Héctor MasGas

El famoso y espeluznante videoclip de la canción «Welcome to the machine» (Wish You Were Here, 1975), fue creado originariamente por Gerald Scarfe para ser proyectado en las inmensas pantallas que han caracterizado los fondos de escenario de la banda británica, durante la Gira «In the Flesh» (1977). Este vídeo, que solo en el canal oficial  de Pink Floyd en Youtube alcanza más de 1,7 millones de reproducciones, ha dado la vuelta al mundo despertando, en muchos, una sensación inexplicable, mágica y asoladora. Su letra, ahonda en la úlcera que esta píldora audiovisual crea en el espectador:
Bienvenido hijo mio, bienvenido a la máquina. ¿Dónde has estado? Está bien, ya sabemos dónde has estado. Has estado en las tuberías, consumiendo el tiempo, provisto de juguetes y actuando de Boy Scout. Compraste una guitarra para castigar a mamá, y no te ha gustado ir a la escuela, y sabes que no eres el tonto de nadie, así que bienvenido a la máquina.
Bienvenido hijo mío, bienvenido a la máquina. ¿Qué soñaste? Está bien, ya te dijimos que soñar. Soñaste con una gran estrella. Él tocaba una guitarra miserable. Comía siempre en el Steak Bar. Le encantaba conducir su Jaguar. Así que bienvenido a la máquina.

Una bestia mecánica avanza por páramos desolados, por un mundo apocalíptico, donde las ratas se abren paso entre metal y hormigón, y donde la propia creación del humano se desangra entre las grietas del tiempo. Una creación que decapita al humano, y un tiempo que se lleva cualquier rastro de existencia, impasible, lleno de sueños, de falsedad y soledad.

Según estudios comparativos realizados entre las canciones y videoclips de Pink Floyd, y algunas obras claves del movimiento artístico Futurista, existen vínculos claros que incluso los británicos quisieron insinuar en sus obras, más allá del mero rumor. Esta hipótesis se basa en un descubrimiento muy curioso, un hipertexto directo en el videoclip de «Welcome to the Machine», con «La Rivolta», obra futurista del pintor italiano Luigi Russolo. A partir de este descubrimiento se empieza a indagar para analizar las obras de ambos autores, Luigi Russolo y Gerald Scarfe, y la de Pink Floyd, en busca de similitudes morfológicas y semánticas, vínculos en los respectivos contextos históricos, en su comprensión y en su proyección social. Podemos encontrar claras referencias en otras de las grandes obras de Pink Floyd, como el album «The Wall» (1979) y algunas escenas la película de Alan Parker, «Pink Floyd The Wall» (1982), de la que ya os hablaba anteriormente.

El futurismo está presente en muchas de las obras de la banda británica Pink Floyd, acompañado de fuertes dosis de psicodelia, creatividad y espiritualidad. Un futurismo que con el paso de los años se hace cada vez más tangible, más real. Musicópatas, «bienvenidos a la máquina»

Fuente del estudio: fido.palermo.edu

Para mí, es todo un honor hablaros del Musicomaníaco Donat Roy Mittoo (artísticamente conocido como Jackie Mitto), que nació en Browns Town, Saint Ann Parish, Jamaica, y comenzó a aprender a tocar el piano a la edad de cuatro años bajo la tutela de su abuela.

En la década de 1960 fue miembro de  The Skatalites, The Sheiks, The Soul Brothers y The Soul Vendors and Sound Dimension. Entre las composiciones de Mittoo de este periodo se encuentran grandes clásicos como «Darker Shade of Black» , «Boby Babilonia» con Freddie McGregor, «I’m Still in Love with You» junto a Alton Ellis, «Baby Why» acompañando a «The cables» y «Feel Like Jumping» en colaboración con Marcia Griffiths.
Además en 1968 y 1969 tocó para Lloyd «Matador» Daley, uno de los productores de reggae pioneros en llevar a cabo el movimiento de las Sound Systems jamaicanas, al crear uno los primeros amplificadores caseros gracias a sus conocimientos en electrónica, que daban lugar a fiestas callejeras espontáneas y portátiles que reproducían los temas más significativos del momento.
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A finales de la década de los `60s emigró a Toronto, Canadá. Allí grabó tres álbumes, «Wishbone» (Summus), «Reggae Magic» (CTL) y «Let’s Put It All Together» (CTL). Asimismo, creó el sello discográfico Stine-Jac, así como se dispuso a abrir una tienda de discos.
En 1970, su canción «Peanie Wallie» fue versionada por The Wailers, convirtiéndose en el éxito «Duppy Conqueror».  En 1971, su album «Wishbone» tuvo un gran éxito . Actuó en salones locales de Toronto durante todo el decenio de los `70s. Mittoo frecuentaba el área de músicos de Reggae de Toronto, incluyendo grandes grupos y artistas como: Earth, Roots and Water, Esso Jaxxon (Zee R. Jackson), Carl Harvey, Lord Tanamo, Boyo Hammond, Carl Otway, El Sattalites, Jackie James y Jason Wilson. Por otro lado, continuó grabando para los productores de Jamaica en la década de 1970, sobre todo en el mítico estudio del productor veterano Bunny Lee, una de las mayores fuerzas en la industria de la música jamaicana.
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En la década de los `80s, solió trabajar con el artista Sugar Minott (fallecido en julio de 2010). En 1989, se volvió a unir a la conocida banda the Skatalites, pero pronto los problemas de salud le obligaron a abandonar. En 1989 y 1990 grabó su album «Wild Jockey» para el sello Lloyd Barnes Wackies.
Mitto, entró en un hospital el 12 de diciembre de 1990 y murió de cáncer el 16 de diciembre a la edad de 42 años. Su funeral se celebró en el estadio Nacional en Kingston, Jamaica, el 2 de enero de 1991. Hortense Ellis, Tinga ‘Neville’ Stewart, Desmond «Desi Roots» Young, Ruddy Thomas, Tommy Cowan, Clement «Coxsone» Dodd estuvieron entre los asistentes. En la misma época, se llevó a cabo un concierto conmemorativo, con las actuaciones de Vin Gordon, Leroy «Horsemouth» Wallace, Bagga ‘Glen’ Fagan, Pablo Negro, Robert Lynn, Michael «Ibo» Cooper, Ken Boothe, Delroy Wilson, Carlene Davis, Tinga Stewart entre otros magnates de esta música revolucionaria.
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Fuentes: http://www.raspinu.com/ – Imágenes: kaatsound.blogspot.com

Una imagen vale mas que mil palabras…

Paseando por la red, me he topado con esta fotografía de It is a beutiful world, del fotógrafo Vladimir Zotov, en la se refleja a la perfección la grandeza de la música. Ésta, no sólo amansa a las fieras.

¿Alguna vez os habéis preguntado que sería de nuestras vidas sin la música?, desde el Musiquiátrico esa posibilidad no tiene cabida y, día a día, nos encargaremos de que esto no ocurra.