Shankar-Jones | Familias Musiquiátricas
Feb19

Shankar-Jones | Familias Musiquiátricas

Hay familias que simplemente llevan la música en las venas, musicopatías hereditarias por las que abuelos, padres e hijos se convierten en estrellas en distintas épocas e incluso en distintos lugares. Así pasó con la familia Kuti de Nigeria, los Jackson en Estados Unidos o con la familia de la que hoy vamos a hablar: Shankar-Jones. A muchos de nuestros musicópatas les sonará el nombre del bengalí Ravi Shankar, como uno de los más reconocidos y laureados músicos de sitar de todos los tiempos, aún en activo a sus 91 años, o por ser profesor de sitar de George Harrison, o por su actuación estelar en Woodstock o en Monterrey en 1969. Del mismo modo, sólo por el apellido y por su virtusismo con el sitar, todo el que conozca a Anoushka Shankar habrá imaginado que es hija de su padre. Sin embargo, mi sorpresa fue mayúscula,  al conocer que Ravi Shankar tiene otra hija, de voz prodigiosa y unas maravillosas manos, que se ha criado en el otro extremo del mundo, y que no toca el sitar, pero sí el piano: Geethali Norah Jones Shankar. Norah Jones, hija de Ravi Shankar y de la productora de conciertos Sue Jones nació en Nueva York en 1979, cuando Ravi contaba con 59 años y es la hija primogénita del músico bengalí. Un par de años más tarde, nació en Londres Anoushka Shankar, fruto de la relación entre Ravi y Sukanya Rajan, una empleada de banco. Anoushka vivió su infancia entre Londres y Delhi, y más tarde la familia Shankar se mudó a California, donde Anoushka emprendió su carrera musical. Dos hijas que se han criado con un océano que las separa, y ambas se han convertido por méritos propios en estrellas de la música en distintos campos, una en el Jazz y la otra en la música popular India. A Norah Jones se le ha criticado mucho por haber fusionado el Jazz con el Pop, por hacerlo un música más comercial, que llegue a todos los públicos. Ella es la abanderada del sello Blue Note Records, y de su nuevo Jazz. Aunque sería arriesgado decir que lo que hace Jones es puramente Jazz, si podríamos asegurar que hace Pop con un aire Jazz-Soul, y si nos olvidamos de las connotaciones negativas que podría conllevar la fusión de estos términos, podríamos juzgarla al menos como una música bastante entretenida, aunque sin demasiada complejidad. Por su parte, Anoushka Shankar ha seguido los pasos de su padre, que la instruyó desde bien pequeña en el arte del sitar. Para Ravi, tocar el sitar no es como tocar cualquier otro instrumento, supone una filosofía...

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Joe Strummer | Parte I: infancia y descubrimiento del rock

Jhon Graham Mellor es un nombre que no te dirá nada. Nacido en la ciudad turca de Ankara un 21 de Agosto de 1.952, de madre enfermera y padre diplomático pasó los primeros nueve años de su vida viajando alrededor del mundo, lo cual le dotó de una visión totalmente distinta con respecto a sus coetáneos de lo que acontecía a su alrededor y que le hizo convertirse en Joe Strummer. Una infancia llena de problemas, con constantes cambios de residencia y en dónde su papel se ceñía simplemente a servir el té a los importantes invitados de su padre a casa. Pero a la temprana edad de 10 años, la vida iba a enseñar a ese niño que era el momento de enfrentarse al mundo a pecho descubierto, fue cuando sus padres decidieron mandarlo a un internado en el que tuvo que vivir el suicidio de su hermano, un año mayor que él. Entonces se empezó a gestar la personalidad del pequeño Jhon, y decidió que antes de ser atacado, atacaría él. Además es aquí dónde descubre el excitante sonido del rock, ya que junto a su pandilla escuchaban en la radio las canciones de The Beatles o The Rolling Stones. Al acabar el colegio, comenzó sus estudios en la Escuela de Arte de Londres con la idea de poder convertirse en caricaturista. Durante este tiempo su piso, compartido con Tymon Dogg, se convirtió en el centro de reunión de una juventud desencantada y con ganas de dar rienda suelta a la creatividad. Pero en 1.973 decide trasladarse a Newport, Escocia, para seguir con sus estudios de arte. A pesar de que no consiguió acabarlos fue aquí dónde tuvo su primer brote musiquiátrico, ya que formó junto con unos compañeros la banda The Vultures. Aunque no duraron mucho tiempo esto sirvió para que Jhon Graham Mellor decidiera que se quería convertir en Joe Strummer. De vuelta a Londres el reencuentro con su antiguo compañero de piso le dió la idea de juntar a unos cuantos músicos callejeros que conocían para formar un grupo. Al principio todo comenzó como un entretenimiento de hippies que tocaban para divertirse y entretener a la comunidad. Pero se convirtió en algo más serio y tras varios cambios de formación con idas y venidas de amigos, gestaron 101’ers (dirección de la casa okupada en la que todos vivían: Walterton Road, 101). Sus primeras actuaciones se basaban en versiones de míticas canciones del blues. Es aquí dónde recibe el apelativo de Strummer (que significa rasgueo en inglés), como algo irónico sobre su forma de tocar la guitarra, y compuso su primera canción, Keys to your heart,...

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Hechizado por un grito: I put a Spell on you | Screamin' Jay Hawkins en El Musiquiátrico

Nunca un chamán conjuró un hechizo tan poderoso que fuese capaz de seducir a tantas generaciones como aquél que invocó el brujo de Ohio, Screamin’ Jay Hawkins. Y por mucho tiempo que pase, el embrujo perdurará mientras exista la música. «I Put a Spell on You» es el éxito más reconocido del excéntrico musicópata de Cleveland. Grabado por primera vez en 1956, se convirtió rápidamente en un bombazo en los retrógrados Estados Unidos de los años posteriores a la II Guerra Mundial. Las salvajes y escandalosas actuaciones de Hawkins le valieron el mérito de ser censurado en la mayoría de los medios de la época, algo que no impidió que «I Put a Spell on You» se convirtiera en un fenómeno social que asombró y aturdió al nuevo modelo de familia americana que se estaba forjando por aquella década. «I Put a Spell on You» es un embrujo chamánico, una invocación de magia negra en la que los espíritus salen y entran del cuerpo de Hawkins bailando a ritmo de blues mientras entonan una ópera. Innumerables artistas han caído presos de las artes oscuras de Screamin’ Jay Hawkins y han sucumbido a la tentación de reencarnar en sus propias carnes su espíritu, que sigue velando para que la maldición siga viva. La primera víctima del «I Put a Spell on You» fue la siempre espriritual Nina Simone, que ya en Londres en 1968 fue poseída por el hechizo de Hawkins: Poco más tarde, el sábado 16 de agosto de 1969, Creedence Clearwater Revival invocaron de nuevo el hechizo de Hawkins delante de casi medio millón de personas en el mayor aquelarre del siglo XX: Woodstock. Pero el hechizo nunca descansa, se dispersa como un virus en una guardería. Y ha llegado a nuestros tiempos renovado, aseado, empaquetado y listo para ser servido a las nuevas generaciones. En 2004, Joe Cocker se siente atraído por el embrujo de Hawkins y publica su encantamiento en el ‘Heart & Soul’ , un disco únicamente de versiones, en la que sobresale esta brutal interpretación del «I put a Spell on You». La mágica noche de San Sebastián fue el escenario propicio para que el espíritu de Hawkins se manifestara bajo la piel de Joe Cocker y volviera a renacer el encantamiento inmortal. Otro de los artistas que siempre han jugado con las sombras es el místico David Gilmour. Alma de los Pink Floyd, Gilmour se dejó seducir por el hechizo junto a Jools Hollands y Mica Paris en el album «The Best of Friends«, y trasladaron el «I put a Spell of  You» hasta el Royal Albert Hall de Londres. Y aunque la...

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