Visiones globales y mestizas del París de los Años Treinta
París Combo, el quinteto intercontinental de largo recorrido (en grupo y por separado) anuncia su regreso para este año 2012 con gira y nuevo disco. Estos antiguos miembros de la resistencia musicopática francesa (que no hacen más que alentar las retrovisiones infecciosas de la esencia, la cultura, el arte, las escenas, los aromas y la música del mejor París nostálgico pero trepidante, romántico pero bastante loco de los años previos a la segunda guerra mundial), tras poner en práctica sus arriesgados proyectos en paralelo, vuelven al dispensario del “París Combo” como lo que han sido desde 1995: doctores en mezcolanzas inherentes al origen y la procedencia cultural y geográfica de cada uno de sus miembros, terapeutas sonoros desde el Jazz y la World Music al extranjero musicario, embaucadores de visiones circenses con espectáculos de calle para engañar a tus sentidos haciéndote creer en los cabarets y el disloque del blanco y negro.
Todos los continentes y todas las propuestas integradas con soltura en un mismo combo frenopático de sabia escuela y tremendos shows. Habrá que tener precauciones musiquiátricas en la búsqueda de tratamiento para que la elegancia mestiza no ocasione demasiadas bajas.
Hace ya casi dieciocho mayos franceses que cinco soñadores, a la vez que perros de circo global ya experimentados, sumaron personalidades musicales y conjuraron pócimas de ultramar para concebir un proyecto de orquesta a la antigua usanza; de las de Swing, Jazz, Foxtrot y otras vilipendiosas reacciones epidérmicas que te obligan a bailar junto al altavoz, o mejor dicho, junto al combo de locos músicos que en formato de tres o más pases te contagian la euforia colectiva del escenario, la energía y la danza vesánica de las salas y locales nocturnos más genuinos, noche tras noche. Para ello, no hubo jamás condición previa de formar parte de estos ambientes ni tocar cacharrería propia de aquellas bandas. Cada cual venía de donde venía y tocaba lo que le apetecía o sabía.
Así Belle du Berry se adueñó del micro para poner voz a semejante espectáculo patológico de ferviente sonoridad, además de prescribir acordeón de prisas y alegrías para ser sobre todo la cara simpática y atrevida de la formación. Es curioso saber que en sus inicios, se soltó musicalmente en bandas Punk-Rock. Potzi hizo acopio de las guitarras y look reinhardt siendo un iluminado musicópata de origen argelino y orate licenciado en músicas árabes y acordes gitanos. Jean-Francois Jeannin agarró desde pequeño unos palos y no tuvo jamás intenciones de soltarlos, haciendo tiempo atrás buenas recetas funkarras y de música electrónica. El pianista australiano David Lewis era conocido ya en la música sudafricana y claro, como no podía ser de otra forma, quiso tocar además de las mejores teclas, la trompeta, ejecutando con perfección e hilaridad. Es dato necesario decir también que es el compositor de las bárbaras construcciones armónicas de este corral desmadrado pero de lujo. El bajista, Monohisa Ranajato (Mano), que procede de Madagascar, aporta los ritmos básicamente latinos, dominando con dulzura enérgica el contrabajo y llevando las segundas voces.
Como veis, el mestizaje brutal y la cortina de humo del French Pop hace del quinteto París Combo una bomba de relojería para sonidos impredecibles víricamente portentosos. En la actualidad ya han publicado cuatro trabajos de perversiones musicopáticas muy contagiosas y alteraciones emocionales evidentes: “París Combo”(1998), “Living Room” (Tinder Records, 2000), “Attraction” (Polydor-Universal Music, 2002), que vino acompañado de un directo visceral y pleno en ese mismo año 2002, y por último, “Motifs” (2004). Sus giras siempre se han caracterizado por ser interminables e imprevisiblemente prolongadas, por EEUU, Asia, Australia y Europa. A principios de este año facturaron con solvencia y lucidez una serie de conciertos en Los Angeles con la Orquesta Sinfónica de aquel rincón multicultural, polifestivo y de vieja escuela musiquiátrica.
Chanson de los años 30 con lírica reactualizada, revisión sonora a conciencia del concepto del Cabaret, influencias esenciales del Jazz, bases y perfumes orientales, ritmos latinos y raíces Tziganas de la mejor danza gitana inoculada por Goran Bregovic y compañía. Todo esto se deposita en la fibra sensible de París Combo para conformar un estilo único e imposible de ser clasificado por los mejores doctores de nuestro establecimiento musical correctivo y sanatorio. Pianos, trompetas, contrabajo, percusiones de mil lugares, guitarras limpias y correosas, para revivir los mejores instantes cabareteros y los fogonazos más electrizantes del Jazz moderno. Carpa de crisoles sonoros en unos directos espectaculares donde hay tiempo para el lucimiento personal y el éxtasis colectivo. Agudísimas letras e incluso hachazos rítmicos africanos. Patología Gipsy Jazz and Combo.
Sufren delirios de Cabaret-Rock, como a ratos, grandezas del Burlesque o el Ragtime, donde el tempo rápido y el matiz allegro emborrachan cada acorde y cada nota. La Rue Ketanou son vecinos y amigos de cardiopatías musicales cercanas. Vinila Von Bismarck (la chica psicobilly), considerada la reina del burlesque en nuestro país, rodea por momentos los lugares más rockeros de París Combo. Nick Waterhouse establece contacto psicológico con ellos en clave Swing y Rhythm´n´blues. Jazzy, sonido Travesty y Extravaganza en luces de neón multiorquestal, París Combo amenaza con su quinto disco antes de que acabe el año, advertimos de la falta de vacunas suficientes para garantizar la seguridad mental de toda la población. PONTE A SALVO O CONTÁGIATE!!!!!!
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