Lo nuevo de King Crimson a 3 baterías
Robert Fripp desentierra de nuevo a King Crimson y promete disco nuevo y gira europea
Venturing Unto Joy Pt. I | Disco nuevo de King Crimson
Nos llegan rumores de que uno de los mayores exponentes del rock progresivo, King Crimson ya tiene grabado un nuevo disco, cosa que no hacían desde 2003, cuando editaron «The Power to Believe«. Y aunque la banda no es la misma que en aquellos maravillosos y lejanos años ’70, ni los años pasan en balde, Robert Fripp sigue sorprendiéndonos, y viene bien acompañado, ya que para este nuevo trabajo cuenta con 3 baterías que tocan al unísono: Gavin Harrison, Bill Rieflin, y Pat Mastelotto; además del bajista Tony Levin; Mel Collins al saxo y Jakko Jakszyk a la guitarra. Como adelanto de este próximo disco «Venturing Unto Joy Pt. I» , que por lo que se ve, constará de dos partes, Robert Fripp y compañía han decidido dejarnos un pequeño adelanto grabado en directo, concrétamente 1:13 minutos de suma locura al más puro estilo King Crimson. Seguiremos atentos a las novedades de la banda, esperando con impaciencia este nuevo trabajo, del que nos da en la nariz que no va a dejar indiferente a sus seguidores....
Portadas míticas: In the Court of the Crimson King
La mítica portada de la obra maestra «In the Court of the Crimson King» (1969) de King Crimson, fue realmente la única creación gráfica de Barry Godber, programador y artista que murió de un infarto con tan solo 24 años, poco tiempo después de publicarse el álbum con su pintura. Al parecer, la cara del exterior representa el «Hombre Esquizoide», mientras que el interior del vinilo simboliza la cara del «Rey Carmesí». Desde luego, sus expresiones, sus colores, reflejan perfectamente el contenido musical del álbum. Hoy día, tener un ejemplar original de «In the Court of the Crimson King» es tener una joya, por supuesto musical, pero también gráfica. Fuentes: Portadas – Fotografía – Datos ...
Moraz & Bruford | Jazz fusión, rock progresivo y otras hierbas medicinales
Las primeras veces que uno va a un concierto o lo ve por televisión, se pregunta para qué sirve esa especie de guitarra con sólo cuatro cuerdas y que casi no suena. Y por qué casi cualquier formación, tenga la composición que tenga, siempre lleva uno. Cabe entonces preguntarse ¿hay grupos que toquen sin bajo y suenen bien? Y la respuesta es que obviamente sí. Hay bastantes casos conocidos. Los mismísimos The Doors, aunque en los álbumes de estudio solieran llevar bajistas, en los directos no ampliaban el cuarteto y el mismo Ray Manzarek solía hacer los bajos con la mano izquierda en los teclados. Hoy nos remontamos a los años 80 para traer la colaboración de dos grandes músicos que decidieron unirse para tocar con sus instrumentos de toda la vida, piano y batería, sin edulcorantes de ninguna clase. Patrick Moraz y Bill Bruford. El currículum de estos dos artistas es realmente envidiable. De un lado el baterista británico Bill Bruford, miembro de (entre otras bandas) Yes, King Crimson, Genesis o Earthworks. Especialista en rock progresivo y jazz, se retiró hace apenas tres años. Del otro lado, el teclista suizo Patrick Moraz, que además de compartir escenario con Bruford en Yes, ha formado parte de Refugee, The Moody Blues o Mainhorse, además de una larga y prolífica carrera en solitario. Ambos se unieron para grabar dos discos. El primero de ellos, «Music for piano and drums«, en 1983. En consonancia con el título, éste es el disco más sobrio de los dos, con ocho cortes de diversos estilos, siempre cercanos a los que ambos habían trabajado siempre: jazz, rock progresivo, balada, etc. Para el segundo disco («Flags«, 1985), Moraz cambia el piano por los teclados y el dúo gana en variedad y colorido, sacrificando en parte el impactante sonido que producía el piano acústico sobre la batería. Este álbum es sensiblemente más largo y contiene algunas versiones como un solo de batería del mítico Max Roach, además de algunos temas para teclado solo. En cualquier caso, siguieron sin añadir un bajista al dúo, que tras esta grabación no volvió a unirse. Una curiosa formación, un innovador sonido y grandes dosis de calidad hacen de esta efímera unión y de estos dos discos una pequeña joya musical...