now´s the Time” o el celebérrimo «Donna Lee» aunque éste último quedó registrado finalmente a nombre de Bird. Elwood Buchanan le recomendó que tocara sin vibrato, este consejo y la temprana influencia de Freddie Webster, sirvieron a Davis para desarrollar su característico e inconfundible sonido. Siempre en búsqueda de su propia voz, incluso en la época del trepidante bop, Miles tocó más lento, menos notas, y evolucionó hacia un sonido que pronto ya no parecería el de una trompeta. “Lo más difícil para un músico es sonar a uno mismo” – Miles...
A Great Day in Harlem | La mejor fotografía del Jazz
Corría el año 1958 cuando el fotógrafo Art Kane reunió a los 57 músicos de Jazz más influyentes de la época para retratarlos en una foto que resume el Jazz de la primera mitad del siglo XX. La foto se titula A Great Day in Harlem (o Harlem 58), y fue el primer trabajo de este artista neoyorkino, que ya luce colgado en el salón de la fama del Musiquiátrico. Miles de libros se han escrito sobre el Jazz, cientos de documentales y no menos películas que recogen desde uno u otro punto de vista la evolución de este estilo y la historia de sus artistas más reconocidos. No obstante, una imagen vale más que mil palabras, y esta fotografía lo demuestra. La instantánea fue tomada en el barrio de Harlem en Nueva York, en el número 17 de la calle 126 entre la Quinta y Madison Avenue, a medio camino entre el Cotton Club y el Teatro Apollo, el auténtico centro neurálgico del Jazz y del Soul. Publicada en 1959 por la prestigiosa revista Esquire, se convirtió en la plasmación de uno de los momentos claves de la historia de la música actual. Art Kane era un joven intelectual apasionado por el Jazz y la fotografía y logró reunir a este gran elenco de músicos a las 10 de la mañana de un caluroso 12 de agosto. Decía años más tarde, que tardó más de una hora en poder tomar la fotografía, ya que los músicos no dejaban de hablar entre ellos y contarse sus batallitas. Esta foto popularizó el trabajo de Art Kane, que se convirtió en cierto modo en el fotógrafo de los músicos, retratando a Dylan, Aretha Franklin, Frank Zappa, Jim Morrison, Janis Joplin o The Who, entre muchos otros. 57 fueron los músicos inmortalizados por Art Kane en esta fotografía, de los que quedan solamente 4 con vida a finales de 2012: Benny Golson (1929), Marian McPartland (1918), Sonny Rollins (1930) y Horace Silver (1928), los que completaban los 57 eran estos: Red Allen Buster Bailey Count Basie Emmett Berry Art Blakey Lawrence Brown Scoville Browne Buck Clayton Bill Crump Vic Dickenson Roy Eldridge Art Farmer Bud Freeman Dizzy Gillespie Tyree Glenn Sonny Greer Johnny Griffin Gigi Gryce Coleman Hawkins J.C. Heard Jay C. Higginbotham Milt Hinton Chubby Jackson Hilton Jefferson Osie Johnson Hank Jones Jo Jones Jimmy Jones Taft Jordan Max Kaminsky Gene Krupa Eddie Locke Charles Mingus Miff Mole Thelonious Monk Gerry Mulligan Oscar Pettiford Rudy Powell Luckey Roberts Jimmy Rushing Pee Wee Russell Sahib Shihab Zutty Singleton Stuff Smith Rex Stewart Maxine Sullivan Joe Thomas Wilbur Ware Dickie Wells George Wettling...