La alianza entre Dredg y Dan the Automator divide opiniones tras la publicación de 'Chuckles and Mr. Squeezy'

El pasado 3 de Mayo de 2011, Dredg publicó su quinto largo de estudio titulado «Chuckles and Mr. Squeezy». La espectación de los musiquiatras por la nueva obra de los californianos había ido en aumento en los últimos años. La trayectoría musical y discográfica de estos musicópatas procedentes de ‘Los Gatos’ venía describiendo una parábola perfecta, tanto en su contenido melódico como en su propuesta ambiental. Y como en toda parábola, existe un punto de inflexión, en el cual la dinámica de un grupo comienza a divergir.

Cuando en 1999 lanzaron su primer álbum, «Leitmotif», sorprendieron con un rock pregresivo y conceptual. Los sonidos distorsionados y los cambios melódicos a contratiempo que proponían Gavin Hayes (voz y guitarra), Drew Roulette (bajo, sintetizador y creador plástico), Mark Engles (guitarra y coros) y Dino Campanella (batería, órgano y piano) hicieron que adquirieran un lugar en los análisis musiquiátricos contemporáneos. Además, la propuesta de dotar de sentido al discurso musical, con una historia sobre un hombre que viaja por el mundo en busca de sanar su enfermedad moral es digno de musiquiatras. Lástima que al final el cortometraje pensado para esta historia no pudiera realizarse por la defunción del actor principal.

Anteriormente, en 1996 y 1997, habían publicado también, de forma independiente, dos Eps, «Conscious» y «Orph». Pero no será hasta el año 2002 cuando alcancen popularidad esquizoide y méritos musicóticos suficientes. Ésto fue con su disco «El Cielo». Un largo y sublime brote sonoro que dejó en evidencia la magnitud ascendente de sus expediciones mentales adquiridas tras su contrato con Interscope Records, conseguido a través de la distribución independiente de Industry Demo (promo que grabaron en 2001 para buscar mecenas) y con quienes re-editaron «Leitmotif» en el mismo año.

Grupo Dredg«El Cielo» es, nuevamente, una propuesta conceptual. Pero esta vez girando entorno a la parálisis del sueño y la obra de Salvador Dalí titulada ‘Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar’. Su concepción en una reclusión colectiva y voluntaria en el desierto de Palm Desert hizo que los tres productores Ron Saint Germain, Jim Scott y Tim Palmer incluyeran diversidad optando por la participación de Zack Hexum (saxo) y Greg Ellis (percusión), y así dar forma a un álbum de 16 pistas y 57 minutos con 7 segundos. Musiquiatricamente hablando, es una obra majestuosa de armonía, virtuosismo y experimentación sonora que eleva el alma hasta el sueño más fabuloso.

A pesar de la gira y los viajes, Dredg continuó escribiendo y preparando el material para su siguiente creación musical. Por ello, en el año 2005, «Catch without Arms» emana sorprendiendo y arrasando en las listas de musicópatas más consumidos. Con 12 cortes, pero de menor duración que su primer álbum, Dredg alcanza el reconocimiento dentro de la escena del rock progresivo y alternativo. Al igual que los anteriores, éste es también, un disco conceptual. No obstante, se distancia de las historias concretas y se centra en la contraposición de los opuestos, de lo positivo y lo negativo. De este enfrentamiento surge, otra vez, la magia  para concentrar todo su talento y transformarlo en ambientes, armonías y ritmos cargados de misticismo y emotividad. En esta ocasión, la producción, a cargo de Terry Date, y la realización, Waterborne - Dredgpor parte de Philip Andelman, alcanzan singularidades psicóticas máximas que hacen anhelar las composiciones instrumentales utilizadas como enlace en sus trabajos anteriores. Aun así, su discurso, como siempre, está cargado de detalles y matices que te transportan a otro estado de percepción. Características que llevaron a la grabación de un álbum en directo de la gira llamado «Live at the Filmore» y a la creación íntegra de la banda sonora del film «Waterborne».

Con la agenda repleta y pensando en su siguiente disco, Dredg decide separarse de Interscope Records para asociarse con ILG, una filial de la Warner Music Group. Así, en el año 2009, publican «The Pariah, the Parrot, the Delusion», su álbum de estudio más extenso hasta el momento (18 canciones y 59 minutos escasos). El concepto, en esta ocasión, se inspira en la novela del escritor indio con nacionalidad británica, Salman Rushdie, titulada «Imagina que el cielo no existe»: una carta para el ciudadano seis mil millones. Por lo que sus temas hablarán del agnosticismo, las creencias morales y la sociedad. Cuestiones que parecen haber entrado en una crisis endémica y que son dignas de ser tratadas por musicópatas y musiquiatras actuales. La recuperación de velos instrumentales entre canciones y la incorporación de nuevos instrumentos y sonidos sintetizados generan atmósferas cargadas de sentimientos y armonías, de ritmos y melodías, en definitiva, de una originalidad intrínseca a su talento natural. DredgLa renovación cuidada de su diseño, imagen y sonido abriría nuevos horizontes a explorar, entrando en la paradoja de la parábola.

Es difícil cambiar de dirección cuando tienes una trayectoria definida, pues cada camino puede llevar a planos diversos y contrapuestos. Por eso, en el laboratorio del musiquiátrico, siendo fieles a los análisis factoriales sonoros,  hemos ejecutado el audímetro empírico musical, que consiste en sentarse a escuchar el mismo producto musical con auriculares reiteradas veces consecutivas para determinar el nivel de cordura del musicópata, dando como resultado un perturbador diagnóstico crítico musical.

Con su último CD, «Chuckles and Mr. Squeezy», del año 2011, Dredg ha conseguido unos resultados aceptables pese a existir opiniones disconformes por alejarse del rock alternativo y acercarse más a los sonidos sintetizados, los tonos melódicos y los ritmos digeribles. Con la participación en el álbum de Dan the Automator, productor, entre otros, de Gorilaz, el punto de inflexión ha sido inminente. La prisa por querer ascender a lo más alto de la pirámide ha olvidado los arpegios de guitarra imaginarios y ha profundizado más en armónicas voces acompañadas de ritmos fáciles y pegadizos. El empleo del sintetizador en demasía ha desplazado la incursión y experimentación con instrumentos extraños. Los 11 cortes que tiene «Chuckles and Mr. Squeezy» apenas superan los 40 minutos de duración. Canciones en su mayoría planas pero que en su conjunto dotan de sentido al brote musiquiopático de Dredg. No hay que olvidar que esta novísima amalgama sonora es una experiencia novedosa para estos musicópatas. Temas como “Down Without a Fight” y “Sombody is Laughing” recuerdan a Depeche Mode y su similitud a Coldplay se refleja en “Kalathat” y “Another Tribe”. Sólo queda un pequeño guiño a los arquetipos melódicos y rítmicos del pasado como ocurre en “The Thought Of Losing You” o “Upon Returning”. Las influencias de Pink Floyd y las similitudes con Tool han evolucionado hacia tendencias Pop y Electrónicas, dando una nueva dinámica a la trayectoria de estos musicópatas.

 

 

Sin duda,  «Chuckles and Mr.Squeezy», marca la alteración más álgida hasta el momento en su carrera. No obstante, los musiquiatras, lo aconsejan como remedio paliativo contra la acción bacteriana neuronal por su elevada concentración en sonotonina y sus propiedades conceptuales. Administrar en dosis aleatorias y en caso de intoxicación consulte a su Musiquiatra de confianza.

Author: Dr. Entropía

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