Comportamientos Musicópatas Indecentes | Destrozar el escenario si se suspende el concierto

Si un día leyéramos en el periódico que un grupo de Rock ha destrozado la habitación de un hotel, no sería algo que nos sorprendiera, pues desde hace bastante tiempo, las estrellas del Rock se han visto inmersas en este tipo de actos que podríamos considerar como políticamente incorrectos.

Slash de Guns & Roses, o los componentes del grupo de Metal sueco Hammerfall, han acrecentado su fama de rebelde con estos pequeños actos vandálicos.

Sin embargo, también hay otro tipo de comportamientos que no mejoran la imagen que la sociedad tiene de los musicópatas. Ya hemos hablado en el Musiquiátrico del fatídico festival de Altamont organizado por los Rolling Stones, en el que los Ángeles del Infierno mataron a un asistente a puñaladas. Este día se recuerda como el principio del fin del Movimiento Hippie y de los valores de paz y amor que se proclamaban por los años 60.

Atención a los musicópatas: El siguiente vídeo es el momento en el que Meredith Hunter es apuñalado por uno de los Ángeles del Infierno. No apto para musicópatas menores de edad y/o con problemas cardio-pulmonares. (Para alguna consulta sobre su problema visite la sección de Frecuencia Cardíaca)

Sin embargo, la muerte de Meredith Hunter, supuso una paulatina mejora en las condiciones y en la organización de los festivales. Poco a poco, los organizadores de festivales se han ido profesionalizando y la planificación y producción de los festivales ha ido ganando con el tiempo. O por lo menos así debería haber sido

No obstante, parece que errar es de humanos, y que no aprenderemos jamás a hacer las cosas bien hechas.

Como ya hemos visto, en los años 60, la organización no era algo que se tuviera en cuenta a la hora de montar un festival. Pero ya hemos aprendido que si piensas reunir a 25.000 personas (a ser posible punkies, skin-heads, rockeros, raperos y demás calaña que encontremos en los pabellones del Musiquiátrico) no puede fallar nada. Y mucho menos si les has cobrado un ojo de la cara por ir a ver a sus grupos favoritos.

Pues eso fue lo que pasó en Madrid en el año 2005, en el que la mayoría de los musicópatas recordará: FestimadSur 2005.

Un cartel de lujo, como no se solía ver por aquellos tiempos, Marilyn Manson, System of a Down, Incubus, Slayer, NightWish, Prodigy, Mastodon… reunieron a 45.000 personas sedientas por el polvo y el calor. La asistencia masiva superó las expectativas de la organización. Las colas en los aseos y en las entradas eran interminables. Un cable suelto fue suficiente para formar los mayores disturbios que se habían conocido en este país en mucho tiempo.

La estructura del escenario principal peligraba y la organización dudó en hacer pública la noticia. Los patrocinadores no querían devolver el dinero de la entrada y no se podía suspender el festival. Cuatro horas más tarde, cuando se reanudaron los conciertos, ya era tarde para recuperar la compostura y la suerte estaba echada.

Los californianos Fu Manchu estaban en mitad de su espectáculo cuando desde la organización se toma la decisión de cortar el concierto, sin acabar ni el tema que estaban tocando y sacar de allí a los músicos.

Algunas imágenes de en qué se convirtió lo que era un pacífico festival de fin de semana:

Sin embargo, en el año 2011 parece que aún no hemos aprendido, y en estos días hemos oído un caso similar.

Esta vez le corresponde el dudoso honor de haber cometido una desfachatez bastante indecente a la organización del primer concierto de la gira de Metallica en la India. Al parecer, con todo preparado, y cuando el concierto estaba a punto de empezar, la barrera de seguridad que separaba al público del escenario cedió, y Ulrich y compañía decidieron no tocar por que no se cumplían los requisitos de seguridad pactados con la organización.

Pues así fue, no hubo música y de nuevo, comienzan los disturbios.

Con estas reflexiones, no me queda muy claro si la música amansa a las fieras, lo que sí me queda claro es que las fieras sin música son incontrolables.

 

 

Author: Dr. Evo Fdez.

Musicópata de nacimiento, sus padres notaron algo raro en él cuando de pequeño lloraba afinado, por eso lo mandaron internado al Musiquiátrico aún siendo un niño. Hoy, muchos años después, se ha reconvertido en un monstruo musicopático, ávido de devorar todos los injertos musicales que se pongan a su alcance.

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