Si necesitas meter tu cabeza en un amplificador… escucha Muletrain
“Somos la suma de muchas cosas distintas pero que pueden convivir en equilibrio por muy difícil que parezca: punk, amor por el conspiracionismo, hardcore, mucho humor, tendencia a extremar las cosas y el mensaje, inmediatez, sencillez, combinación entre técnica y rudeza. No hemos inventado, lógicamente, nada, ni pretendemos eso, pero somos conscientes de que nuestro sonido es inusual, a muchos les sorprende y creo que es algo que juega a nuestro favor, por encima del conocido sectarismo de ciertas personas y escenas”, afirma Servan. De las cenizas de las putas voladoras, véase Aerobitch, y de otros sujetos altamente peligrosos procedentes del magma madrileño nació en 2003 el cuarteto demencial bautizado como Muletrain. Pudiera parecer por su sonido es el diabólico fruto de una experimentación musical destructora, creada entre los microscopios y probetas de un laboratorio, recibiendo la nomenclatura de un tren de mulas, procedente del excelso tema country de título homónimo. El resultado no puede estar más alejado del sonido tejano profundo, considerando que nos encontramos ante una potente mezcla personalizada de hardcore destructor de tímpanos. Para más inri, su lírica versa sobre el odio hacia el sistema y hacia la sociedad de control total sobre el individuo. Un hecho más que evidente si consideramos las fuentes de las que beben sus componentes: Poison Idea, Zeke, Turbonegro, Black Flag, MC5, Stooges, bandas de punk y hardcore de los 70 y 80, a las que hay que sumar Motörhead, así como otras trazas de metal variado. Su primer disco grande Demolition Preachin’, dedicado a los fallecidos Johnny Cash y Joe Strummer, ofrecía una formación cohesionada que explicitaba sus intenciones con la inmediatez y la contundencia propias de una amalgama de sonidos crudos y directos. De esto en adelante ofrecieron varios eps como The Worst is yet to come (2006), The Ansar (2007) y Rocks (2007), magníficos todos aún cuando hagan referencia al indeseable bigotudo Josemari, que gobernara esa España tan cercana. En 2009 lanzan su último largo, Crashbeat, que a su vez es su trabajo más largo en duración. Osadamente enriquecieron su particular mezcla base con nuevos matices extraídos del rollito surfero. Debemos anotar en el informe que, con la distribución del mismo se incluía el documental Dios salve al rock de estadio (David Álvarez e Ivar Muñoz-Rojas), dedicado a la minigira europea de Muletrain, fechada entre septiembre y octubre de 2006. Un perfecto ensayo del concepto gira de corte underground, nada más alejado del concepto rockstar al que la MTV nos tiene acostumbradas: hostales de mala muerte, sofás prestados, bocadillos a pie de carretera y mucha -mucha- furgoneta. El 7 de diciembre de 2009 anunciaban: «Hasta aquí llegó la...
Recopilatorio "Joe Strummer and The Mescaleros, The Hellcat Years"
Quedan apenas un par de meses para que se cumpla el décimo aniversario del fallecimiento de Joe Strummer y los efectos de la efeméride se van haciendo notar. Por una parte, en el comportamiento de los musicópatas devotos del genio que lideró The Clash y The Mescaleros, que puede tornarse en estas fechas más taciturno e imprevisible que de costumbre. Y por otra, en la industria, dispuesta como siempre a hacer caja, aunque hay que decir que en esta ocasión, y al contrario de lo que suele suceder, con productos de más o menos buen gusto, sin optar por el rancio y falso emotivismo que suele rodearlos. En esta ocasión, lo que hoy analizamos es la publicación de un triple recopilatorio de Joe Strummer & The Mescaleros con otros tantos discos editados en su día con la discográfica Hellcats Records, que se suma al documental sobre los últimos años de The Clash que ya prescribimos en su día. El originalísimo nombre del disco es “Joe Strummer & The Mescaleros, The Hellcat Years”, y contiene los trabajos “Rock Art and the X-Ray Stile”, “Global a Go-Go” y “Streetcore”. Así, los que tengan carencia de la rabia de The Clash, aunque más contenida y matizada; de sus ritmos, más influenciados aún por el reggae, el calipso y músicas de otras latitudes; y sobre todo de la sabiduría vital que la experiencia fue otorgando a este personaje, tendrán aquí material de sobra para aplacarla. A la vez, no faltan esas caras b y temas inéditos en directo (uno de ellos junto a Mick Jones a escasas fechas de su muerte) que tanto gustan a los musicópatas que de verdad quieren profundizar en la obra de sus ídolos y también versiones, desde «Redemption Song» de Bob Marley a «Blitzkrieg Bop» de The Ramones....
Llega un nuevo documental sobre The Clash
Saludable dosis de material inédito para los fieles de la banda británica Por mucho tiempo que pase, hay formaciones imprescindibles a cuya trayectoria se le sigue sacando partido. Ahora, llega el turno de The Clash, epidémica banda británica sin la que el punk no sería lo que es hoy día, cuyos últimos momentos se abordan en el documental «The Rise and Fall of The Clash». Aunque cuando el material nuevo viene en forma de disco los recelos por parte de los musicópatas son más que prudentes (muchas veces estas publicaciones obedecen a las ansias recaudatorias de la familia y/o discográfica del finado o al trastorno de algún trasnochado productor), no ocurre lo mismo con los documentales. Salvo excepciones, aportan un enfoque distinto, entrevistas inéditas u opiniones curiosas con las que comprender mejor a nuestros ídolos. En este caso, como hemos dicho, Danny García se centra en el final de la trayectoria de The Clash, época un tanto convulsa pero no menos interesante para entender lo que supusieron. Como suele pasar en la mayoría de estos casos, no todos los miembros o personas de la órbita de The Clash han querido colaborar con el proyecto, como es el caso de Paul Simonon o el que fuera su manager, Bernie Rhodes. No es lo que ocurre, por contra, con Mick Jones, que sí se prestó a una nueva y extensa entrevista. Por otra parte, cabe destacar que el guitarrista será uno de los nombres propios que tomen parte en el homenaje a Joe Strummer con motivo del décimo aniversario de su muerte que tendrá lugar en Somerset del 17 al 19 de agosto. En el festival, denominado Strummer of Love, Jones figurará al frente de The Justice Tonight Band, junto a la que estarán entre otros Seasick Steve o The Pogues, pioneros del punk-folk más desequilibrado y compulsivo que haya podido verse...
Joe Strummer | Parte II: La revolución se llama The Clash
El nombre de Joe Strummer se estaba haciendo conocido por todo Londres. Su enigmática personalidad atraía a todo tipo de artistas que querían trabajar con él. En la primavera de 1976 los 101’ers dieron un concierto en el que compartían cartel con unos desconocidos Sex Pistols. El espectáculo que estos dieron fue tal que Paul Simonon y Mick Jones, integrantes del grupo London SS, se acercaron a Joe para pedirles que se uniera a ellos para la formación de una nueva banda. Su idea era la de seguir el camino marcado por los Pistols, punk rápido incapaz de dejar indiferente a nadie. Y el tiempo ha demostrado el buen criterio que tuvieron Paul y Mick a la hora de elegir cantante para el nuevo proyecto. Está claro que no era el mejor vocalista, ni siquiera el más provocador y desde luego no era guapo. Pero sus constantes viajes de niño y la fuerza que le dió el tener que enfrentar el sucidio de su hermano, crearon un filtro único para escribir letras. Apenas tres meses después de su formación, The Clash hizo su presentación en sociedad teloneando a sus inspiradores Sex Pistols. Aquí comenzaría a forjarse la leyenda de los grupos punk más importantes de la historia. Uno por los escandalosos episodios protagonizados y por llevar la actitud hasta el extremo. Los otros, menos provocadores, politizaron la música, dándole al movimiento punk otro cariz distinto al No Future, que en el momento predominaba. Así Joe Strummer consiguió erigirse no solo como portavoz de toda una generación sino también como ideólogo de todo un movimiento, contagiando a todo aquel que escuchaba sus letras. Hasta el momento la ambigüedad de los Sex Pistols con el imaginario nazi había creado mucha confusión sobre la verdadera cara del punk, pero Strummer zanjó cualquier duda con la creación de La Liga Anti-Nazi. The Clash no jugaban a la provocación fácil, su meta estaba mucho más allá. Eran capaces de ver claramente lo que ocurría fuera de la espiral de drogas en la que se vivía en el momento. Era hora de desterrar el nihilismo para dejar paso al idealismo. La internacionalización de sus letras supuso para sus oyentes toda una bofetada de realidad. Gracias a su infancia, Joe conocía de primera mano lo que acontecía en casi todo el globo, y lo dejó patente en todas y cada una de sus letras. Más que canciones se puede decir que The Clash consiguió crear toda una enciclopedia histórica hecha música. Buena prueba de ello es Spanish Bombs, que trata el tema de la Guerra Civil española. Pero el virus que le comía por dentro era...
Joe Strummer | Parte I: infancia y descubrimiento del rock
Jhon Graham Mellor es un nombre que no te dirá nada. Nacido en la ciudad turca de Ankara un 21 de Agosto de 1.952, de madre enfermera y padre diplomático pasó los primeros nueve años de su vida viajando alrededor del mundo, lo cual le dotó de una visión totalmente distinta con respecto a sus coetáneos de lo que acontecía a su alrededor y que le hizo convertirse en Joe Strummer. Una infancia llena de problemas, con constantes cambios de residencia y en dónde su papel se ceñía simplemente a servir el té a los importantes invitados de su padre a casa. Pero a la temprana edad de 10 años, la vida iba a enseñar a ese niño que era el momento de enfrentarse al mundo a pecho descubierto, fue cuando sus padres decidieron mandarlo a un internado en el que tuvo que vivir el suicidio de su hermano, un año mayor que él. Entonces se empezó a gestar la personalidad del pequeño Jhon, y decidió que antes de ser atacado, atacaría él. Además es aquí dónde descubre el excitante sonido del rock, ya que junto a su pandilla escuchaban en la radio las canciones de The Beatles o The Rolling Stones. Al acabar el colegio, comenzó sus estudios en la Escuela de Arte de Londres con la idea de poder convertirse en caricaturista. Durante este tiempo su piso, compartido con Tymon Dogg, se convirtió en el centro de reunión de una juventud desencantada y con ganas de dar rienda suelta a la creatividad. Pero en 1.973 decide trasladarse a Newport, Escocia, para seguir con sus estudios de arte. A pesar de que no consiguió acabarlos fue aquí dónde tuvo su primer brote musiquiátrico, ya que formó junto con unos compañeros la banda The Vultures. Aunque no duraron mucho tiempo esto sirvió para que Jhon Graham Mellor decidiera que se quería convertir en Joe Strummer. De vuelta a Londres el reencuentro con su antiguo compañero de piso le dió la idea de juntar a unos cuantos músicos callejeros que conocían para formar un grupo. Al principio todo comenzó como un entretenimiento de hippies que tocaban para divertirse y entretener a la comunidad. Pero se convirtió en algo más serio y tras varios cambios de formación con idas y venidas de amigos, gestaron 101’ers (dirección de la casa okupada en la que todos vivían: Walterton Road, 101). Sus primeras actuaciones se basaban en versiones de míticas canciones del blues. Es aquí dónde recibe el apelativo de Strummer (que significa rasgueo en inglés), como algo irónico sobre su forma de tocar la guitarra, y compuso su primera canción, Keys to your heart,...