"Cantes de Málaga", una nueva muestra de locura por el flamenco

Obsesiva recopilación de los cantes de Málaga por y para musicópatas

El XVII Encuentro Anual de Peñas Flamencas de Málaga, celebrado recientemente en el municipio de Guaro, sirvió de marco para la presentación del disco que analizamos hoy en El Musiquiátrico. Denominado «Cantes de Málaga», este trabajo colectivo será con seguridad la dosis que, en forma de recopilación, los aficionados al flamenco precisen para echar un vistazo a las raíces o conocer el amplio desarrollo que este arte ha tenido en la provincia.

De esta forma, en Guaro pudo contemplarse, además de una sugerente luna a la que algunos musicópatas no podemos resistirnos, el alarde de hilaridad del alcalde del pueblo, propio de Harpo Marx y ejemplo de la preparación de que gozan nuestros mandatarios, y una breve muestra de lo que encontraremos en «Cantes de Málaga». Así, Antonio de Canillas, a sus 82 años, demostró una vez más ser el flamenco más lúcido y surrealista de la provincia. Acompañado de José Valdivia al toque, fue capaz de rematar un chiste cantando por tangos del Piyayo para luego trasladarnos a la pena más absoluta con una milonga.

También se dejó ver Antonia Contreras con un inspirado Ismael Rueda, siendo la segunda cantaora que participa en el disco presente en Guaro junto a otros artistas como Diego Reyes. Entretanto, el equipo médico enviado por El Musiquiátrico a la cita tuvo el gusto de coincidir en la barra con El Pibri de Álora, singular cantaor que, pese a no subirse al escenario, prometió pasar a ocupar en breve una de nuestras celdas acolchadas.

Además de ellos, en «Cantes de Málaga» toman parte Virginia Gámez, profunda conocedora pese a su juventud del abanico de palos oriundos de estas tierras, Bonela Hijo, Paqui Corpas y Rocío Bazán. Mientras, en la nómina de tocaores figuran Gabriel Cabrera, Chaparro de Málaga, Andrés Cansino, Pepe Fernández, José Juan Pantoja y Curro de María.

Con la obsesiva –y loable- idea de compartir, difundir y preservar estos cantes, en el proyecto, que no hubiera sido posible sin la colaboración de los que conforman la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Málaga, podemos encontrar, entre otros, palos como los verdiales, la rondeña, el jabegote y por supuesto la malagueña en sus múltiples y personales variantes. Un trabajo que demuestra que la musicopatía avanza en el flamenco, a veces lacrado por absurdas rivalidades o inmersiones de los políticos. Esperemos que cunda el ejemplo.

 

Author: diegosanchez

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