Wayfaring stranger | El extraño caminante que visitó el Musiquiátrico
· Una historia narrada desde el S. XIX por los espirituales negros sigue viva en el Musiquiátrico Con aires de trovador y una guitarra vieja y decrépita apareció ante las puertas del Musiquiátrico un extraño caminante, de pies negros por el polvo del camino y el pelo enmarañadado por la lluvia y el viento. Llevaba su alforja vacía, en la que sólo cabía una buena historia por contar. Este extranjero de tierras hermanas cruzó el charco recitando su historia. Es la historia del extraño caminante, la historia del Wayfaring Stranger. Nadie conoce su origen ni el año de su nacimiento, pero este extraño caminante ha andado entre nosotros desde finales del siglo XIX. Su historia era narrada por los espirituales negros a principios del siglo XX en Estados Unidos y fue recogida por primera vez por el actor y cantante Burl Ives, que la popularizó al usarla como sintonía de cabecera de su programa de radio, al que bautizó también con el mismo nombre en 1940. Mucho ha llovido en el desierto desde que Ives grabara esta versión, pero no tanto como para que se olvide de las mentes de los cowboys. Dolly Parton y Johnny Cash volvieron a poner este tema en el candelero en sus respectivas épocas, e incluso cincuenta años más tarde, el vaquero pelirrojo Trace Adkins, uno de los artífices del country-pop, le prestó su sombrero de ala ancha al caminante para que se protegiese del sol y éste le narró de nuevo su canción. El caminante tiene al menos 50 versiones conocidas y reconocidas y un sinfín de versiones de éstas, actualizadas según la época y el estilo de quién fuera el narrador, y sería imposible imaginar cuántas de éstas versiones no son conocidas tras las puertas del Musiquiátrico. Sin embargo, nos vamos a quedar con Ed Sheeran, un joven caminante de zapatillas de baloncesto y gorra de beisbol, que nos vuelve a contar esta leyenda del extraño caminante, actualizada a los nuevos tiempos y las nuevas formas. Pero como las puertas del Musiquiátrico están abiertas a todas las propuestas, estamos deseando conocer más versiones de esta leyenda. Así que si conoces alguna interpretación distinta de esta canción, no dudes en hacérnoslo saber y déjanos tu...
Whitney Houston | El adios a la gran diva
En el Musiquiátrico hemos tenido que desempolvar de nuevo nuestro traje de ir a los entierros para acercarnos a despedir a una de las mejores voces que haya pisado alguna vez un escenario. Todo se habrá comentado a estas alturas sobre la muerte en extrañas circunstancias de la cantante, justo antes de tocar en la gala de los premios Grammy, o de su perturbada vida y de cómo se ha ido apagando esta gran estrella, de que nació en Newark (New Jersey) o de su adicción a las drogas. Sin embargo, todo eso no nos importa. Lo que de verdad nos atañe hoy es demostrar que esta diva tuvo la mejor voz de todos los tiempos, y para eso vamos a hacer un análisis comparativo en el Musiquiátrico. La verdad es que tenemos muy pocos medios para certificar la garganta de Whitney Houston como la más potente, afinada, versátil o melódica de la historia, por eso hemos decidido buscar en los archivos musiquiátricos algunas interpretaciones, más o menos acertadas del tema que hizo famosa y millonaria a la difunta Houston: «I Will Always Love You«, y compararlos con los de la gran diva. Aunque no debemos olvidar que esta canción no es obra de Houston, ni de ninguno de sus multimillonarios productores. Esta canción salió de otra mente maravillosa en el mundo de la música contemporánea en Estados Unidos: Dolly Parton. Tras este documento tan lleno de caspa pero tan sumamente estimulante para nuestras mentes, nos vamos de viaje al lejano oriente, ni más ni menos que a Vietnam, donde un «jodido amarillo» como diría Rambo versionó I Will Always Love You en un programa de televisión, y dejó maravillado a medio mundo: Lin Yu Chun. Y ya que estamos en el Este, seguimos nuestro viaje comparativo en Bulgaria, allí hemos encontrado una de las versiones más singulares de cuantas se hayan hecho de esta canción. Como no podría ser de otro modo, los búlgaros tenían que darle su toque particular y no podían resistirse a fusionarlo con una fanfarria. Exquisita esta versión de Neneva Coneva, sobre todo para los musicópatas amantes de la música balcánica. Como hemos podido comprobar, esta canción es universal y mucha gente se atreve a hacerla propia, e incluso algunas veces a intepretarlo en público. Es así como llegamos a nuestro vídeo estrella, el que conoceremos como «Ken Lee«. Esta chica, Valentina Hasan, seguramente habría visto la excelente versión de Neneva Coneva, y decidió que ella podía hacerlo mejor. El problema, en un principio es su poco dominio del idioma, pero lo demás es coser y cantar. Como decíamos, no todo el mundo puede...
House of the Rising Sun | La Casa del Sol Naciente en el Musiquiátrico
Hay una casa encima de la colina, en la que todas las mañanas veo el amanecer antes de ir a dormir. Es la Casa del Sol Naciente, allí donde las noches son cálidas y las mañanas frías. Allí donde puedes conseguir todo lo que necesites, mientras te quede dinero en la cartera. En todas las ciudades hay una Casa del Sol Naciente, pero ninguna tan famosa como aquella que existió a finales del S. XIX en Nueva Orleans. Tanto tiempo ha pasado, que ni las gentes más antiguas de Nueva Orleans recuerdan dónde se ubicaba esa casa, pero seguro que casi todos serían capaces de tararearte aquél antiguo blues que hablaba sobre ella. Rising Sun Blues es una pieza incunable, no se sabe quién la escribió, ni cuando, y que fue pasando de generación en generación, de abuelos a nietos, como un extraño refrán con una peculiar moraleja. Las primeras grabaciones del Rising Sun Blues distaban mucho del ritmo y la cadencia de las modernas, pero ya iban alumbrando el camino hacia la Casa del Sol Naciente. El primero que desveló los turbios asuntos que se cocían en aquella casa fue Alger «Texas» Alexander en 1928. Este caballero murió de sífilis, tras haber pasado varios años en prisión por matar a su esposa. Un verdadero musicópata que sólo lograba conciliar el sueño en la Casa del Sol Naciente. Aunque esta versión no se acerca demasiado a la que es conocida por los musicópatas, se presupone como el germen de la versión que años más tarde Clarence Ashley (que narraba que había oído esta cancioncilla a su abuelo) y Gwen Foster, grabaron a ritmo de banjo en 1933. Los años fueron pasando y la Casa del Sol Naciente seguiría abriendo hasta el fin de los días. Y Joan Baez, la preciosa voz de la canción protesta en los años 60, se acercó a esa casa de perversión para conocer los vicios y el pecado. Y Al salir de aquella casa, Joan Baez nos narró con su guitarra y su dulce voz, cómo es la vida de una mujer en la Casa del Sol Naciente. A partir de este momento, las puertas de la Casa del Sol Naciente quedaron abiertas para la eternidad, y fue la antesala del Musiquiátrico, ya que en ella se dieron cita muchos de los grandes musicópatas de hoy en día. Sin ir más lejos, el jovencito y contracultural Bob Dylan, con apenas 20 años de edad, pasaría algún tiempo en «The House of The Rising Sun» antes de grabar su primer disco en 1962. Sin embargo, no es hasta un par de años más tarde cuando...