El primer instrumento musical
May03

El primer instrumento musical

Quizás un fenómeno muy de moda en los últimos años, el Beatbox, que reúne cada vez más adeptos, atienda a algo mucho más auténtico que una expresión artística alucinante. La realidad es que fueron un puñado de Homo habilis, mediante los sonidos de sus vías aéreas y cajas torácicas, vocales y percusivos, los que en sí mismos representaran los primeros instrumentos, a base de pulmones, costillas, y nuevas sensaciones. Por supuesto, esto sería combinado con danza, golpes a troncos huecos, piedras y conchas, entre otros. Si nos vamos al sentido literal de “instrumento musical”, que diferencia cualquier artefacto con el que puedas emitir sonidos en ese momento de frenesí musicopático (la botella de anís recién vaciada), de un objeto que tiene en la música su razón de ser; los primeros instrumentos no fueron esos troncos huecos y los huesos del amigo que corría menos que el mamut, ni una evolución de instrumental percutivo, sino que curiosamente, fueron unas pequeñas flautas, aerófonos de filo, artilugios primitivos recuperados en excavaciones arqueológicas. Fabricados con huesos que ya superan los treinta mil años, se especula que la fuente de inspiración, una vez más, fuese la propia naturaleza, haciendo soplar el viento por las cañas de bambú y similares, y creando fenómenos sonoros para los que ya eran capaces de interpretar la belleza del sonido y la melodía. Aunque a la flauta, que ha evolucionado hasta nuestros días, no se le ha dado popularmente esa fama, sí que tenemos un representante muy actual que trasciende por los siglos: el cuerno, poderoso zumbido de la resonancia del hueso, inspiración de dibujantes para representar los primeros instrumentos musicales, el objeto más primitivo que haya llegado a la actualidad con diversos usos prácticos y artísticos. Imágenes: Homo Hábilis – Venus de...

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Guitarras y tractores
Ene23

Guitarras y tractores

Cuando el calor aprieta, cuando el trabajo exaspera, la creatividad de un verdadero musicópata hierve al tempo del aceite de motor. Buena muestra de ello es la epidemia que hemos detectado, un síndrome con el que trabajo y ocio se fusionan para crear música desenfrenadamente. Esta epidemia ha afectado gravemente a músicos agricultores y amigos cercanos, que a ritmo de tractor no pueden parar de componer. Country-Tractor-Blues lo podrías llamar, o bien Pistón-Folk, como prefieras, porque desde luego los expertos de la música aún no han encasillado el ritmo del tractor mezclado con guitarras eléctricas y acústicas, armónicas, contrabajos, voces… Como se puede observar, la musicopatía provocada por esta epidemia se rige por marca, modelo y antiguedad del tractor que marque el ritmo, como el Midwest Utilitor de Indianapolis que acabamos de ver, así como de los gases que emana la máquina y que afectan severamente al sistema nervioso, determinando el estilo y el furor que nuestros estimados músicos emplean en crear su fantasía acústica. Algunos tienen ya su propio ‘sello musical’, y experimentan con diferente maquinaria, como Olle Hemmingssons Trio: Las Autoridades Musiquiátricas advierten que esta epidemia es aún incontrolable, así que absténganse de tener contacto alguno con tractores y maquinaria rítmica, más aún si tienen que trabajar con ella. Puede producir autismo y vagueza crónica: Ahora estamos buscando un nombre para este síndrome… ¿Alguna...

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Jeremy Ellis y el Maschine Mikro | Innovación Musiquiátrica

Atención: Aquellos musicópatas amantes de las válvulas y el sonido analógico pueden ver sus principios alterados con la siguiente receta. No apta para casos de musicopatías espongiformes severas ni para oídos inadaptados a la era digital. La consecución de la música sin instrumentos ya es posible, el invento del sampler moderno pone orquestas filarmónicas completas en manos de un director sin salir del estudio ni soportar a los músicos. Y por supuesto, afinadas en todo momento. La música ha ido cambiando desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, el desarrollo tecnológico, y del ser humano en sí mismo, se ha disparado en los últimos tiempos. Millones de años pasaron desde que  los cavernícolas inventaran los primeros y rudimentarios instrumentos de percusión hasta la creación de la cítara en el 3000 a.c. Miles de años hicieron falta para evolucionar hasta el clavicordio, y cientos para perfeccionar un piano de cola. Sin embargo, vivimos en unos tiempos tan demenciales que los instrumentos que se diseñan hoy estarán obsoletos en cuestión de años, o meses. Así, en esta marabunta de inventos tecnológicos, surgen a diario nuevos genios que exprimen y experimentan con sus instrumentos al máximo. El piano barroco de Mozart se convierte hoy en una caja de ritmos «Maschine Mikro», y nuestro Mozart del siglo XXI se llama Jeremy Ellis.  ...

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