Andrés Calamaro y Gustavo Cordera, violencia en la red

Dos músicos que han sido grandes amigos tirándose los trastos a la cabeza a través de los medios de  (in)comunicación y las redes sociales no constituyen, por sí mismos, ninguna novedad en este panorama

Sin embargo, la cosa varía en casos como éste, ya que en lugar de a dos descerebrados recién paridos por la industria discográfica, hallamos inmersos en la polémica a un par de grandes del rock latinoamericano, nada menos que Andrés Calamaro y Gustavo Cordera. Aunque ninguno de los dos haya estado nunca lo que se dice muy bueno de la cabeza, lo cierto es que en esta ocasión las declaraciones han ido subiendo de tono.

De Calamaro, al que sometimos a un profundo examen, poco más se puede decir en el plano musical, aunque esa musicopatía ha derivado en comportamientos mordaces, de arremeter con todo y contra todo, tanto encima de las tablas como –sobre todo- fuera de los escenarios.

También es destacable lo hiperbólico de sus manifestaciones, que recuerdan a mi abuelo, ya que un día es capaz de afirmar que El Torta es el mejor cantaor de la historia de Jerez para decir, apenas unas horas después, que el honor lo ostenta el Capullo y que nunca habrá otro como él. Las comprobaciones pueden hacerse en su blog personal.

Mientras, Cordera, uno de los puntales de Bersuit Vergarabat, ha acaparado asimismo portadas por sus excesos verbales y singulares comportamientos, los mismos que lo llevaron a dejarlo todo absolutamente para dedicarse a la música tras volver del Carnaval de Brasil o a pelearse con los demás integrantes del mítico combo argentino.

Sea como fuere, decíamos en esta ocasión porque, hace ya dos años, mantuvieron una disputa similar a propósito de los comentarios que Calamaro profirió en un concierto en Uruguay contra el público del país que desde hace algún tiempo acoge a Cordera. Por aquel entonces, Cordera aludió a la necesidad de El Salmón de “inventar un monstruo” con el que combatir, ya fuera el público uruguayo, Charly García o el que tocara. Mientras, el aludido aprovechó para mofarse tanto del apego del ex líder de Bersuit por Uruguay como de García, al que también ha alabado dependiendo del día o de lo consumido.

Algo ha llovido ya desde entonces, y ha habido tiempo para todo. Por ejemplo, para que Calamaro, después de una lluvia de críticas a propósito de alguna de sus divagaciones vía Twitter (es difícil recordar cuál de ellas), decidiera abruptamente dejar la red de microblogging y animar a la gente a coger sus 140 caracteres y “metérselos profundo en el medio del ojete”. Ni que decir tiene que el rockero no aguantó demasiado antes de volver a ella a seguir dando guerra, siendo una de sus intervenciones más conocidas aquella en la que, hace unas semanas, narraba cómo iba cometiendo un asesinato, cuestión que soliviantó a más de uno por decirlo levemente.

Por su parte, Cordera tampoco perdió el tiempo durante este periodo, en el que vieron la luz los discos “La Caravana Mágica” y “La Caravana Mágica Volumen II”, giró por diversos lugares y hasta se despelotó para cerrar un concierto en Chile. El motivo, “un impulso” según el propio artista, que ya de paso criticó el lado “conservador, moralista, intolerante y miedoso” de la sociedad chilena a fin de reivindicar su parte más íntegra, “la araucana y mapuche”.


De este modo, todo parecía ir bien hasta que los síntomas de una excesiva exposición a los medios y las redes sociales volvieron a aflorar. Sin morderse la lengua en absoluto, Cordera, interrogado sobre las apariciones de Calamaro en el Mira Quién Baila argentino, respondía que sentía compasión por el autor de «Flaca«, al que calificaba de «provocador». A la vez, cuestionó la pose de «matón y carcelario» de la que éste hace gala a veces, aseverando que «le falta barrio» y que es «un nene de mamá».

Reafirmándose en sus orígenes callejeros, que aquí no entramos a valorar, Calamaro indicó que «Gustavo Sordera puede decir lo que quiera, y las lipoaspiraciones le quedaron muy bien». Para concluir, dejó claro que espera «que sea compasivo conmigo cuando me harte de reventar Luna Park». Lejos quedan, pues, los tiempos en que Cordera y Bersuit lo animaron a volver a la música y ejercieron como su banda en la mítica gira «El Regreso», aunque vista la volcánica personalidad de ambos no podemos descartar ni un nuevo cruce de declaraciones ni un reencuentro amoroso como el de las parejas que discuten. El tiempo lo dirá, aunque como decía Calamaro en su época más desfasada, les recomendamos a ambos moderación.

Author: Dr. Callejón

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