Melt-Banana no canta en el karaoke | Punk Japocore

Diagnóstico: Brote psicótico hiperacelerado

Hoy atendemos en nuestra consulta a la banda nipona Melt-Banana, portadores de un tipo de noise post-industrial que muchos relacionan con la no wave, con el hardcore o, incluso, con el punk.

Expertos epidemiólogos advierten que también puede contener ciertas trazas de rock, trash, pop, música experimental y electrónica. Desde aquí hacemos un llamamiento al gabinete internacional de musicópatas afiliados para que analicen detenidamente sus grabaciones, con el propósito de arrojar un diagnóstico más fiel.

La realidad es que han conseguido llamar la atención de sujetos procedentes del entorno punk, cerebros placados en metal y snobs del arte con peinados diversos.

Desde 1992 hasta la fecha se han mantenido como una formación estable en todos sus componentes menos en el baterista, puesto que ha ido oscilando y que actualmente se suple con percusionistas profesionales a sueldo que cumplen las arduas labores de estudio o de directo, según convenga. Anotamos en nuestro informe que, debido al volumen chirriante de su ruido, pueden haber desarrollado una especie de sordera -que no afecta a los bateristas- que dificultaría la comunicación con sus semejantes y, por ende, su vida en sociedad.

Uno de los elementos más característicos sería la voz de Yasuko, chillona y sorprendente,  pudiendo alcanzar incluso la velocidad de la luz. Considerando su aparente incomprensibilidad lírica anotaremos que a pesar de venir de Japón, cantan en inglés y que podemos diseccionar todas las letras en sus libretos. En un destacado número de casos repiten una palabra o frase durante el minuto-y-medio del tema, probablemente con la intención de entrar en trance, evadiéndose de sus problemáticas conductuales.

El siguiente elemento a destacar vendría de la mano del guitarrista Agata, que emplea a menudo pedales de efectos, que incluyen referencias variadas y variopintas, llegando a asemejarse a la labor de un disc-jockey armado con un arsenal de efectos. Para más inri, cierta patología médica le obliga a tocar con una máscara quirúrgica, evitando que sangre por la nariz más de lo necesario. Igualmente ocurre bastante a menudo, aportando un regusto gore a sus intervenciones públicas. Conciertos que, según dicen las lenguas viperinas, son una auténtica descarga de voltios y adrenalina ultracafeinada.

En las dos décadas que han estado dando guerra, han lanzado sin piedad 10 trabajos de larga duración y 23 EP. Esta manifiesta hiperactividad probablemente los condujera a la creación de su propia discográfica, A-ZAP, en 1997, con la cual relanzaron la mayor parte de sus trabajos anteriores. Sus primeros álbumes están grabados a una baja calidad y con muchas distorsiones de guitarra, pero con el tiempo nos van ofreciendo un sonido más accesible y de mejor calidad, menos alienante. Si no puedes encontrar muchos enlaces para piratearlos quizás sea porque están metidos en el mercado musical hasta las cejas, y defienden sus discos con el puñal entre los dientes.
Nos vemos obligados a comentar que puede ser de difícil digestión, por su profuso caos de continuos asaltos sensoriales derivados del efecto collage. Su amalgama de estilos puede acabar siendo apocalíptica, en perfecta sintonía con los tiempos que corren. En fin, reflejan una cultura japonesa que es tan fascinante como extraña. Si esperas encontrar la estructura típica de una canción, será mejor que busques por otra parte.

Author: Dra. Laura Trans

La Dra. Trans (Carcelona, 1986) cursó Parapsicología arqueológica en la Universidad de Yale, estudios que completaría con su tesis doctoral titulada Corrientes autodestructivas en el margen izquierdo del río Nervión. Expande sus pensamientos infectos de musicofrenia en su página poetisadifusa.blogspot.com y contribuye a la diseminación antilucrativa de la literatura underground con el proyecto Ediciones Caín'84.

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