Elastic Band – M oo D: Recetas de Glam-pop Estroboscópico

“M oo D”, el segundo disco de los granadinos Elastic Band, que sigue con la diversión y el buen rollo, el colorido y el baile exageradamente fresco, para los momentos de lucidez en el patio del Musiquiátrico Tras su primer lingotazo de bailoteo “Boogie beach days” de 2009, Pablo Romàn (Cecilia Ann) y María Sánchez siguen sufriendo amnesias retrógradas que les obligan a empaparse de guitarras setenteras y glamrock, de folky y electrónica de camisas con chorreras, con toques reggae jazz, coros playeros, sonidos feriantes y cinematográficos, y con algún salpicón de country. Todo ello, no obstante, sin renunciar jamás a las melodías y repasando el recetario más extenso de ritmos y géneros vinculados a las ilusiones ópticas y a los brotes musicoepilépticos luminosos. “M oo D” (Chesapik2011) fue masterizado por Joe Lambert (Deerhunter,Animal Collective,…) y la portada es prescripción facultativa de Bjorn Copeland. Es un disco mucho más crápula y divertido sin perder la serena ansiedad por lo empírico y efectivo, por lo experimental. Sin duda, el sonido «made in Elastic Band» sigue creciendo en personalidad y es rápidamente identificable. Samplers, banjo eléctrico (¿al estilo de James Heifeld?), la inseparable mandolina, propia del western swing, el jazz, el blues y el country (procesada con sintetizadores), las canciones coloristas y los giros impredecibles. En la suma de elementos heterogéneos consiguen sin embargo algo muy difícil: un sonido propio y compacto, optimista y nostálgico para un mañana. Digieren sus amplias influencias, cuales analgésicos musicopáticos, para vomitar temas agradablemente plásticos y visualmente discotequeros electrónicos de otras épocas y pelucas. Sumando hip hop, reggae y un bastante poético pop melódico. También recurren a instrumentos anacrónicos como el kazoo (membranófono parecido al mirlitón, que modifica el sonido de la voz), para describir mejor la pacífica locura de Jamaica y el desbordamiento carnal y carnavalero de Río. En sus breves espejismos de lúcida composición, añaden pizcas psicodélicas, punteos guitarreros y calypso aparentemente imposible. Como single y primer video extraído de “M oo D”, han elegido el tema “Giving Advice”. Video dirigido por la fotógrafa y realizadora Diana Kunst (Louis Vuitton, David Delfín…), con visiones de regreso al futuro, uso de la escala wharholiana básica de colores y fotografía de coleccionismo. Buen trabajo que no hace más que potenciar la representación musical de buen tiempo y felicidad suscrita en primera persona por estos granadinos. Han electrificado y sintetizado mucho más su sonido sin dejar de tocar todos los palos, además de seguir reviviendo su humorístico rock and roll (algunos temas sí son más reflexivos), de manera que algunos musicópatas no han tartado en buscarles las 5 semejanzas con otras formaciones que van desde Biffy Clyro...

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Luto por la muerte de Benjamín Escoriza

·El cantante de Radio Tarifa Benjamín Escoriza falleció en Madrid el pasado fin de semana Aunque gran parte del público, pendiente de Andylucas y repeinaos que desafinan por norma, ni siquiera se percatara de su existencia, en El Musiquiátrico aún resuenan los alaridos, en forma de quejíos, por la temprana desaparición de Benjamín Escoriza. El que fuera cantante de Radio Tarifa, una de las aventuras más singulares y menos valoradas en el marco de la música popular del sur del norte, fallecía el pasado fin de semana a los 58 años. Con una planta que recordaba a la de otras figuras como Rockberto Tabletom o Chico Ocaña, si bien mucho más tímido, Escoriza fue un artista entero y libre, dos calificativos que cuesta aplicar en los últimos tiempos. De esta forma, como su nombre sugiere, en la obra de Radio Tarifa, formado por Faín S. Dueñas y Vincent Molino además de Escoriza, se dieron cita estilos de aquí y allá mezclados con delicadeza con nuestra tradición musical. Folklore andaluz y flamenco se fusionaron, de esta forma, con música sefardí, ritmos latinos, jazz y hasta música japonesa. Lo mismo ocurre con los instrumentos, ya que, además de los propios del rock, introdujeron algunos provenientes de otras latitudes y rescataron para sus trabajos otros propios de la Edad Media. En definitiva, una banda muy prescribible para conocer nuestros orígenes o distanciarnos del día a día pensando que estamos, como ellos con sus giras, en cualquier lugar del Mediterráneo. Tras la publicación de cuatro discos, más la grabación del concierto que ofrecieron en Ramallah en 2004, los miembros de Radio Tarifa emprendieron caminos musicopáticos en solitario. En el caso de Escoriza, el granaíno publicó otros dos discos que bien merecen ser tenidos en cuenta, como Alevanta y Mirando pal Este, y en los últimos tiempos preparaba un trabajo junto a Toni Pastor, aunque al final no pudo ser. En cualquier caso, para siempre quedan su voz rajada y su legado, muestra de que el entendimiento entre pueblos de lo más diverso es posible y hasta...

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Guitarras y tractores
Ene23

Guitarras y tractores

Cuando el calor aprieta, cuando el trabajo exaspera, la creatividad de un verdadero musicópata hierve al tempo del aceite de motor. Buena muestra de ello es la epidemia que hemos detectado, un síndrome con el que trabajo y ocio se fusionan para crear música desenfrenadamente. Esta epidemia ha afectado gravemente a músicos agricultores y amigos cercanos, que a ritmo de tractor no pueden parar de componer. Country-Tractor-Blues lo podrías llamar, o bien Pistón-Folk, como prefieras, porque desde luego los expertos de la música aún no han encasillado el ritmo del tractor mezclado con guitarras eléctricas y acústicas, armónicas, contrabajos, voces… Como se puede observar, la musicopatía provocada por esta epidemia se rige por marca, modelo y antiguedad del tractor que marque el ritmo, como el Midwest Utilitor de Indianapolis que acabamos de ver, así como de los gases que emana la máquina y que afectan severamente al sistema nervioso, determinando el estilo y el furor que nuestros estimados músicos emplean en crear su fantasía acústica. Algunos tienen ya su propio ‘sello musical’, y experimentan con diferente maquinaria, como Olle Hemmingssons Trio: Las Autoridades Musiquiátricas advierten que esta epidemia es aún incontrolable, así que absténganse de tener contacto alguno con tractores y maquinaria rítmica, más aún si tienen que trabajar con ella. Puede producir autismo y vagueza crónica: Ahora estamos buscando un nombre para este síndrome… ¿Alguna...

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Las Musicopatías Callejeras de Zaz, Beirut y autónomos anónimos

En esta ocasión el Musiquiátrico se ha introducido en la realidad binaria en busca de epidemias sonoras y musicopatías callejeras. Desde tiempos inmemorables, los espacios públicos, las calles, las plazas de ciudades, incluso en las comunidades rurales, estos escenarios han servido como lugar de expansión y difusión de diversas patologías sonoras. Antaño, fueron Juglares y Trovadores quienes narraban musicalmente en verso hechos, historias y mitos. Hoy, son distintos musicópatas los que siguen utilizando la calle para contagiar y divulgar sus brotes musicóticos, ya sea por obligación o por preferencia. En primer lugar, hablar de una musicópata anónima, pues no existe información del referente. Su relevancia, subyace en la peculiaridad de la técnica empleada para tocar la guitarra. Es como si hubiera adaptado la sonoridad del instrumento a su música tradicional. La manera que tiene de manipular el mástil y los sonidos que obtiene con sus movimientos rotatorios y percutores sobre los trastes, han llevado al Musiquiátrico a diagnosticar estas características como posibles pródromos de  un nistagmo severo, que en altas dosis puede emocionar positivamente ocasionando una eminente sonrisa continuada.   También, existen grandes epidemias sonoras callejeras producidas por musicópatas de renombre internacional, como es el caso de los Estadounidenses Beirut. Una banda liderada por Zach Condon que fusiona música folk del este europeo y mexicana, con pop occidental. Compuesta formalmente por Perrin Cloutier (cello/acordeón), Jason Poranski (guitarra/ukelele/mandolina), Nick Petree (batería/percusión), Kristin Farebee (violín), Paul Colins (órgano/teclados/tambor/ukelele), Jon Natchez (saxo/mandolina/glockenspiel), Kelly Pratt (trompeta/bombardino/glockenspiel) y Zach Condon (voz/trompeta/guitarra), Beirut ha conseguido sorprender a los musiquiatras una vez concluidos los análisis factoriales sonoros, por su alto grado de fusión y creatividad. La utilización de los espacios y elementos urbanos para propagar y contagiar la agitación psicomusical recogida en sus tres discos: “Gulag Orkestar” (2006), “The Flying Club Cup” (2007) y “The Rip Tide» (2011) han convertido a Beirut en un estresante psicosocial sonoro propicio para ser recomendado por el Musiquiátrico en dosis prolongadas como paliativo de ecopraxia eventual. Un caso muy parecido al anterior, es el que ocurre con Zaz, nombre artístico de la francesa Isabelle Geffroy. Esta musicópata ha sabido fusionar como nadie la música francesa, el jazz, el soul y la música acústica, alcanzando niveles de experimentación sonora dignos de ser diagnosticados por el Musiquiátrico. A pesar de debutar en 2010, con su álbum homónimo “Zaz”, la carrera musiquiátrica de Isabelle comenzó hace mucho tiempo, cuando en 1985, con tan sólo 5 años, ingresó en el conservatorio de Tours, su ciudad natal, donde estudió solfeo, violín, piano, canto coral y guitarra. En el año 2000, tras mudarse a Burdeos en 1994, consiguió una beca local para estudiar en el Centro ...

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Clann Zú, Art Rock desde Melbourne | Historia de la banda y legado musiquiátrico

En la ciudad australiana de Melbourne, en el año 1999, seis musicópatas decidieron poner en común sus brotes sonoros para crear Clann Zú. Sus nombres: Benjamín Andrews (guitarra), Russell Fawcus (violín eléctrico y teclados), Liam Andrews (bajo), Ben Hellmig (Batería), Declan de Barra (voz, guitarra y bodhran) y Lach Wooden (técnico de sonido). Como resultado surgió una de las patologías musiquiátricas más afásicas de principios del siglo XXI. Lamentablemente, en 2005 decidieron dispersarse y seguir por separado, pues es difícil confluir cuando unos proceden de Australia, y otros de Irlanda e Inglaterra. Sin embargo, durante los seis años que permanecieron unidos gestaron alucinaciones dignas de ser tratadas en el Musiquiátrico. Y es que en la última década del siglo XX brotaron grandes musicópatas de magnitud a lo largo de todo el globo terráqueo. Con un estilo difícil de etiquetar, los análisis musiquiátricos han concluido en definirlo como Art Rock, ya que fusionan rock, punk, jazz, clásica, incluso el folk. Pensar que todos estos géneros pueden confluir en estructuras, sonidos y ritmos parecía algo imposible antes de Clann Zú. Además, emplean el bilingüismo en sus letras cargadas de mensaje político y social, utilizando tanto el inglés como el gaélico. Aspecto que remarca la incorporación del bodhrán, un instrumento irlandés que se asemeja a un tambor con marco, hecho originariamente de piel de cabra, y cuyo final abierto sirve para colocar una mano y controlar el tono y el timbre. Los mejores brotes que ofreció Clann Zú fueron ‘Rua’, en el año 2003, y ‘Black Coats & Bandages’, en el año 2004, ambos editados a través de la discográfica G7 Wellcoming Committee Records. Un sello independiente creado por Chris Hannah y Jordan Samoleski en el año 1997. Aun así, con anterioridad, habían manifestado pequeños brotes como ‘Red-Emitting Light Organ’ en 2003, ‘Demos For Black Coats & Bandages’ en el 2002 y ‘Clann Zú’ en 2000. Todos ellos realizados de manera independiente y ambivalente. Por eso, cuando la sincronía afectiva y sonora dejó de existir entre ellos, cada musicópata siguió su camino. La alucinación auditiva en sus creaciones musicales es extremadamente afectiva. Los ambientes y atmósferas que generan confrontan las sensibilidades animales que todo humano lleva innatas. Los ritmos lentos van transformándose paulatinamente hacia cambios donde el tempo se distorsiona y se dilata hasta volver hacia el estado armónico inicial. Los sonidos electrónicos mezclados con violín y las melodías polifónicas y multiculturales, han llevado al Musiquiátrico a revelar que, en pequeñas dosis, Clann Zú puede reducir los niveles de ataxia debido a sus propiedades altruistas y a sus componentes musitónicos y triptofónicos. En caso de intoxicación o duda, consulte a su Musiquiatra...

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