No pises mis gamuzas
«Blue Suede Shoes» es una canción de rock compuesta por el músico estadounidense Carl Perkins y publicada como sencillo en 1955. Este twelve-bar blues es considerado por algunos como una de las primeras grabaciones de rock and roll de la historia.
Debo ser muy buena presa… Edu Izquierdo y El Cabrero
Eduardo Izquierdo, redactor habitual de las revistas Ruta 66, Mondosonoro y EFE EME y escritor de libros relacionados con la música como «Simpatía por el relato: Antología de cuentos escritos por rockeros» o «Quique González, Una historia que se escribe en los portales«, presentó la semana pasada en la Feria del Libro de Sevilla su nuevo trabajo «Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome» basado en la figura de El Cabrero, y hasta allí nos acercamos una pequeña avanzadilla del Musiquiátrico para descubrirlo de mano de su autor. Lo primero que nos llama la atención del libro es, lógicamente, su protagonista: José Domínguez Muñoz, El Cabrero, una de las mayores figuras del cante flamenco, reconocido mundialmente, pero censurado en España e incluso encarcelado (en plena democracia) por cagarse en Dios a micrófono abierto. El Cabrero, republicano, ateo, amigo de los pobres y hombre de campo, ha sido y sigue siendo el enemigo del burgués, los señoritos y la religión, y su lucha no es violenta, sino poética, que hace más daño, por eso siempre han intentado desprestigiarlo y silenciarlo tanto periodistas, como medios afines a los que están en su punto de mira. Pero demos gracias a que haya periodistas como Edu Izquierdo al que su abuelo le ponía de pequeño las cintas de El Cabrero y le contaba sus vivencias, que dejaban pasmado a un chico que veía en la figura de ese cantaor a poco menos que un peculiar superhéroe con su gorro de Cowboy y sus botas, y con unos valores dignos de otra época, en la que los hombres demostraban quiénes eran a través de sus acciones y no de sus palabras. «Debo ser muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome» es una novela, o más bién, una biografía ficcionada, en la que la realidad y el mito se confunden, y que toma como protagonista a la persona de El Cabrero, que lo asimila con Bob Dylan, Johnny Cash o Woody Guthrie, a pesar de que a José bien poco le suenen algunos de esos nombres. Comentaba el autor durante la presentación del libro, que tras haber mantenido varias conversaciones y de haber convivido algún tiempo con El Cabrero, aún no tenía muy claro qué pensaba éste sobre el libro, de momento seguía manteniéndole la palabra, que ya es bastante. Si quieres pillar el libro a buen precio, acércate a la editorial en el siguiente enlace: Ediciones Lupercalia Fotografías: Dra. Ana...
Si necesitas meter tu cabeza en un amplificador… escucha Muletrain
“Somos la suma de muchas cosas distintas pero que pueden convivir en equilibrio por muy difícil que parezca: punk, amor por el conspiracionismo, hardcore, mucho humor, tendencia a extremar las cosas y el mensaje, inmediatez, sencillez, combinación entre técnica y rudeza. No hemos inventado, lógicamente, nada, ni pretendemos eso, pero somos conscientes de que nuestro sonido es inusual, a muchos les sorprende y creo que es algo que juega a nuestro favor, por encima del conocido sectarismo de ciertas personas y escenas”, afirma Servan. De las cenizas de las putas voladoras, véase Aerobitch, y de otros sujetos altamente peligrosos procedentes del magma madrileño nació en 2003 el cuarteto demencial bautizado como Muletrain. Pudiera parecer por su sonido es el diabólico fruto de una experimentación musical destructora, creada entre los microscopios y probetas de un laboratorio, recibiendo la nomenclatura de un tren de mulas, procedente del excelso tema country de título homónimo. El resultado no puede estar más alejado del sonido tejano profundo, considerando que nos encontramos ante una potente mezcla personalizada de hardcore destructor de tímpanos. Para más inri, su lírica versa sobre el odio hacia el sistema y hacia la sociedad de control total sobre el individuo. Un hecho más que evidente si consideramos las fuentes de las que beben sus componentes: Poison Idea, Zeke, Turbonegro, Black Flag, MC5, Stooges, bandas de punk y hardcore de los 70 y 80, a las que hay que sumar Motörhead, así como otras trazas de metal variado. Su primer disco grande Demolition Preachin’, dedicado a los fallecidos Johnny Cash y Joe Strummer, ofrecía una formación cohesionada que explicitaba sus intenciones con la inmediatez y la contundencia propias de una amalgama de sonidos crudos y directos. De esto en adelante ofrecieron varios eps como The Worst is yet to come (2006), The Ansar (2007) y Rocks (2007), magníficos todos aún cuando hagan referencia al indeseable bigotudo Josemari, que gobernara esa España tan cercana. En 2009 lanzan su último largo, Crashbeat, que a su vez es su trabajo más largo en duración. Osadamente enriquecieron su particular mezcla base con nuevos matices extraídos del rollito surfero. Debemos anotar en el informe que, con la distribución del mismo se incluía el documental Dios salve al rock de estadio (David Álvarez e Ivar Muñoz-Rojas), dedicado a la minigira europea de Muletrain, fechada entre septiembre y octubre de 2006. Un perfecto ensayo del concepto gira de corte underground, nada más alejado del concepto rockstar al que la MTV nos tiene acostumbradas: hostales de mala muerte, sofás prestados, bocadillos a pie de carretera y mucha -mucha- furgoneta. El 7 de diciembre de 2009 anunciaban: «Hasta aquí llegó la...
Wayfaring stranger | El extraño caminante que visitó el Musiquiátrico
· Una historia narrada desde el S. XIX por los espirituales negros sigue viva en el Musiquiátrico Con aires de trovador y una guitarra vieja y decrépita apareció ante las puertas del Musiquiátrico un extraño caminante, de pies negros por el polvo del camino y el pelo enmarañadado por la lluvia y el viento. Llevaba su alforja vacía, en la que sólo cabía una buena historia por contar. Este extranjero de tierras hermanas cruzó el charco recitando su historia. Es la historia del extraño caminante, la historia del Wayfaring Stranger. Nadie conoce su origen ni el año de su nacimiento, pero este extraño caminante ha andado entre nosotros desde finales del siglo XIX. Su historia era narrada por los espirituales negros a principios del siglo XX en Estados Unidos y fue recogida por primera vez por el actor y cantante Burl Ives, que la popularizó al usarla como sintonía de cabecera de su programa de radio, al que bautizó también con el mismo nombre en 1940. Mucho ha llovido en el desierto desde que Ives grabara esta versión, pero no tanto como para que se olvide de las mentes de los cowboys. Dolly Parton y Johnny Cash volvieron a poner este tema en el candelero en sus respectivas épocas, e incluso cincuenta años más tarde, el vaquero pelirrojo Trace Adkins, uno de los artífices del country-pop, le prestó su sombrero de ala ancha al caminante para que se protegiese del sol y éste le narró de nuevo su canción. El caminante tiene al menos 50 versiones conocidas y reconocidas y un sinfín de versiones de éstas, actualizadas según la época y el estilo de quién fuera el narrador, y sería imposible imaginar cuántas de éstas versiones no son conocidas tras las puertas del Musiquiátrico. Sin embargo, nos vamos a quedar con Ed Sheeran, un joven caminante de zapatillas de baloncesto y gorra de beisbol, que nos vuelve a contar esta leyenda del extraño caminante, actualizada a los nuevos tiempos y las nuevas formas. Pero como las puertas del Musiquiátrico están abiertas a todas las propuestas, estamos deseando conocer más versiones de esta leyenda. Así que si conoces alguna interpretación distinta de esta canción, no dudes en hacérnoslo saber y déjanos tu...